Una madre de cuatro hijos está agradecida con un inesperado héroe por haber salvado la vida de su hijo, que estuvo a punto de ahogarse en una piscina natural a mediados de julio.
Melanie Drake y sus hijos solo buscaban combatir el calor del verano. La familia de Wildwood, en el norte de Alberta, fue al Rotary Park de Whitecourt, donde un día de diversión estuvo a punto de convertirse en una tragedia.
Mientras atendía a su hijo de 3 años, su hijo de 5, Bo, que estaba jugando cerca del borde del agua, se cayó. Melanie escuchó que alguien gritaba.
Alguien gritó: «Agarren a ese niño», y Austin, un niño con autismo de 11 años, se lanzó a agarrarlo», contó la madre a The Epoch Times. «Una mujer que estaba cerca también se lanzó para ayudar a Austin y llevar a Bo a la orilla».
Bo estuvo vomitando agua, ligeramente azul y en un estado letárgico, dijo la madre. Así que llamó al 911.
Ella y unas cuantas señoras mantuvieron a Bo alerta hasta que llegaron los primeros socorristas, y Melanie, a pesar de que su corazón estaba «cargado de preocupación», mantuvo la calma por su familia.
En el hospital, tardaron un tiempo en estabilizar la temperatura de Bo y sus signos vitales. Pasaron unas horas allí y les dieron de alta esa noche.
Al día siguiente, Melanie expresó su agradecimiento a los socorristas de Bo con un posteo en la página de Facebook de la comunidad de Whitecourt. Una mujer llamada Lysa la contactó y le dijo que había sido su hijo Austin quien había salvado a Bo.
Las dos familias se reunieron y Melanie expresó su sincera gratitud a Austin por haber salvado a su hijo.
«Cuando conocí a Austin y le agradecí por su acción heroica, se me salieron las lágrimas de alegría y reconocimiento. Todo lo que pude decir fue: ‘Gracias a usted, tengo a mi hijo’. No podía agradecérselo lo suficiente», recuerda.
Por su parte, Austin suele huir de la conmoción.
«Estoy muy orgullosa de él por haber actuado», dijo su madre Lysa a Global News en una entrevista. «Cualquier otro día se habría ido a un lugar más tranquilo».
A pesar del agitado suceso, al día siguiente, Bo ya estaba de regreso en su bicicleta.
«Bo volvió a ser el mismo de siempre por la mañana. Volvía a ser el niño de granja divertido, activo, extrovertido y rudo», dijo Melanie. «El incidente no lo ha detenido. Volvió a nadar en su piscina al día siguiente».
Aunque en esta ocasión se evitó una calamidad, la madre ofrece un consejo a los padres y a los niños que tratan de mantenerse frescos en el calor del verano.
«Lo único que puedo decir es que, incluso cuando crean que tienen la situación bajo control, en un abrir y cerrar de ojos puede pasar cualquier cosa», dijo. «Por mucho que nos guste refrescarnos en un día caluroso, la seguridad en el agua es importante y no debe tomarse a la ligera».
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