Los niños prodigios encuentran sus dones a muy temprana edad, dependiendo de lo diverso que sea su ambiente, pero lo importante es que al fin y al cabo, terminan desarrollando sus habilidades y sorprendiendo a todos los que los ven o escuchan. Ese es el caso de una pequeña de tan solo siete años, que con una habilidad increíble en el piano ya toca obras incluso de Beethoven.
Su nombre es Loreley Gauna Tello y vive en Sarandí, Argentina. Desde que tenía cuatro años, encontró su fascinación por la música cuando comenzó a tocar con su padre, Ernesto Gauna, quien es profesor de piano. «A los cuatro empecé a tocar con mi papá y un año después me compraron un piano eléctrico negro», cuenta Loreley al diario Clarín.
Desde pequeños, Loreley y su hermanito Tizi, de 4 años, crecieron con la música, ya que su madre tocaba el violín, pero lo abandonó cuando tuvo a sus hijos. Tizi también ha mostrado amor por la música en especial le gusta tocar la flauta.
Cuando Loreley era pequeña, su padre notó su interés por la música, y por este motivo aceptó que un cliente le pagara con un piano antiguo, donde la pequeña comenzó a tocar sus primeros acordes.
Al poco tiempo Ernesto notó que su hija tenia un don especial. Mientras estaban practicando, Loreley comenzó a nombrar las notas sin mirarlas, este don tan especial es llamado oído absoluto. «Estábamos jugando con el piano y ella, rápidamente, sin mirar, me dijo qué nota era la que yo había tocado. Pensé que era casualidad, pero siguió reconociendo cada nota, sin verlas», relata Ernesto.
El oído absoluto, también conocido como oído perfecto, es una condición genética que consiste en la capacidad para identificar y reproducir notas musicales en distintos instrumentos sin equivocarse. Esta impresionante habilidad la comparte la pequeña con grandiosos músicos, tales como, Mozart, Bach, Freddie Mercury o Michael Jackson.
En un estudio publicado en la revista científica Journal of Neuroscience, por científicos de la Universidad de Delaware (Estados Unidos), encontraron que la región encargada de la información auditiva era mayor en los músicos con «oído perfecto» o «absoluto», lo que permite que puedan tener mayor sintonización de frecuencias más altas y así, puedan reproducir cualquier melodía sin necesitar un primer tono de referencia.
Loreley tiene mucha facilidad para aprender melodías de Beethoven con gran rapidez, algo que es temprano para su edad. «Melodías de Beethoven, por ejemplo, que cualquier chico aprende recién a los 10 años a ella le salían a los cinco», cuenta Ernesto.
El maestro del prestigioso teatro Colón y pianista en el Centro Cultural Kirchner, José Luis Juri, reconoció el gran talento de la pequeña y le propuso darle clases gratis. Además, la invitó a tocar en agosto en el Museo Fernández Blanco junto a sus otros alumnos. Ella también asiste a clases en el Instituto de Música de la Municipalidad de Avellaneda.
«Ella escucha cualquier tipo de música, queremos que conozca de todo para que no discrimine y pueda elegir lo que más le guste. Ahora disfruta mucho del folclore y lo clásico», explica Rubí, su madre.
Aunque Loreley practica todos los días al menos una hora cuando vuelve de la escuela, su padre afirma que ahora tiene como limitación sus pequeñas manos, ya que hay melodías que requieren manos más grandes para abarcar el teclado.
Ella se esfuerza mucho porque tiene un sueño y sabe que es lo que quiere ser cuando sea grande. «Cuando sea grande voy a dedicarme a esto», concluye Loreley.
Mira a Loreley al piano:
Este gato duerme plácidamente sobre el piano mientras su dueño toca una hermosa melodía
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.