A sus 18 años, el británico Matthew Richards ganó la medalla de oro junto al equipo de relevos en los Juegos Olímpicos de Tokio, imponiendo un nuevo récord europeo. Sin embargo, para llegar ahí tuvo que prepararse y entrenar en una piscina infantil en su casa, durante el cierre de las albercas por la pandemia mundial.
Ganar la medalla de oro fue la culminación de un arduo trabajo de entrenamiento para el nadador Matthew Richards. El pasado 28 de julio, el equipo de relevos británico se proclamó nuevo campeón olímpico de la prueba de 4 x 200, tras imponerse con un tiempo de 6:58.58, nuevo récord de Europa, en una final en la que Estados Unidos, ganador en los cuatro últimos Juegos, no pudo subir al podio.
Llegar a Tokio no parecía tarea fácil para Richards 18 meses atrás, cuando el virus del PCCh, el patógeno que causa COVID-19, se extendía por todo el mundo. Para el nadador representó interrumpir su entrenamiento para participar en los Juegos Olímpicos de Tokio, cuando todas la piscinas fueron cerradas.
Richards tuvo que dejar Bath, una ciudad conocida por sus termas de aguas minerales, y regresar a la casa de sus padres en Midland. Para permanecer en forma, el joven buscó opciones para continuar entrenando.
«Me conecté a Internet y encontré lo que era esencialmente una enorme piscina para niños y la puse afuera del garaje en mi jardín trasero», dijo Richards, según informó Daily Mail.
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La piscina medía tres metros de ancho, cinco de largo y uno y medio de profundidad. Armado con su traje de neopreno, el nadador sujetaba una cuerda elástica a la pared y luego la ataba a un arnés que llevaba en su espalda. Ahí pasaba varias hora cada día nadando de forma estática.
«Era esencialmente una cinta de nadar, pero así es como superé las primeras 10 semanas cuando estábamos fuera de la piscina. Me permitía mantener mi gusto por el agua, me mantenía en forma y, desde un punto de vista psicológico, me ayudaba a mantener la cordura», recordó Richards.
Para poder entrenar en su piscina improvisada en casa, Richards recibió todo el apoyo de su familia. Los padres del joven lo acompañaban de pie al lado de la piscina para cronometrar sus series y decirle cuando había terminado y tenía que hacer un cambio.
«Teníamos que cronometrar estas series, de las que no tengo ni idea (…) así que intentaba leer estas series y cronometrarlas», dijo Amanda Richards, su madre, al medio ITV.
El magnífico esfuerzo dio frutos, y Richards ganó el oro en el relevo de estilo libre para el Team Gran Bretaña, junto a Duncan Scott, James Guy y el doble campeón olímpico Tom Dean.
Esta semana ha sido una montaña rusa de emociones (…) Salir de mis primeros Juegos Olímpicos con una medalla de oro alrededor de mi cuello es un verdadero privilegio y quiero dar un enorme agradecimiento a estos 3 chicos por llevarme hasta allí», compartió Richards en su Instagram después de ganar la medalla.
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