Niños marcando la diferencia en el mundo con pequeñas grandes acciones

Por ANDREW THOMAS
03 de diciembre de 2019 3:49 PM Actualizado: 03 de diciembre de 2019 3:49 PM

NUEVA YORK – No es necesario ser un adulto para hacer una diferencia en el mundo, y un simple acto de bondad puede ser profundamente significativo tanto para el que lo realiza como para el que se beneficia de él. Un abogado de profesión está ayudando a los niños a retribuir a sus comunidades y tener un impacto positivo en el mundo. Curiosamente, todo el movimiento comenzó con un dulce griego y el deseo de escribir un libro para niños.

Nick Katsoris es un neoyorquino nativo que creció en el Bronx, y ha estado practicando derecho durante 25 años. Desde muy joven, Katsoris siempre había disfrutado escribir. De hecho, su tía quien había recibido el nombramiento a «La maestra nacional del año» era una gran inspiración para él. Su padre lo alentó a ir a la facultad de derecho, pero su tía lo instó a que nunca renunciara a sus escritos.

Katsoris comenzó a trabajar para el periódico de su escuela y también escribió para otras publicaciones durante la universidad. Después de trabajar para un juez federal durante dos años, escribió dos novelas de suspenso legales.

«Pensé que iba a ser el próximo John Grisham, pero nunca sucedió», dijo Katsoris a The Epoch Times con una sonrisa.

Libro para niños

Un día Katsoris estaba en su cocina con su esposa, y acababan de recibir una caja de dulces llamada loukoumi por parte de unos amigos que habían estado de vacaciones en Grecia. La delicia griega es un dulce de gelatina cubierto con azúcar en polvo. Después de un momento, miró a su esposa y le preguntó si consideraba que Loukoumi podría ser un buen nombre para el personaje de un libro para niños.

Un año después nació su hijo, y Katsoris decidió escribir una serie de libros sobre un cordero llamado Loukoumi que hace el bien por todo el mundo. Autopublicó «Loukoumi» y antes de darse cuenta, su libro se convirtió en el número cuatro en la lista de bestsellers de Barnes & Noble.

Loukoumi en el St. Jude Research Children’s Hospital. (Crédito: Fundación Loukoumi)

En esta primera historia, Loukoumi va a Grecia en vacaciones de verano. Sin embargo, Loukoumi se pierde y viaja por toda Europa para encontrarse con amigos que le ayudan a encontrar el camino a casa. El primer libro trata sobre la amistad y ayudar a los demás. El abogado estaba comprensiblemente  emocionado de que su primer libro haya sido un éxito.

“Mi sueño de convertirme en escritor se había hecho realidad. Todo lo que mi tía me había contado cuando era niño se había hecho realidad, así que quería animar a otros niños”, dijo Katsoris.

El segundo libro de la serie titulado “Growing Up with Loukoumi” (Creciendo con Loukoumi) trata sobre lo que los niños quieren ser cuando sean adultos, y los insta a seguir sus sueños. La historia enseña a los pequeños que si trabajan duro y creen en sí mismos, sus sueños pueden hacerse realidad.

Los niños y sus sueños

Después del segundo libro, Katsoris decidió crear un programa con el que podría ayudar a los niños a alcanzar sus sueños profesionales, por lo que comenzó el Día del Sueño de Loukoumi. Los niños presentaron vídeos creados en teléfonos celulares de 30 segundos o menos donde describen lo que quieren ser cuando crezcan y por qué.

La primer ganadora quería ser una ingeniera de vehículos exploradores para Marte. Katsoris llamó a la NASA y les dijo que había una niña de nueve años que quería seguir esa carrera. Le dijeron que aterrizarían una nave espacial en el planeta Marte en el Memorial Day Weekend 2008, y que ella podía ver la nave espacial Phoenix aterrizar en Marte desde la sala de control de la misión. En otro caso, el programa logró que un niño jugara fútbol con Eli Manning y los Gigantes de Nueva York.

La experiencia de Marte se convirtió en el catalizador de lo que se convertiría en el Movimiento de Buenas Acciónes de Loukoumi. El tercer libro de la serie, «Las buenas acciones de Loukoumi», es la historia que inspiró el movimiento. El libro enseña a los niños a salir al mundo y hacer algo amable por otra persona, marcar la diferencia y hacer una buena acción. Jennifer Aniston narró el audiolibro, que llevó el trabajo de Katsoris al Hospital de Niños St. Jude Research.

Nick Katsoris con Loukoumi. (Cortesía de la Fundación Loukoumi)

El libro condujo a otro proyecto del mundo real llamado Make a Difference with Loukoumi Day (Haz una diferencia en el Día de Loukoumi) en 2009. El primer año, 200 niños salieron e hicieron una buena acción que significó algo importante para ellos. El proyecto finalmente condujo a «El autobús de las buenas acciones», que comenzó en Nueva York en 2013. El autobús escolar se detuvo en un refugio de animales para donar suministros, un refugio para personas sin hogar para donar alimentos y un parque para ayudar a limpiar. Diez años después, 100,000 niños en los Estados Unidos y Canadá están involucrados en el movimiento. Este año, había cuatro autobuses de las buenas acciones en Nueva York, Boston, Chicago y Gander, Terranova. El objetivo es tener 10 Autobuses de buenas acciones el próximo año.

«Es un gran día porque los niños se divierten haciendo todo tipo de proyectos de buenas obras, están allí con sus amigos, y les ayuda a darse cuenta de que hacer el bien o ser un pequeño filántropo  puede ser divertido y les hace sentir genial sobre sí mismos”, dijo Katsoris.

Buenas acciones

El libro más reciente de Katsoris se inspiró en su trabajo anterior y el musical «Come From Away» (Venir desde lejos), que cuenta la historia de los pasajeros de la aerolínea que quedaron varados cuando el espacio aéreo de los Estados Unidos se cerró durante los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.

Una de las productoras del musical, Judy Abrams, había venido a visitar a Katsoris para hacerle una pregunta legal, y se enteró de la Fundación Loukoumi que Katsoris fundó después de sus numerosos proyectos independientes. La productora instó a Katsoris a que necesitarían hacer algo juntos porque el tema de la amabilidad en el musical estaba en el corazón de la misión de la Fundación Loukoumi.

Su libro más reciente, «Historias inspiradoras que marcan la diferencia», es una colección de 75 ensayos de niños de todo el mundo que intentan marcar la diferencia en sus comunidades. A lo largo de su trabajo, Katsoris ha podido reunir una multitud de historias de los pequeños.

«Escuché estas historias, y experimenté muchas de las cosas que estos niños han estado haciendo, y quería que se escucharan porque me inspiró lo que estaban haciendo y sabía que otras personas se inspirarían», dijo Katsoris.

Niños de la Fundación Loukoumi en el escenario de «Come From Away» (Crédito: Jillian Nelson)

La semana que se lanzó el libro, Katsoris fue a Gander, Newfoundland, donde tiene lugar el musical «Come From Away». Cuando llegó, la mayor parte de la escuela con la que iba a trabajar estaba allí para saludarlo. Habían planeado su propio autobús de buenas acciones, con nueve paradas en el camino.

Como estos estudiantes aún no habían nacido en el momento de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, fueron a todos los lugares donde sus padres y abuelos habían hecho buenas acciones para los pasajeros de la aerolínea varados, y a su vez realizaron sus propios actos de amabilidad. Katsoris y los estudiantes fueron al refugio de animales para donar suministros, anla arena de hockey para donar equipos para niños que no podían pagarlos y al Ejército de Salvación para donar productos enlatados.

«En cada parada había una persona que había experimentado el 11 de septiembre en Gander, y subieron al autobús y hablaron con los niños sobre lo que había sucedido allí», recordó Katsoris.

Una semana entera

La experiencia más emotiva del día fue cuando visitaron un parque de la paz a las afueras de Gander. Mientras los estudiantes estaban allí, plantaron un árbol en memoria de aquellos que habían perecido durante el 11 de septiembre de 2001, y como una forma de agradecer a los residentes de Gander por ayudar a los pasajeros de la aerolínea. Luego, pintaron dichos de amabilidad en las rocas y las colocaron alrededor del árbol. Justo al lado del árbol había una gran pieza de acero de la torre norte del World Trade Center. Sin embargo, un día de amabilidad no sería suficiente para Katsoris.

Este año fue la primer semana de Make a Difference With Loukoumi, y Katsoris voló al Hospital de Niños St. Jude después del viaje a Gander para abrir una sala de tratamiento y un programa de alfabetización para que los pacientes puedan regresar a la escuela después de su tratamiento sin quedarse atrás. El proyecto fue financiado no por grandes donantes corporativos, sino por pequeñas donaciones de niños que van desde $ 1 a $ 5. La fundación pudo recaudar $ 60,000 dólares para abrir las instalaciones, y ha prometido $ 150,000 adicionales en los próximos cinco años para financiar el programa.

Niños de Gander, Terranova, plantan un árbol de la paz en memoria del 11 de septiembre de 2001. (Cortesía de la Fundación Loukoumi)

El próximo evento durante la Semana de Make a Difference With Loukoumi fue en el Museo Memorial del 11 de septiembre. Los estudiantes pudieron aprender sobre lo que sucedió durante ese día infame ya que aún no habían nacido. El siguiente proyecto involucró a niños que escribieron cartas a quienes perdieron a sus seres queridos el 11 de septiembre de 2001, diciéndoles que habían aprendido sobre los ataques y que nunca olvidarán lo que sucedió. Al mismo tiempo, los niños hicieron una pequeña donación para financiar una exposición permanente en el museo.

«Básicamente, lo que estamos haciendo es tratar de alentarlos y plantar la semilla en ellos para que duré toda su vida, y así aprendan cómo ser compasivos, ser amables y a cómo lidiar con la filantropía, porque ellos serán los próximos líderes del futuro «, dijo Katsoris.

Niños haciendo bien

La semana de Make a Difference With Loukoumi terminó este año con un nuevo programa llamado «Loukoumi alimenta a los hambrientos». Maria Loi, propietaria del restaurante Loi Estiatorio en la ciudad de Nueva York, ha estado involucrada con la fundación durante años y vino a Katsoris con una idea. Ella le dijo que quería organizar un evento para él, y que todo lo que tenía que hacer era asistir.

Loi reunió a siete chefs famosos para organizar un evento en el New York Athletic Club para lanzar «Loukoumi Alimenta a los hambrientos». Loi visitara diferentes escuelas para cocinar con los niños, y luego entregarán la comida a refugios para personas sin hogar. Este primer año en asociación con una organización llamada The Soup Run,  pudieron proporcionar 81 comidas gratis para personas sin hogar.

Katsoris también ha creado un plan de estudios Loukoumi que se presenta en más de 300 escuelas en todo el país. Cada mes, los estudiantes leen uno de los libros de Loukoumi y luego crean un proyecto propio de buenas obras basado en el tema de cada libro. Cuando estos niños crezcan, serán mejores adultos y tendrán más recursos para hacer el bien.

«Si podemos inculcar a los niños que sean mejores personas y, lo que es más importante, que quieran ser mejores personas y disfruten ser mejores personas para los demás, entonces se vuelve fácil y luego se convierte en una forma de vida para estos niños, porque ellos serán adultos antes de que se den cuenta”, dijo Katsoris.

«Están cambiando sus mundos con sus buenas acciones, y si usted comienza a cambiar lo suficiente en sus mundos, usted cambiará el mundo», dijo Katsoris.

 

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