Una mujer sudafricana se sorprendió cuando una niña huérfano de la que se había hecho amiga en su ruta de compras le pidió ayuda para visitar la tumba de su madre. La mujer accedió y se conmovió por el resultado.
Cuando se trata de niños, enfatizó, «nunca hagas una promesa que no puedas cumplir».
Anam George, de 28 años, nació y se crió en Sudáfrica. Trabaja como responsable del proceso de agua y de la planta de tratamiento, pero siempre tiene tiempo para una niña de 6 años llamada Karla.
Karla es «muy enérgica, inteligente y cariñosa», dijo Anam a The Epoch Times a través de redes sociales. Karla vive con sus abuelos, una tía y primos, pero es la única niña de la casa que perdió a sus dos padres, a una edad muy temprana.
«Solo tiene la foto de su madre que le ayuda a saber lo guapa que era su madre», explicó Anam.
La relación se inició en una tienda de spaza ―una tienda sudafricana― donde Karla pedía monedas para comprar algo de comer o para usar en juegos. Anam ayudó siempre que pudo desde ese día, y la dos se hicieron muy amigas.
«Sé que nos amamos», dijo Anam. «A veces es muy difícil intervenir entre ella y su familia, pero cuando me vea vendrá corriendo y estará en mis brazos todo el tiempo».
Durante un encuentro del 25 de octubre con su joven amiga, Anam se conmovió por una nueva petición. Entre risas y bailes, Karla preguntó: «¿Puedes llevarme a ver a mi madre?».
«No estaba segura de cómo responderle», recordó Anam. «Para distraerla, le dije: ‘Vamos a comprar unas papas fritas a la tienda de spaza'».
Mientras Anam llevaba a Karla a la tienda, escuchó a la niña orgullosa diciéndole a sus amigos que iría a visitar a su mamá. Mientras las dos se separaban, Karla suplicó: «Por favor, no olvides llevarme».
La niña incluso entró a su casa para llevar una foto de su madre para mostrársela a Anam, y luego se dirigió a la puerta con la foto mientras le indicaba que no se olvidara del plan que tenían para el día siguiente.
En ese momento, Anam accedió, pidiendo a la abuela de Karla ayuda para localizar la tumba.
Al día siguiente, Anam salió del trabajo temprano para comprar flores con el último dinero que tenía, y luego condujo para recoger a Karla. «La pequeña Karla, bien vestida… no fue a jugar, vino corriendo cuando escuchó mi música», recordó Anam.
Al llegar al cementerio con Karla y su tía, Anam quedó inmediatamente impresionada por la sencillez del deseo de Karla y la importancia de su visita. «Se me rompió el corazón», dijo. «Seguí abriendo los ojos para no llorar… pero tenía que ser fuerte para mi pequeña amiga».
Karla, dijo Anam, tenía emociones mezcladas. «Estaba feliz de estar cerca de la tumba [de su madre], lo que tal vez le dio una sensación de tranquilidad», dijo, «y siguió abrazándome fuerte mientras miraba la tumba».
Más tarde ese día, como Anam estaba tan conmovida por la visita, compartió un posteo en la página de Facebook de Sudáfrica #ImStaying, una página dedicada a todas las personas unidas por el deseo de mejorar el país. Su posteo se hizo viral, y desde entonces ha recibido 33,000 reacciones.
Desde su viaje, Anam ha visitado a Karla cargada de ropa para Navidad que le compró y otra que fue obsequiada por personas del grupo #ImStaying.
Anam también quiere agradecer a todos los que han ayudado a la niña o compartido su historia. «No hay muchas palabras que pueda usar para describir lo agradecida que estoy», dijo a The Epoch Times.
«Nunca hagas una promesa que no puedas cumplir a los niños, porque los niños no olvidan», Anam reflexionó sobre la lección que aprendió ese día, «y siempre permítete ser usado como instrumento por Dios».
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