El valor es algo sobre lo cual se espera tener la suficiente fortaleza cuando lo inesperado sucede en la vida, y esta joven necesitaba mucho para sobrevivir a su terrible prueba.
Alyssa McDonald, de 25 años, oriunda de Cincinnati, Ohio, tenía apenas 2 años cuando sufrió horribles quemaduras en más del 75 por ciento de su rostro y más del 60 por ciento de su cuerpo.
«Era el Día de los Caídos, mi abuela cocinaba algo que le hacía derretir mantequilla en la estufa», dijo Alyssa al Daily Mail. Solo tomó unos segundos para que su vida cambiara para siempre.
«Era una niña curiosa, me subí para mirar y por accidente me tiré la olla de mantequilla caliente encima y cayó justo sobre mi rostro; pasó por encima de la cabeza pero me cubrió la cara, me quemé mucho», recordó.
Su familia intentó en vano limpiar de su cara la grasa quemada. «Mi tío me encontró y trató con desesperación de limpiar la mantequilla en el fregadero, pero mi piel estaba tan quemada que se me derretía la cara», relató Alyssa.
Su vida estaba en peligro, y los médicos no ofrecieron ninguna esperanza de supervivencia para la niña de entonces. «Después de ser llevada al hospital, entré en coma, donde mi madre dijo que mi cabeza se hinchó diez veces más de lo normal. No solo tenía la cara muy quemada, sino que la espalda, los hombros y los muslos no escaparon de la hirviente mantequilla».
El personal médico preparó a su madre para lo peor. «Los doctores le dijeron que lo mejor que podía hacer era llamar al pastor y empezar a hacer los arreglos del funeral, ya que no había manera que lo lograra».
Sin embargo, su espíritu de lucha fue muy fuerte y pudo salir adelante. Después de despertar de un coma, Alyssa pasó el año siguiente en el hospital, donde recibió tratamiento y usó una máscara especial para ayudar a reducir las cicatrices y a prevenir contraer infecciones en la piel.
Durante los años siguientes, Alyssa fue intimidado en la escuela y recibió todo tipo de insultos. «Tengo muchos malos recuerdos de personas que me señalaron, pero nunca me permití ser la víctima. Niños que huían de mí asustados por mi apariencia y me llamaban «monstruo», incluso chicos que lloraban cuando me veían», compartió con tristeza.
«En Halloween, fuimos a la tienda a comprar dulces, había montones de niños disfrazados y la cajera pensó que tenía colocada una máscara de Halloween. Me dijo: «Es la máscara más realista que he visto en todo el día», cuando le dije que era mi verdadera cara, se sintió avergonzada», recordó Alyssa.
Alyssa se sometió a más de 100 cirugías, incluyendo una prótesis ocular ya que perdió la visión en un ojo. También requirió reconstrucción para sus labios y cejas.
Al llegar a la adolescencia, Alyssa tomó una decisión que cambió su vida: abandonó toda búsqueda para lucir mejor a través de más cirugías y, en su lugar, aceptó sus cicatrices como parte de lo que era. «Me llevó mucho tiempo llegar a este punto, pero me di cuenta que me hacen ser quien soy». Su decisión de amarse tal cual es, fue muy poderosa para ella.
Burns victim called ‘monster’ by bullies rejects surgery as she loves her scars https://t.co/ypHTVeysyA pic.twitter.com/HCkh032t9w
— Daily Mirror (@DailyMirror) 7 de febrero de 2017
«No hay nada que pueda hacer al respecto, lo que me pasó o cómo me veo, si la gente me acepta o no me acepta, de cualquier manera, ese no es mi problema. Ayudo a las personas a superar sus quemaduras, porque cuanto más tiempo te dediques a ello, más tiempo valioso perderás en algo que no puedes cambiar».
«Muchas veces lloré porque ya no quería ser distinta y deseaba ser otra persona aparte de mí misma. Una vez que te das cuenta que no puedes hacer nada al respecto, te conviertes en un ser vivo. No es tu problema como te percibe la gente o lo que piensan de ti, una vez que aceptas que puedes disfrutar de la vida y no para los demás», agregó.
«Llevo mis imperfecciones como diamantes», se convirtió en su lema.
«Mis cicatrices son mi accesorio más importante y resaltan mi personalidad. Si llevo un vestido precioso, lo sacan y son como diamantes para mí».
Alyssa tiene una actitud muy sana hacia su cuerpo. «No cambiaría mis cicatrices, estoy enamorada de ellas, incluso si hubiera una cirugía mágica para tener una piel completamente nueva, la rechazaría», confesó.
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