Es confiado, relajado y todo sonrisas. El piloto Eric Gaffney, que nació con una diferencia en sus extremidades, no solo tiene una figura atractiva, sino que está hecho para el trabajo.
A este primer oficial de United Airlines, de 34 años, que vuela en el Boeing 737, le falta una mano, pero no le faltan ni determinación ni resistencia. Cree firmemente que las personas han nacido para ganar, siempre que estén dispuestas a afrontar los retos de la vida de frente.
La historia de Gaffney es un relato edificante de fuerza, persistencia y trabajo duro.
Originario de Tulsa, Oklahoma, ahora vive en The Woodlands, Texas, con su mujer, Natalie, y sus dos hijos: una hija de 6 años y un hijo de 4. Cuando Gaffney se quedó en tierra durante la pandemia, escribió un libro para niños, titulado «Airick vuela alto», cuyo objetivo es mostrar que la diferencia no tiene por qué ser una barrera.
«Les digo a los niños todo el tiempo que, incluso en un aula llena de niños con dos manos, todos tenemos algo que nos hace diferentes», dijo. «Todos somos diferentes, y son las diferencias que tenemos las que nos hacen únicos, con o sin extremidades. Y con trabajo duro y dedicación, podemos lograr cualquier cosa».
La voluntad de prosperar
Crecer con una extremidad diferente no fue fácil para Gaffney. Cuando nació, sus padres estaban justificadamente preocupados por cómo se las arreglaría en la vida, al faltarle una mano.
«Pero en el hospital, una enfermera le dijo a mi madre que nada se interpondría en mi camino. Este pequeño estímulo alivió muchas de sus preocupaciones desde el principio. Desde muy pronto supieron que, pasara lo que pasara, encontraría la manera de hacer todo lo que quisiera».
La enfermera tenía razón.
Desde su infancia, Gaffney ha sido ingenioso y decidido, encontrando una manera de hacer todo. Uno de sus ejemplos favoritos es atarse los zapatos. Cuando era pequeño, los padres de Gaffney le regalaron unos cordones en espiral que se apretaban al tirar de ellos. Pero, al darse cuenta rápidamente de que era el único niño que no sabía atarse los zapatos, se empeñó en aprender.
«Para ello, trabajaba con mi madre en casa y luego ella me enviaba al colegio con ellos atados», recuerda. «En el recreo, me desataba los zapatos y practicaba cómo atarlos una y otra vez hasta que lo conseguía».
Las cosas son iguales hoy en día; si hay una tarea que hacer, Gaffney trabaja duro hasta que encuentra la manera de llevarla a cabo.
«Sé de lo que soy capaz»
El padre de Gaffney es mecánico de American Airlines, y el amor de Gaffney por los aviones empezó pronto. Pensando en la universidad, era lo único que podía imaginarse haciendo, pero la idea de pilotar físicamente un avión con una sola mano le parecía imposible.
Al final se decidió por su otro amor, la medicina, persiguiendo su pasión de convertirse en médico. Pero durante el primer año, supo que el camino que había tomado no era el correcto. Empezó a investigar y se puso en contacto con el instructor jefe de vuelo de la Universidad de Oklahoma, un hombre llamado Dave.
«Dave me sentó en un avión y me enseñó. Me dijo —y yo estuve de acuerdo— que no sería fácil, pero que creía que sería posible», recuerda.
Avanzando rápidamente, a través de muchos exámenes médicos y pruebas de vuelo de demostración, Gaffney probó y demostró su capacidad para convertirse en el piloto de avión sin restricciones que es hoy. «Me gusta la duda que puedan tener los demás porque sé de lo que soy capaz», dijo.
El libro: «Airick vuela alto»
Con su libro para niños, Gaffney lanza un mensaje vital para todos los niños. Habiendo vivido lo difícil que puede ser para los niños enfrentarse a sus compañeros cuando no son «como los demás», no escatima esfuerzos para motivar y guiar a sus pequeños lectores a ser más empáticos, comprensivos y seguros de sí mismos.
La respuesta al libro ha sido maravillosa, dice Gaffney, y dar a los niños con diferencias en las extremidades un personaje de dibujos animados con el que identificarse ha sido sorprendente.
«Las sonrisas en sus caras cuando ven que tienen un personaje y un piloto ‘como ellos’ son increíblemente reconfortantes», dice.
Una de las citas favoritas de Gaffney procede de un documental de Jim Abbott sobre el autor Cormac McCarthy: «Los que han soportado alguna desgracia siempre serán apartados, pero es esa desgracia la que constituye su don y su fuerza».
«Siempre agradecido»
Por encima de todo, agradece a sus amigos y a su familia su apoyo incondicional, haciendo todo lo posible por ayudarle, a menudo de forma ingeniosa. Gaffney dice estar «eternamente agradecido» a sus padres por su apoyo incondicional y por la forma en que le empujaron, permitiéndole realizar sus sueños.
«Una cosa que me gustaba mucho era la forma en que me trataban mis padres: no me trataban de otra manera», dijo. «Jugaba al béisbol de pequeño y mi padre jugaba a atrapar la pelota conmigo. Al principio era un reto pasar la pelota del guante a mi mano para hacer el lanzamiento y luego volver a ponerme el guante a tiempo.
«Mi padre me devolvía la pelota tan pronto como la atrapaba para enseñarme a ponerme el guante lo antes posible. Funcionó».
Aconsejando a otros que nunca se rindan, dice que el trabajo duro y la dedicación pueden llevarle a uno lejos en este mundo.
«Declara que puedes hacer algo y encontrarás la manera», dijo. «Adáptate y supérate, y nunca dejes que nadie te diga que no».
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