Cuando una anciana se quedó con la puerta cerrada fuera de su casa el 17 de julio, un agente de policía de Texas supo inmediatamente a quién llamar: Lincoln Dobson, un joven agente de 9 años.
Con un «corazón de siervo» y un cuerpo tan pequeño que cabía por la puerta de un perrito, el pequeño Lincoln hizo rápidamente lo que a cualquier adulto le habría llevado mucho más tiempo: conseguir que la mujer volviera a su casa en la ciudad de Groesbeck.
Los padres de Lincoln, Randall Dobson y Crystal Dobson, dijeron que lo que más les impresionó fue que su hijo se portara de maravilla al dejar un rato de diversión en la piscina municipal durante sus vacaciones de verano para ayudar a un vecino necesitado.
«Ese día, el jefe de policía me llamó y me dijo que había una situación en la que creía que podía utilizar a Lincoln», cuenta el Sr. Dobson, que trabaja como agente de la paz. «Le pregunté a Lincoln si vendría a ayudar, y me dijo: ‘¡Por supuesto! y se lanzó de inmediato».
Puede que las acciones del joven fueran únicas tanto para los residentes como para el departamento de policía local, pero también forman parte de un movimiento positivo que inició el jefe de policía de Groesbeck, Chris Henson.
«Siempre que el jefe de policía ve a niños, interactúa y habla con ellos e intenta ser un modelo a seguir», afirma el Sr. Dobson. «Y les da una pequeña pegatina que les pone en la camiseta, y les dice que vayan y hagan grandes cosas —que hagan cosas buenas por la gente».
Lincoln se lo toma muy a pecho, dice el orgulloso padre, ya que atravesar por una puerta para perros para ayudar a una señora a entrar en su casa no es lo primero que hizo para ayudar a otros necesitados.
Su buena disposición, en primer lugar, es lo que hizo que el jefe de policía pensara en Lincoln cuando se enteraron que una anciana se quedó fuera de su casa; sin duda, su tamaño también ayudó.
El Sr. Dobson dijo que, de inmediato, Lincoln estaba dispuesto a ayudar si podía. Cuando llegaron a la casa de la mujer, el oficial le puso una placa a Lincoln y lo puso a trabajar.
Aunque estaba mejor preparado para el trabajo que cualquier otro agente disponible, seguía siendo un reto para él, sobre todo con un gran perro mezcla de doodle al otro lado de la puerta para mascotas. Por suerte, el perro salió primero por la puerta para perros.
Lincoln acarició al perro en el hocico antes de entrar en acción. Sus hombros eran un poco grandes para pasar, así que tuvo que contorsionar el cuerpo para lograrlo.
«Fue difícil entrar», dice Lincoln, y añade que tuvo que apretujarse para pasar.
Una vez dentro, se dirigió directamente a la puerta y la desbloqueó.
El Sr. Dobson dijo que la anciana estaba «súper agradecida» porque no tenía acceso a su teléfono, ni a sus llaves, ni al mando de la puerta del garaje, ya que todo estaba dentro, y su familia estaba en Port Aransas de vacaciones.
«Ella le ofreció un Dr. Pepper (soda), pero Lincoln dijo que tenía un poco de agua», dijo el padre.
Para Lincoln, ayudar a su vecino fue «increíble» y le hizo sentirse muy feliz. También planea convertirse en agente de policía algún día.
Cuando se le preguntó por qué quería entrar en la policía, su motivo fue simple y desinteresado:
«Para poder ayudar a más gente», dijo.
Este valiente suboficial aspira a aferrarse a su corazón de siervo y seguir el consejo de sus padres de ser bueno y amable con todo el mundo.
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