Bernadette Russell experimentó un sentimiento desesperanzador cuando vio la noticia de un disturbio violento en televisión, que le hizo reflexionar acerca del cada vez más evidente caos en el mundo. En contraste, días después sintió una motivación interna de ayudar desinteresada y espontáneamente a un desconocido, cuya reacción más tarde la llevó a tomar la decisión de realizar un acto de bondad diario durante un año entero. Su visión de la vida dio un giro a partir de entonces.
Todo inició en 2011, mientras Bernadette Russell, residente de Deptford, Londres, en Reino Unido, disfrutaba de un desayuno en una cafetería. De pronto, su atención se centró en la imágenes en televisión de un autobús de dos pisos en llamas en Londres, en el marco de los disturbios de aquel año en la ciudad.
«Fue aterrador. Parecía una guerra civil», recordó Russell en una entrevista con BBC Radio 4.
La escena incomodó mucho a Russell, quien es una exitosa escritora y cuentacuentos. Y al mismo tiempo se sintió desolada al ver que esto era un reflejo de la magnitud de los problemas a nivel mundial, pero tampoco sabía qué podía hacer desde su posición.
Unos días después, Russell, que hoy tiene 54 años, vio cómo un joven no podía completar el pago para enviar su solicitud de licencia de conducir en la oficina de correos local y se ofreció a pagarla por él.
«Se sintió muy agradecido, y fue desproporcionado en comparación a mi pequeña cantidad de tiempo y dinero. Pero pensé que había puesto una sonrisa en su rostro, que había marcado la diferencia», compartió.
De regreso a su hogar, Russell tuvo la «idea temeraria» de repetir el acto de bondad todos los días durante un año completo, con un desconocido.
«Fue algo que transformó mi vida por completo», expresó emocionada.
Para iniciar su aventura, Russell dejó un paquete de dulces en una cabina telefónica junto a una nota que animaba a las personas a tomar uno, compartió en entrevista a Express.
Después obsequió ramos de flores, cortó el césped y lavó platos a extraños. También dejó billetes de 5 libras esterlinas entre las páginas de libros en las bibliotecas o en asientos de autobús.
«Mis amigos pensaron que estaba loca. Mi madre me decía que dejara de regalar dinero porque no era precisamente millonaria», dijo al mismo medio. «Tomaba mucho tiempo, especialmente cuando horneaba pasteles y hacía tarjetas, pero las reacciones de la gente hicieron que valiera la pena».
Un día, Russell ayudó a una mujer a cargar unas pesadas bolsas hasta su departamento que estaba casi 4 millas, pero a pesar del cansancio la experiencia resultó «increíblemente inspiradora», dijo a BBC Radio 4.
Russell comenzó también a publicar en línea sus actos como una forma de llevar un diario. Sus acciones bondadosas conmovieron a miles de usuarios que comenzaron a seguirla y compartirle sus propios actos de amabilidad.
Con el paso de los meses los actos de bondad fueron transformando la mentalidad de Russell. En especial, se sorprendió de lo amable que era la gente en Londres, una ciudad «que se considera un lugar hostil», dijo a Express, pero cuando explicaba lo que estaba haciendo, «la gente siempre estaba feliz de conversar».
«Recuperé la fe en los seres humanos. Me sentí más alegre y comencé a notar las cosas amables que hacían otras personas en lugar de centrarme en lo negativo», agregó.
En un fragmento del libro The Little Book of Kindness (El pequeño libro de la bondad), compartido a través de Daily Mail, Russell escribió:
La escritora compartió que comenzó a sentir que estaba «como drogada todos los días» pero, sobre todo, «era una especie de brillo cálido alrededor de mi corazón y también de mi estómago. Me sentía muy bien», dijo a BBC Radio 4.
Después de ese año se sintió más feliz, más optimista y enriquecida.
Por otro lado, después de su experiencia con los actos de bondad, Russell también aprendió a ser amable con ella misma:
«Me di cuenta de que no siempre estaba siendo amable conmigo misma, aunque sí lo era con otras personas. Sin embargo, lo que descubrí es que si haces algo tonto como perder el autobús, no castigarte por eso puede transformar tu vida».
Robin Banerjee, del Centro de Investigación sobre la Infancia de Sussex, explicó al mismo medio que los seres humanos tienen una predisposición de ser amables con otras personas, y que el entorno es decisivo.
«Todas esas historias sobre el hecho de que ser bondadoso es una debilidad, tenemos que desafiarlas ahora», dijo Banerjee, y agregó: «Cuando piensa en una persona de éxito, ¿piensa en alguien que es amable? ¿O piensa en alguien que es una figura dominante, una celebridad, alguien que es muy rico? ¿Qué podemos hacer para cambiar el concepto de éxito y decir que el éxito consiste en tener relaciones positivas con otras personas?».
Para Russell, la experiencia trascendió el año que se propuso inicialmente y en la actualidad sigue haciendo actos de bondad todos los días, de los que dice que «no siempre son grandes gestos, a veces es algo tan simple como hablar con alguien que se ve solo».
«Cada persona tiene el poder de hacer que la parte del mundo que ocupa sea un poco mejor. Puede hacer eso solo siendo amable y eso es suficiente para cambiar el mundo», reflexionó Russell.
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