¿Eres adicto a Netflix? Cuando termina tu drama favorito, ¿no tienes idea qué hacer contigo mismo? Y no solo eso, junto con el asunto de las series, está la adicción a la comida chatarra. Seamos realistas, el chocolate y las patatas fritas van mucho mejor con Netflix que los palitos de zanahoria y el apio.
Esta joven cayó en la trampa: volvía a casa del trabajo y miraba… Sí, adivinaste. Perdió el control y llegó a pesar alrededor de 145 kg.
Eso fue en 2016, y Jessica Beniquez no estaba contenta con su vida ni con su aspecto. «Todo lo que hacía era comer, ir a trabajar y ver mis programas», dijo a la revista PEOPLE.
Decidió hacer algo al respecto. Tuvo que romper con Netflix. Estaba a punto de empezar otra serie completa en Netflix y dije: ‘No quiero seguir haciendo esto'». No quería sentarme en la cama y no hacer nada. Me sentí tan perezosa. Ni siquiera salía con mis amigos», añadió.
«Salir de la cama fue difícil. Me sentía miserable. Sabía que necesitaba perder peso porque tenía presión arterial alta, pero me llevó más de un año darme cuenta de lo peligroso que es eso y tenía que hacer algo al respecto».
Primero dejó la comida rápida. «Era muy exigente con la comida. No me llevaba un solo vegetal a la boca. Comía comida rápida todos los días, y casi solo comía nuggets de pollo, pasta y papas fritas», dijo Jessica, que sufrió de exceso de peso toda su vida.
«En el momento en que decidí hacerlo, ordené los batidos Herbalife ese día. Si no lo hubiera hecho, con sinceridad no creo que estuviera donde estoy ahora. Me sacudí y nunca miré hacia atrás».
“Al día siguiente que ordené los batidos, estaba caminando. Caminé de 2 a 3 kilómetros de noche”.
«Consumía entre 1200 y 1.500 calorías al día», dijo. Después de varios meses de reemplazar una o dos comidas del día con los batidos, decidió dejarlos y se concentró en consumir alimentos saludables.
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Jessica eligió comer alimentos altos en proteínas y fibra, y mantuvo su ingesta de azúcar baja. Comenzó a hacer ejercicios, y a seguir videos de YouTube desde su casa. Cuando se sintió más segura, se inscribió en un gimnasio.
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Jessica estaba decidida a hacer cambios en su estilo de vida, y fue una decisión que cambió todo para ella. Volverse más activa y cambiar sus hábitos alimenticios fueron las claves que la ayudaron a descubrir su increíble potencial. Una vez que comenzó a bajar de peso, se volvió más decidida a seguir con sus cambios.
Llevaba un registro de sus medidas y peso, lo cual era una excelente manera de estar concentrada en lograr su propósito de bajar los kilos de más.
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«Me he dedicado a tener una fitness y he aprendido a amarla antes de empezar este viaje, tenía miedo de caminar hasta la parada del autobús que no estaba ni siquiera a 5 minutos a pie».
Con determinación, Jessica perdió alrededor de 77 kg. En septiembre de 2018, decidió someterse a una cirugía de eliminación de piel, según Women’s Health Magazine. Ella dijo: «Siempre lo desee, pero estaba asustada y era costoso. Aún así, el exceso de piel me molestaba, así que sentí que ya era hora».
Jessica quitó alrededor de 2.5 kilogramos de piel extra y luego sufrió de un terrible dolor, pero todo estaba bien después de una semana, y volvió a su vida normal.
Sin embargo, no fue tan bueno como pensaba. «Durante la recuperación de mi primera cirugía de remoción de piel, me diagnosticaron cáncer«, dijo.
Al parecer, en el verano de 2018, Jessica observó que le crecía una protuberancia en la axila, pero la ignoró al pensar que se debía a la tensión que sufrió mientras se ejercitaba. Cuando no desapareció, se dio cuenta de que era un ganglio linfático inflamado. Ella lo ignoró y pensó que luchaba contra un resfriado.
Entonces Jessica se lo mostró a su madre, que estaba preocupada, ya que a su padre le habían diagnosticado linfoma de Hodgkin (que es un cáncer de una parte del sistema inmunológico llamado sistema linfático). Así que de inmediato programó una cita con el médico y, después de múltiples revisiones, se le diagnosticó linfoma de Hodgkin en estadio 4.
«En la actualidad estoy en el estadio 4, con el cáncer en ambas axilas, el bazo, los huesos y la ingle; todo esto sucedió apenas dos semanas después de la cirugía de la remoción de piel», compartió Jessica.
Aunque se somete a quimioterapia y su batalla contra el cáncer todavía no termina, se mantiene fuerte asistiendo al gimnasio y corriendo.
Según un posteo de Instagram del 11 de junio, el cabello de Jessica ha comenzado a crecer de nuevo, y sigue motivada. Su consejo para todos aquellos que luchan contra el cáncer es «Puedes hacer cualquier cosa que te propongas, sin importar tu situación».
Concluyó diciendo: «Quiero animar a las mujeres a que estén agradecidas por su salud y no la den por merecida, sino que la conviertan en una prioridad».
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