Un niño de 12 años animó a su abuelo y le ayudó a cumplir su sueño de toda la vida de volar en un Spitfire para su 80º cumpleaños, escribiendo una conmovedora carta a un aeródromo.
Harrison Gurney quería levantar el ánimo de su abuelo Malcolm Hanson después de que su esposa por 57 años, Sandra, de 76 años, tuviera que irse a vivir a una residencia el verano pasado debido a la enfermedad de Alzheimer.
La hija de Malcolm, Charlotte, de Sunbury-on-Thames, en Surrey, al sureste de Inglaterra, dijo: «Mi madre ha estado muy enferma de Alzheimer. Estamos pasando momentos muy difíciles como familia».
«No queríamos ingresarla en una residencia de ancianos y hemos hecho todo lo que hemos podido, pero llegó un momento en el que se caía mucho y pasaba mucho tiempo en el hospital. No tuvimos otra opción», añadió. «Era lo último que mi padre quería hacer y eso le destrozó».
Por eso, cuando Harrison, que está «muy unido» a su abuelo, notó que su «mente estaba en otras cosas», quiso buscar la manera de hacerlo sonreír.
Charlotte dijo que el único momento en el que Harrison recibía toda la atención de su abuelo y en el que estaba contento era cuando hablaba de la Segunda Guerra Mundial, de la que ambos comparten interés.
«Mi padre habla mucho con él sobre el tema y comparte su propia historia familiar. Nació en Battersea y su primer recuerdo fue cuando tenía cuatro años, cuando vio pasar los aviones y él y su hermana corrieron al refugio antiaéreo», cuenta Charlotte.
El joven ideó un plan para cumplir el sueño de su abuelo, aficionado al Spitfire, de pilotar un avión antiguo y ayudarle a celebrar su 80º cumpleaños con estilo.
«Mi abuela ingresó hace poco en una residencia de ancianos y le ha resultado difícil sobrellevar la situación, así que pensé que, como es su 80º cumpleaños, sería mi oportunidad de hacer esto por él», dijo Harrison.
El joven escribió cartas a los aeródromos y a los propietarios de Spitfire de todo el Reino Unido pidiendo ayuda. Su madre dijo: «Escribió una carta y quería que le ayudara a encontrar un lugar para enviarla. Cuando la leí, me hizo llorar».
«Decía ‘puede ayudarme a reparar el corazón roto de mi abuelo’. Estaba preocupado y quería ayudarle a volver a sonreír», añadió Charlotte.
Con la ayuda económica de sus padres, Harrison logró reunir el dinero suficiente para la sorpresa de su abuelo, haciendo tareas en la casa y ofreciéndose a hacer trabajos de jardinería para otros familiares.
Los encargados del aeródromo de Goodwood, cerca de Chichester, en West Sussex, se sintieron tan conmovidos por su carta que le ofrecieron un vuelo en un avión clásico.
«Hablamos con la Academia Boultbee y con Goodwood. Su director general ha sido muy amable. Nos dijo que era una historia conmovedora y que sí, que le harían una reserva a mi padre», dijo Charlotte.
El 28 de mayo, Hanson por fin pudo hacer realidad su fantasía de surcar el cielo e incluso pudo tomar brevemente el control del avión. Más tarde, el piloto realizó giros de barril.
Por su parte, Harrison, que no esperaba subir, en el último momento recibió la noticia que podía hacerlo.
Mientras estaba allí arriba, pensaba: «¿cuándo voy a caer? ¿Esto es seguro? ¿Cuándo voy a hacer un giro de barril?», dijo Harrison. También tuvo la oportunidad de tomar el control del vuelo, girando a la izquierda y a la derecha, y lo describió como una verdadera «gran sensación».
Después del vuelo, Hanson, de Hampton, al suroeste de Londres, dijo: «Ha sido absolutamente fantástico, ha sido la experiencia más increíble que jamás haya vivido. Haber podido tomar el control del Spitfire y someterlo a una maniobra muy suave fue genial».
«El piloto hizo giros de barril y algunas inmersiones, fue muy divertido, un día brillante, todo gracias a Harri. Se propone algo y lo lleva a cabo. Estamos muy orgullosos de él».
En 1945, cuando Hanson era niño, fue testigo de un combate aéreo. Desde entonces, quiso subir allí.
«Estaban luchando por nuestra libertad, así que pensé que me gustaría volar en ese Spitfire y ver cómo es. Así que poder hacerlo finalmente fue fantástico», dijo Hanson. «Es el sueño de toda una vida hecho realidad. Harri lo sabía y lo hizo realidad».
Además, el interés de Hanson por los Spitfires y los aviones también se despertó con su padre, que fue ingeniero de la RAF en el aeropuerto de Lydd, en Kent durante la Segunda Guerra Mundial. Hanson dijo que su padre le narraba historias sobre el aeropuerto en el que trabajaba y que ahora ha transmitido todas esas historias a Harrison.
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