Niña ciega se cura a sí misma de una enfermedad cerebral incurable: «El médico no lo podía creer»

Por The Epoch Times
23 de agosto de 2024 10:45 PM Actualizado: 23 de agosto de 2024 10:45 PM

Cuando la ciencia médica parece tener respuestas para casi todo, surgen historias que desafían toda lógica y nos recuerdan que los milagros aún existen. Esta es la historia de Evie-Mae Geurts, una niña que, contra todo pronóstico, no solo venció a la ceguera, sino que «se curó a sí misma» de una enfermedad cerebral considerada incurable.

Imagine por un momento el terror de una madre al descubrir que su bebé no puede ver, que su pequeña cabeza se hincha de forma alarmante, y que los médicos, esos guardianes de la salud en los que depositamos nuestra confianza, parecen no tener respuestas. Así comenzó el viaje de Amy Geurts y su hija Evie-Mae, una odisea que nos llevará desde las profundidades de la desesperación hasta las alturas de un milagro médico que ha dejado boquiabiertos a los expertos.

Todo comenzó con un simple resfriado. ¿Cuántas veces hemos llevado a nuestros hijos al médico por algo que parecía trivial? Para la Sra. Geurts, ese momento aparentemente rutinario en 2014 se convirtió en el principio de una pesadilla. Los ojos de Evie-Mae, enrojecidos por el resfriado, ocultaban un secreto mucho más oscuro: la pequeña no podía ver.

Evie-Mae Geurts, ciega de nacimiento, cuando era un bebé y más tarde en el hospital cuando era niña. (SWNS)

«Los médicos le iluminaron los ojos con una linterna y descubrieron que no tenía respuestas visuales», recordó . El diagnóstico cayó como una losa: ceguera. Pero esto era solo el comienzo de una batalla que pondría a prueba los límites de la medicina moderna y la determinación de una familia.A medida que la cabeza de Evie-Mae seguía hinchándose, Geurts, con ese instinto maternal que a menudo supera cualquier conocimiento médico, sospechaba que algo más estaba ocurriendo. «Conocía la hidrocefalia porque mi hermano la padecía», explicó. Sin embargo, sus preocupaciones fueron desestimadas una y otra vez.

¿Cuántas veces nos hemos sentido impotentes frente a un sistema que parece no escucharnos? La Sra. Geurts se negó a rendirse. Su perseverancia la llevó a buscar una segunda opinión, y finalmente, a los 8 meses de edad de Evie-Mae, obtuvo el diagnóstico que temía: hidrocefalia, una acumulación de líquido en los ventrículos cerebrales que ejercía una presión 32 veces superior a la normal en el cerebro de la pequeña.

El día que la Sra. Geurts decidió que no se iría del hospital hasta que atendieran a Evie-Mae marcó un punto de inflexión. Tras diez horas de espera en urgencias, la gravedad de la situación se hizo evidente. «Cuando salió del quirófano, el médico dijo que había tenido suerte de que la trajera cuando lo hice, porque tenía una presión muy alta en el cerebro», relató. «Ella podría haber muerto».Los pronósticos eran desalentadores. Los médicos advertían que Evie-Mae probablemente nunca caminaría ni hablaría. ¿Cuántos padres han escuchado palabras similares y han sentido que el mundo se derrumba a su alrededor? Pero la historia de Evie-Mae estaba lejos de terminar.

Contra todo pronóstico, Evie-Mae comenzó a mostrar signos de mejoría tras la colocación de una derivación para drenar el líquido de su cerebro. Lentamente, como un amanecer después de la noche más oscura, la visión de Evie-Mae comenzó a regresar. A los dos años, dio sus primeros pasos, y poco después, empezó a comunicarse usando Makaton, un sistema de lenguaje de signos.

«Aprendió Makaton y, con el tiempo, empezó a hablar, así que, sorprendentemente, ganó visión, hacía señas y luego hablaba», dijo Geurts con emoción y asombro.

Evie-Mae Geurts en el hospital y con su madre, Amy, de 28 años. (SWNS)

Pero el camino de Evie-Mae no estaba exento de obstáculos. En 2019, los dolores de cabeza regresaron con venganza. La presión en su cerebro alcanzó niveles alarmantes, 40 veces superiores a lo normal. Una nueva cirugía fue necesaria, esta vez para reemplazar la derivación bloqueada.

«El grito que soltó cuando le quitaron la aguja», recordó Geurts con un estremecimiento. «Nunca lo olvidaré». Es un recordatorio crudo de los desafíos que Evie-Mae y su familia han enfrentado, desafíos que muchos de nosotros no podemos ni imaginar.

Pero entonces, en 2021, ocurrió lo inexplicable. Los dolores de cabeza regresaron, pero esta vez por una razón que dejó atónitos a los médicos. La derivación, ese dispositivo que se suponía vital para la supervivencia de Evie-Mae, ya no era necesaria. De alguna manera, el cerebro de Evie-Mae se había curado a sí mismo.

«El médico no se lo podía creer», aseguró Geurts. «Pensaba que tendríamos que ir y venir del hospital cada pocos años porque las derivaciones seguían obstruyéndose, pero resultó que, de algún modo, ¡se curó a sí misma!».

La decisión de retirar las derivaciones fue arriesgada, con la posibilidad de un derrame cerebral o una hemorragia cerebral acechando en cada movimiento del cirujano. Pero Evie-Mae, como había hecho desde el principio, desafió las expectativas.

Hoy, a sus 8 años, Evie-Mae es una niña sana con una visión perfecta. Es la mejor de su clase y, en palabras de su madre, «fenomenal». Su historia de superación ha dejado a los médicos sin explicaciones, recordándonos que a veces, la ciencia debe inclinarse ante el espíritu indomable del ser humano.

Evie-Mae Geurts de nuevo. (SWNS)

Sin duda, la historia de Evie-Mae más que un simple relato de superación médica. Es un testimonio del poder del amor incondicional, la perseverancia y la esperanza inquebrantable. Nos recuerda que, incluso en nuestros momentos más oscuros, existe la posibilidad de un milagro.

Mientras la pequeña continúa asombrando a sus médicos en cada revisión semestral, su espíritu alegre y su valentía siguen inspirando a todos los que la rodean. «En la peluquería le dijeron que había sido valiente y ella dijo que igual que Eugene le corta el pelo a Rapunzel para salvarla en Enredados, los médicos me cortaron el pelo para salvarme a mí», compartió Geurts, revelando la sabiduría y el optimismo de su hija.

La historia de Evie-Mae nos invita a reflexionar sobre nuestras propias luchas y a encontrar esa fuerza interior que a veces olvidamos que poseemos. Nos recuerda que, al igual que Evie-Mae, todos tenemos la capacidad de enfrentar lo imposible con una sonrisa y un corazón valiente.

Evie-Mae Geurts con su padre, Martyn Geurts, de 49 años, y sus hermanos, Archie, de 8, y George, de 5. (SWNS)

En un mundo que a menudo parece dividido y desalentador, el viaje de Evie-Mae brilla como un faro de esperanza, recordándonos que los milagros no solo existen en los cuentos de hadas, sino que pueden ocurrir en los pasillos de un hospital, en el abrazo de una madre, y en la sonrisa de una niña que se negó a rendirse.

Que la historia de Evie-Mae nos inspire a todos a enfrentar nuestros desafíos con coraje, a abrazar lo inesperado, y a creer en la posibilidad de lo imposible. Porque, como nos ha demostrado esta increíble niña, a veces la magia más poderosa reside dentro de nosotros mismos.

Con información de SWNS.


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