Una novia que pensaba que su abuelo no podría asistir a su boda debido al Covid-19 se llevó la sorpresa de su vida cuando apareció en su día especial. Las lágrimas de felicidad de la novia quedaron grabadas en la cámara mientras se daban un abrazo.
Días antes de su boda, Suzy Dean, profesora de inglés de una escuela secundaria del sur de Florida, recibió una llamada de su abuelo de 82 años, Henry Dean III, mientras hacía ejercicio. Era la cuarta llamada de cancelación que recibía ese mismo día. La noticia de que Henry no iba a asistir a su boda le rompió el corazón.
«Me dijo que no se sentía seguro y que había tomado la decisión de quedarse en Virginia», dijo la joven de 27 años a The Epoch Times por correo electrónico. «Sabía que era una decisión muy dolorosa para él, y nunca esperaría ni le pediría a mi abuelo que se pusiera en una situación que lo hiciera sentirse inseguro».
Suzy compartió que ella y su abuelo han sido muy cercanos a través de los años. Le agradece que le haya aportado una perspectiva del mundo con su amor y compasión, su simpatía por lo mundano y su capacidad para encontrar la belleza en lugares que otros no lo harían. Por eso, dice, era «imprescindible» que Henry asistiera a su boda.
«No podía imaginar pasar el día de mi boda sin que él contagiara su alegría y aumentara la mía», dijo.
La boda de Suzy se celebró en un lugar al aire libre, con solo con 70 invitados. Ella respetó la decisión de su abuelo de no acudir, pero se sintió invadida por la tristeza después de la llamada telefónica.
«Le dije que lo volvería a llamar cuando lograra asimilar su decisión, pero nunca tuve la oportunidad», recuerda. «Lloraba cada vez que pensaba en eso; no quería que se sintiera culpable».
Sin que Suzy lo supiera, Henry cambió de opinión apenas una semana después. Llamó a los padres de Suzy para darles la buena noticia, pero les pidió que mantuvieran el secreto pensando en darle una sorpresa especial.
El 25 de julio de 2020 —el día de la boda de Suzy— su padre, Henry Dean IV, organizó la gran revelación caminando frente a su padre de 82 años mientras llegaba el momento de dirigirse al altar. Las damas de honor de Suzy ya habían caminado, y cuando se giró para pedirle a su padre que se apresurara, vio que su abuelo se hizo a un lado.
«Mi abuelo estaba caminando detrás de él», dijo Suzy. «No dijimos nada, porque lo dijimos todo con el rostro (…) la sensación fue indescriptible».
Esta fue una de las pocas veces, dice, que su abuelo lloró. Suzy recordó la única otra vez que había visto llorar a su abuelo: cuando le dijo que estaba esperando un bebé. Sin embargo, abrumada por la emoción, Suzy quedó atrapada en un ataque de pánico frente a los invitados de su boda. Por suerte, una dama de honor la ayudó a calmarse.
Más tarde, Suzy supo, que el plan original de su madre era que Henry se sentara en primera fila.
La fotógrafa de bodas Colleen Sanclemente captó el momento del esperado abrazo de Suzy y Henry. Compartió cinco de las fotos más dulces en Instagram, con la siguiente descripción: «Como fotógrafos de bodas no estamos aquí solo para capturar posturas bonitas. Estamos aquí para documentar todos los preciosos y eternos momentos intermedios también!».
Suzy sabía que su abuelo aún se sentía incómodo estando en la boda. Tomó las «precauciones necesarias», dijo, incluso comió separado de los demás invitados. Sin embargo, pasó tiempo con él cerca de la hoguera mientras comía.
La novia recuerda a los invitados y a los vendedores con lágrimas en los ojos mientras ella y Henry se abrazaban. «Todavía estaba tan conmocionada que no tenía mucho que decir», dijo a The Epoch Times. «Pero lo abracé y lloré en sus brazos y le dije lo importante que era para mí, y creo que eso dijo suficiente».
Henry, un oficial retirado de la Patrulla de Carreteras de Florida, viaja regularmente entre Florida, Virginia y Kentucky, y ve a su nieta con frecuencia. Sin embargo, Suzy dijo que su último encuentro antes de la boda fue «probablemente tres meses antes» y estuvo limitado por el Covid-19.
Suzy, que se quedaba a dormir con sus primos en casa de sus abuelos todos los viernes por la noche mientras crecía, aprecia los recuerdos de sus viajes familiares y dijo: Henry tiene «más energía que yo y que la mayoría de la gente que conozco».
El día de su boda, su abuelo le dio un maravilloso recuerdo para el resto de su vida.
«Todavía se me salen las lágrimas por eso», dice. «Soy increíblemente afortunada por tener un abuelo como él».
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