Una niña mexicana diagnosticada con una grave enfermedad autoinmune rompió los pronósticos médicos y salió victoriosa 15 días después de ser hospitalizada. Un mes después, volvió al hospital, pero ahora para realizar un noble gesto de agradecimiento a Dios y a los médicos por su salud:
Junto con su familia regaló unos deliciosos tamales para familiares de los pacientes que viven lo que ellos vivieron.
Valeria Guerra, es una niña mexicana de 13 años de edad, que en octubre comenzó a tener “malestares, mareo y comenzó a ponerse muy pálida de su piel”. Sus padres, Israel Guerra y Viridiana la llevaron inmediatamente al Hospital 20 de Noviembre en la Ciudad de México, relató su padre en una entrevista a The Epoch Times.
Sin embargo, nunca imaginaron que las siguientes semanas serían una prueba de fe y tendrían que atravesar una serie de posibles diagnósticos, que pronosticaban una grave enfermedad autoinmune.
Tras ir descartando los distintos diagnósticos, los padres esperaban que los médicos pudieran determinar exactamente qué era lo que tenía su hija. Al inició incluso les dijeron que podía ser leucemia.
“Al principio nos dijeron que podía tener leucemia. Con estudios fueron descartando y posteriormente nos dijeron que podría ser el síndrome de Fisher Evans”, relató el padre.
Al paso de los días, y tras ver a su hija sufrir dentro del hospital, los médicos finalmente confirmaron el diagnóstico. Valeria tenía el síndrome de Fisher Evans, una rara enfermedad grave que crea una respuesta anormal del sistema inmunitario.
“Lo más difícil fue ver a mi hija allá adentro, ver como la canalizaban, como la picaban, como le sacaban sangre, como lloraba”, explicó su padre. “Verla dentro de ese hospital es muy feo, no se lo deseo a ninguna persona en este mundo, en verdad”.
Sin embargo, el síndrome fue descartado en su nivel más grave y les informaron que tenía el «síndrome en Parte 1», por lo que con medicamento y tratamiento su hija podría vivir su vida normal, relató el padre.
“Gracias a Dios y a los doctores mi hija pudo salir en 15 días”.
Un noble gesto de agradecimiento a Dios y a los doctores
Tras haber salido victoriosa del hospital, Valeria y su familia, están más que nunca agradecidos con Dios y los doctores. Al ser una familia de fe, decidieron mostrar su agradecimiento dando un poco de lo que ellos recibieron.
Así fue, como el pasado 3 de diciembre, decidieron volver con Valeria al Hospital 20 de Noviembre. Pero ahora para regalar tamales, café y pan a todos aquellos afuera del hospital, tanto a las familias de los pacientes, como a los doctores o incluso a cualquiera que pasara por ahí en aquella noche.
“Estamos regalando tamales y café a las personas que están aquí esperando a sus pacientes. Porque hace como un mes nosotros estuvimos aquí con mi niña 15 días”, relató Viridiana, la madre de Valeria.
El padre explicó que era un gesto de agradecimiento, principalmente para “agradecerle a Dios”. Además, de entender lo que sienten todas las familias que viven situaciones similares a las que ellos vivieron tiempo atrás.
“Nosotros sabemos lo que la gente que está aquí afuera está pasando en estos momentos y queremos regresar un poco lo que a nosotros nos regresaron en ese momento”, dijo el Sr. Guerra
De esa manera, Valeria, su hermano Santiago de 9 años, su padre y su madre se pusieron a regalar los deliciosos tamales a la gente.
“Los tamales estaban realmente deliciosos, tal vez por la intención con la que los hicieron”, relató una mujer que pasó en aquel momento.
“Sabemos el sufrimiento, la angustia y la desesperación de estar en un hospital. Todas las carencias que tenemos estando en un hospital”, dijo Viridiana. “Es mucho gasto. Es mucha dedicación estar aquí”.
“En forma de agradecimiento, nosotros traemos este pan, este café, estos tamales, para que ellos puedan tener al menos un alimento”, agregó la madre de Valeria.
Además de darle gracias a los doctores y a las enfermeras, que los trataron realmente bien y los ayudaron en este proceso, ambos padres explican que su fe y agradecimiento principal es a Dios, quien es quien los “ha sacado adelante”.
“Yo lo único es que les digo, apeguense mucho a Dios que él es el único que tiene el poder de sanar a la gente”, dijo su padre.
Por su parte, Valeria, quien vivió toda la experiencia desde adentro del hospital, también compartió sus aprendizajes y la intención de realizar este noble gesto.
“Agradecida porque salí y pues me siento bien, porque sé también que es lo que se siente estar ahí adentro, no se siente nada bonito”, dijo la niña de 13 años, quien también explicó que lo que más aprendió durante esta dura experiencia es que “hay que ser más agradecidos”, además de “decirles a tus padres siempre, cómo te sientes”.
Finalmente les envío un mensaje a todos aquellos que se encuentren en una situación como la que ella vivió.
“Que Dios los ayude y que estén muy agradecidos por todo lo que tienen”.
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