«Solo» es el nombre de un viejo perro callejero que estaba demasiado enfermo para seguir el ritmo de los otros perros en las calles de Los Angeles. Pero un día, entró en el porche de una mujer y fue entonces cuando su vida se transformó inesperadamente.
Cuando la mujer encontró al exhausto y anciano perro decidió llamarlo «Solovino», porque «vino solo». Como pasaron varios días y el perrito seguía en su porche, se puso en contacto con la asociación de rescate de perros Rocket de San Francisco, que se hizo cargo de Solovino y lo llevaron a San Francisco.
Desde entonces, «Solo» estuvo en numerosos hogares de crianza y sus dueños siempre lo devolvían al centro de rescate, porque tenía problemas con los que nadie quería lidiar. Nadie lo quería, hasta que un día Carol Messina vio la foto de Solovino en Internet e instantáneamente se enamoró del viejo perro.
Carol era un fan de «Star Wars» y le encantaba que su nombre fuera Solovino, al igual que el famoso personaje «Han solo» del clásico de ciencia ficción.
«Entonces, cuando lo conocí y vi lo triste que estaba, supe que se iba a quedar conmigo para siempre, sin importar lo que pasara», dijo Carol a The Dodo.
Cuando Solo llegó por primera vez a su nuevo hogar para siempre, estaba aterrorizado y muy tímido. Después de vivir en la calle toda su vida y luego saltando de casa en casa, era muy cauteloso con las personas y no parecía confiar en que esta casa sería finalmente la última.
«Cuando vino a vivir conmigo por primera vez, mantuvo su cola entre sus patas durante meses. Era muy poco reactivo a los perros, los gatos y las personas. Se estremecía cada vez que alguien trataba de acariciarlo. Rápidamente aprendí que su audición era mucho peor que su pensamiento de crianza, al igual que sus dientes». dijo Carol a This Dog’s Life.
Como Solo ya era muy viejo y estaba enfermo, el centro de rescate y sus seguidores no se habían dado cuenta de que básicamente era sordo y que sus dientes estaban en muy mal estado.
No poder escuchar a las personas acercándose a él, era la razón por la que tenía tanta ansiedad con las personas y las mascotas y sus dientes le causaban tanto dolor que le resultaba difícil estar entusiasmado con algo.
A medida que Carol se fue adaptando a los problemas de Solo, encendía las luces de la habitación antes de ingresar. Le puso un chaleco con las palabras «perro sordo» cuando salían a caminar, para que la gente supiera que había que tener cuidado con él.
Y una vez que sus problemas dentales fueron resueltos, se convirtió en un perro diferente. Solo, ahora ama correr y jugar en cualquier lugar y en todas partes.
Con el amor y la comprensión de Carol, Solo se fue adaptando poco a poco a su nueva vida. Se convirtió en un perro más feliz, al que ahora le encanta correr y jugar. Incluso tiene un nuevo mejor amigo, el perro del vecino llamado Bailey, a quien visita con frecuencia.
Gracias a Carol, Solo puede disfrutar de sus últimos años en un hogar cariñoso.
Solo, también le dio a Carol «un propósito en su vida». Ahora planea iniciar un programa de rescate para cambiar «la vida de tantos perros como sea posible».
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