Un bebé de Alabama que nació 132 días antes de tiempo superó las probabilidades de sobrevivir de menos del 1% hasta sobrepasar su primer cumpleaños y obtener un increíble título de los Récords Mundiales Guinness: El bebé más prematuro del mundo.
Curtis Zy-Keith Means llegó al mundo en julio de 2020 en la Universidad de Alabama en Birmingham (UAB) con un peso de apenas 420 gramos. Tras una batalla de nueve meses por la vida en la UCIN, Curtis regresó a casa el 6 de abril de 2021, con algo más que abrazos, vítores y despedidas con lágrimas.
La madre de Curtis, Michelle Butler, de 35 años y oriunda de Michigan, que lleva 10 años viviendo en Alabama, donde se instaló con su familia en el condado de Greene, Eutaw, se puso de parto a las 21 semanas y un día. Era el 4 de julio y quería estar con sus dos hijos mayores, pero las contracciones obligaron a ir a urgencias.
«Rompí aguas el 5 de julio», cuenta Michelle a The Epoch Times.
Esa tarde nacieron los gemelos prematuros Curtis y C’Asya.
«No pude tomarlos en brazos (…) pero miré a los bebés. Miré a Curtis para asegurarme de que estaba bien, y luego a C’Asya. Era la bebé más débil», explicó Michelle. «En ese momento le presté más atención a ella, porque ella quería más cariño y oración».
Desafortunadamente, C’Asya no sobrevivió más de 24 horas.
«Estaba demasiado débil para sobrevivir porque era muy pequeña», dijo Michelle. «Mi pequeño… [su] corazón se paraba continuamente. Seguí rezando y el Señor vino a mí y me dijo: ‘Si me das a C’Asya, te dejaré quedarte con Curtis'», recordó.
Michelle tomó a su hija en brazos por primera vez cuando falleció. A pesar de su dolor, Michelle se mantuvo fuerte por el bebé, que seguía luchando, pero su probabilidad de sobrevivir era desalentadora.
«Las cifras muestran que los bebés que nacen de tan corta edad tienen escasas o nulas posibilidades de sobrevivir», dijo a UAB News el Dr. Brian Sims, profesor de pediatría de la División de Neonatología de la UAB y médico de guardia de Michelle. «Usualmente aconsejamos prestar una atención compasiva en situaciones de nacimientos tan extremadamente prematuros. Esto permite a los padres sostener a sus bebés y apreciar el poco tiempo que pueden tener juntos».
Sin embargo, Curtis fue un luchador formidable. Después de la reanimación, su ritmo cardíaco y sus niveles de oxígeno aumentaron, y empezó a participar en el Golden Week Program™ del hospital, una iniciativa multidisciplinar para bebés microprematuros que incluye orientación clínica sobre asistencia respiratoria, termorregulación, nutrición y gestión de líquidos, prevención de infecciones y estado neurológico.
Curtis superó su primera semana de vida, un día tras otro.
Michelle explicó a The Epoch Times: «Yo seguía rezando (…) Tenía que seguir siendo fuerte». También da crédito a su sistema de apoyo por haberla ayudado a superar todo lo que sucedió después.
Michelle tuvo a su hijo en brazos por primera vez un mes después de su nacimiento. Conducía una hora y media hasta cuatro veces por semana para ver a su bebé o para darle leche, alternando las visitas al hospital con la vida doméstica durante los 275 días que Curtis estuvo en la UCIN.
Para superar esta difícil etapa, su filosofía era: «No te rindas. Lo puedes hacer; eres una mujer muy fuerte, sigue adelante». Durante los nueve meses que pasó en el hospital, Curtis recibió cuidados las 24 horas del día. Las enfermeras le ayudaban revisando sus constantes vitales y tranquilizándolo para que se durmiera.
Sus fonoaudiólogos le ayudaron a aprender a usar la boca para comer, mientras que los terapeutas respiratorios le ayudaron con varias alternativas de respiración para que pudiera dejar el respirador, según la UAB.
El 6 de abril de 2021, cuando Curtis finalmente llegó a casa, Michelle sintió que su familia estaba completa. Cree que la bebé C’Asya vive a través de su hermano gemelo.
La obtención del título de Récord Mundial Guinness comenzó cuando el Dr. Colm Travers, profesor adjunto de la División de Neonatología, sospechó por primera vez que Curtis era el bebé más pequeño que había nacido en el mundo, un día después de su nacimiento. Travers siguió investigando los récords a medida que Curtis se fortalecía, pero nunca encontró pruebas de un bebé más prematuro. Así que contactó a los Guinness World Records con la autorización de Michelle.
El Dr. Sims dijo a Guinness: «Llevo haciendo esto casi 20 años, pero nunca había visto a un bebé de tan corta edad ser tan fuerte como él. Había algo especial en Curtis».
Curtis fue reconocido por Guinness World Records como el bebé más prematuro del mundo que ha sobrevivido. El anterior poseedor del récord, Richard Hutchinson, de Wisconsin, nació con 21 semanas y dos días el 5 de junio de 2020, justo un mes antes que su sucesor.
Michelle recibió el certificado de su bebé en una ceremonia celebrada en el lugar de nacimiento de Curtis, el Centro de Mujeres y Bebés de la UAB, en octubre. Los integrantes del equipo de cuidados de Curtis asistieron para compartir el momento con el bebé.
«Es un bebé feliz», dijo Michelle a The Epoch Times. «Todavía está trabajando en sentarse, gatear, comer por la boca (…) está con oxígeno (…) pero en general, está bien».
La singular historia de Curtis, dijo el Dr. Sims, será «leída y estudiada por muchos» con la esperanza de ayudar a mejorar los resultados de los bebés prematuros en todo el mundo.
A cualquier persona que afronte un momento difícil, Michelle le aconseja: «¡Solo mantengan la fe, sigan respirando!».
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