Mujer que se negó a abortar a su bebé con síndrome de Down dice: «Él me ha hecho una mejor persona»

Por The Epoch Times
19 de junio de 2021 3:02 PM Actualizado: 19 de junio de 2021 3:02 PM

Una mujer logró terminar su embarazo hace más de cinco años, a pesar de los consejos de su médico de abortar al bebé, que fue diagnosticado con síndrome de Down.

Pero al traer a su hijo al mundo, todo lo que Stephanie Wolfe ganó, en sabiduría y en amor, no podría haberlo imaginado en esa etapa de su vida.

«Sabiendo lo que ahora sé, desearía poder regresar atrás y darme una idea de cómo son nuestras vidas ahora», compartió con The Epoch Times.

«Sí, nuestras vidas son diferentes, ¡pero mucho mejores! Hay mucha más alegría, amor y esperanza. Somos más fuertes y mejores personas gracias a Eli».

(Cortesía de Michelle Sullivan)

Antes que naciera su bebé, Stephanie y su esposo Eric, del sur de California, ya tenían tres hijas; la pareja estuvo de acuerdo en que era suficiente, y él se hizo una vasectomía.

«El médico nos dijo que estuviéramos muy seguros de que ya no íbamos a tener hijos», dice Stephanie.

Pero como Stephanie aún quería volver a ser madre, acordaron que, si querían tener más hijos, iban a adoptar.

«Unos años después, dejé a mi hija menor en su primer día de guardería. Recuerdo que todas las demás madres estaban emocionadas haciendo planes para ir a la clase de kickboxing», cuenta. «Estaban muy contentas de tener por fin libertad después de que su último hijo empezó a ir al colegio».

(Cortesía de Michelle Sullivan)

Pero a Stephanie no le convenció la idea de no tener hijos a su alrededor. Así que la pareja empezó a buscar una adopción, pero fue en vano, ya que todos los caminos que siguieron les cerraron el paso.

«Me sentí derrotada. Finalmente, Eric y yo nos sentamos a elaborar un plan», dice Stephanie.

Ella y su marido decidieron realizar una vasectomía inversa para poder tener más hijos. Aunque los riesgos de la intervención eran muchos, la pareja decidió hacerlo.

Pero Stephanie tuvo la extraña sensación de que, si se quedaba embarazada, el bebé padecería el síndrome de Down. Por supuesto, abandonaron esa idea después de que su esposo investigó un poco sobre la enfermedad.

Encontraron un médico en Texas que les cobró un precio justo por revertir la vasectomía, y el médico dijo que Stephanie podría concebir después de seis meses.

(Cortesía de Michelle Sullivan)
(Cortesía de Michelle Sullivan)

Pero no fue así, pues se quedó embarazada en un mes. Pidió una cita para una revisión, donde se enteraron que iban a tener un niño.

«Todos empezamos a alegrarnos y a llorar», dice. «La vida que imaginé para él pasó ante mis ojos. Le vi crecer, casarse y tener sus propios hijos».

En la semana 20 de su embarazo, Stephanie fue a hacerse una ecografía y notó algo inusual en el vientre de su bebé que no había visto en las revisiones anteriores.

«Mi corazón se hundió y empezó a acelerarse al mismo tiempo», recuerda. «Miré la cara del técnico y vi que su actitud cambió enseguida».

(Cortesía de Michelle Sullivan)

El técnico no les comunicó los hallazgos ese día, así que Stephanie se encargó de buscar el problema en Google, y ella misma diagnosticó que el bebé tenía atresia duodenal.

Pero el obstetra la llamó a primera hora de la mañana siguiente con malas noticias: «Me dijo que en realidad habían encontrado tres anomalías en la ecografía: los intestinos estaban obstruidos, un defecto cardíaco y líquido en el cerebro», explicó la madre.

El médico le dijo que esto indicaba un trastorno cromosómico y que debía ir inmediatamente al hospital para que le hicieran una ecografía de mayor nivel, después de la cual el médico confirmó que el bebé tenía una trisomía 13, e incluso le sugirió que abortara, algo que la pareja rechazó.

«Llamé a mis familiares para contarles lo que estaba sucediendo y uno de ellos, me dijo que lo abortara porque solo iba a sufrir», cuenta la madre.

La pareja ignoró estas presiones y Stephanie continuó con su embarazo hasta el final, dando a luz a un bebé de 4 libras y 3 onzas por cesárea.

(Cortesía de Michelle Sullivan)

A los dos días, el bebé Eli fue operado por primera vez para desbloquear sus intestinos, y permaneció en la UCIN durante 12 días hasta que le dieron el alta para ir a casa con su familia.

Seis meses después, Eli fue sometido a una operación a corazón abierto para corregir un defecto en el canal.

«Entregarlo a los cirujanos ese día sabiendo que tal vez no volvería a ver a mi bebé ha sido lo más difícil que he hecho en mi vida», dice Stephanie.

Sin embargo, la operación fue un éxito y, luego de 6 días en el hospital, le dieron el alta.

Ahora, Eli tiene 5 años y una vida agradable.

Él inspiró a su madre a crear una empresa de camisetas para niños con necesidades especiales, para difundir la alegría, crear conciencia y la aceptación, pero ha hecho mucho más que eso, como explicó Michelle.

(Cortesía de Michelle Sullivan)

Describe a Eli como «la mayor bendición de nuestras vidas», y como un niño «amable, dulce y divertido».

«Me sorprende la rapidez con la que aprende cosas: ya sabe todas las letras y está empezando a leer», dice la madre. Eli me inspira cada día a ser mejor persona, a ser más amable y a defender a los que no pueden defenderse por sí mismos».

«Me hace recordar lo que es verdaderamente importante en la vida».

Stephanie añadió:

«Sabiendo lo que ahora sé, me diría a mí misma aterrorizada que puede haber mucha belleza en las dificultades, que pasar por todas las cirugías y enfrentarme a lo desconocido me daría una fuerza que no sabía que tenía. Eli realmente ha mejorado mi vida. Me ha hecho amar a las personas con necesidades especiales, me ha enseñado mucho sobre la paciencia y la resistencia. Me ha hecho mejor persona y por eso le estoy muy agradecida».

(Cortesía de Michelle Sullivan)

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