Jeanne Mitchell, madre y abuela, acababa de alejarse de los amigos que conocía. Se jubiló y se trasladó al norte del estado con su esposo a una zona tranquila de la costa de Nueva Jersey en 2013. «Es una zona preciosa», admite, pero «no es una zona en la que puedas conocer a tus vecinos con mucha facilidad». Ella quería conocer a más gente allí. ¿Pero cómo? No tenía ni idea de que estaba a punto de cruzar la línea de salida de una nueva y abundante vida social, todo gracias a una idea que se le ocurrió un día de enero: «Creo que voy a hacer un triatlón».
«Sabía que podía montar en bicicleta… Sabía que podía nadar… Pero no sabía si podía correr», dijo Mitchell.
Tenía 67 años en ese momento y no tenía experiencia en este tipo de cosas.
«No conocía a nadie que hubiera hecho uno. No sabía dónde se hacían. Y literalmente busqué en Google ‘triatlón’ y probablemente puse ‘Nueva Jersey’, porque es donde vivo». El evento que apareció hasta arriba resultó ser perfecto para ella: un triatlón «sprint» más corto, para mujeres principiantes de todas las edades.
Hoy, Mitchell tiene 70 años y cuenta con numerosas carreras en su haber. Pero la mayor ventaja para ella, dice, fueron las nuevas y duraderas amistades que hizo a través de todo ello.
El oro en juego
«Básicamente, todos mis amigos provienen de la práctica de estos deportes», afirma Mitchell, expsicoterapeuta y artista. «Mis amigos tienen ahora entre 44 y 74 años. Y todos son deportistas. Así que, sí, fue una gran oportunidad».
Un efecto bola de nieve comenzó después de que se hiciera amiga de una mujer llamada Maureen durante la primera carrera de 2018. «Yo seguí con el triatlón, ella siguió con el running, pero seguimos siendo amigas… Volveré a correr con ella [a entrenar]». A través de Maureen, Mitchell pasó a formar parte de una red de nuevos amigos.
«[Maureen] corría con un grupo de gente», dijo Mitchell, «y esos son mis amigos ahora también. Así que tengo mis amigos corredores, mis amigos nadadores, mis amigos ciclistas. Algunos coinciden, otros no».
No todos los deportes tienen la variedad que tiene un triatlón. Un triatlón consta de tres partes: Los participantes entran en un cuerpo de agua y nadan una distancia preestablecida. A continuación, se suben a la bicicleta y recorren el camino en bicicleta. Por último, se desmontan y corren el último tramo hasta la línea de meta.
«Es divertido. Y es una forma estupenda de socializar con la gente».
A Mitchell le entusiasma el deporte como medio para que los adultos mayores, o cualquier persona, salgan a la calle. Para las personas que no quieren hacer un triatlón o que quieren empezar de forma más sencilla, «tienen la aquavela. Yo lo llamo aqua-bike. Es una natación, seguida de un paseo en bicicleta», dice Mitchell. «Luego están los duatlones, que son una combinación de bicicleta y carrera».
«Hay otra opción», dice, «que es divertida: tal vez sea un buen nadador y otra persona sea un buen ciclista y otra un buen corredor. Podrían hacer un relevo juntos».
Ejercicio físico y diversión, todo en uno
No es ningún secreto que la soledad contribuye a los problemas de salud física de los mayores. La soledad puede tener un impacto tan negativo en los adultos mayores como el tabaquismo o la obesidad, según un estudio publicado en el Journal of Perspectives on Psychological Science. Sus síntomas pueden ser incluso mortales.
La forma física adquiere una nueva importancia a medida que la masa ósea y muscular disminuye y el sistema cardiovascular se debilita. Mitchell dice que es importante empezar gradualmente.
«Hay que planificar con mucha antelación para tener tiempo suficiente para entrenar y prepararse para una carrera, sobre todo en el caso de las personas un poco mayores. Una persona más joven puede lanzarse a estas cosas más rápidamente. Nosotros queremos tomarnos nuestro tiempo».
Las palabras en su camiseta
Desde el momento en que se apuntó a su primer triatlón, sin saber nada de él, Mitchell se lanzó a lo desconocido. «Salta, y la red aparecerá» es un dicho atribuido al naturalista John Burroughs, y a veces a la tradición zen. En cualquier caso, describe lo que le ocurrió a Mitchell. El primer triatlón que eligió incluía el entrenamiento con un entrenador desde unas 12 semanas antes de la carrera. «Eso es raro», dice. El entrenamiento para la mayoría de los eventos es una cuestión completamente personal.
Incluso con el entrenamiento que recibió, Mitchell tenía una empinada curva de aprendizaje por delante. «La mayoría de estos programas de entrenamiento tienen cosas como ‘debe pedalear a más de 70 RPM, o a menos de 70 RPM’, y yo decía, ‘¿qué cosa son las RPM? No tenía ni idea». añadió Mitchel en su habitual tono bonachón.
Pero Mitchell se adaptó al entrenamiento como un pez al agua y no tuvo problemas para terminar su primer triatlón sprint a los 67 años. Atribuye su gran estado físico a una práctica de qigong que comenzó en 2003: Falun Dafa. Dice que ha aumentado su inmunidad y su bienestar general.
Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, tiene enseñanzas basadas en la verdad, la benevolencia y la tolerancia, junto con cinco conjuntos de ejercicios. Se introdujo al público en 1992. Según el Centro de Información de Falun Dafa, en julio de 1999 se estimaba que entre 70 y 100 millones de personas practicaban Falun Gong en China.
Se extendió rápidamente por toda China y el mundo de boca en boca, ya que las personas experimentaban milagros de salud y mejora moral.
Mitchell fue una de ellas.
«En el pasado, mi sistema inmunológico era muy débil, y a menudo me resfriaba y tenía fiebre. Después de empezar a practicar Falun Dafa, me puse sana casi de la noche a la mañana. En las reuniones familiares, mis parientes siempre decían: ‘Dale el niño enfermo a Jeanne. No se enfermará'».
«Tengo 70 años y gozo de una salud extraordinaria», dice Mitchell.
Tal vez se haya dado cuenta de que Mitchell luce una frase única en su camiseta de carreras: «Libertad para Falun Dafa». Falun Dafa está prohibido en su China natal por el régimen comunista. Las personas que practican sus ejercicios de meditación, como Mitchell, sufren una dura persecución.
Desde 1999, se estima que un millón de practicantes de Falun Gong fueron enviados a prisiones, campos de trabajo, centros de lavado de cerebro y otros centros de detención donde muchos son torturados en un esfuerzo por obligarlos a renunciar a su fe. La represión continúa hoy en día.
Mitchell sintió que su nuevo deporte era una buena forma de concienciar sobre una causa de derechos humanos que le resultaba muy cercana.
«La gente se acercaba a menudo y me preguntaba por mi camiseta. Pude hablarles de los principios de verdad, benevolencia y tolerancia, de la persecución y de la maravillosa salud que me dio», dijo Mitchell. «Cuando algo te da tanto, quieres devolvérselo, quieres devolverle algo. Así que quise que el triatlón fuera una forma de concienciar sobre la persecución de Falun Gong».
Nuevos amigos, derechos humanos, gran salud. ¿Podría haber resultado mejor el resultado de la idea inesperada de Mitchell de hacer un triatlón?
De hecho, así fue.
El esposo de Mitchell, su hija y el futuro esposo de su hija formaron una memorable sección de animación al margen de la primera carrera de Mitchell.
Un video recolecta los inolvidables momentos. «¡Mírela!» Su hija, estudiante de medicina, estuvo a punto de gritar a su novio, que sostenía la cámara, antes de girarse y gritar: «¡Vamos mamá! Sí, sí». Levantó su cartel pintado a mano que decía «Vamos mamá». Mitchell no dejó de correr pero se giró para ver a su familia saltando y su cara se iluminó de alegría. El agotamiento de la natación, luego de la bicicleta y ahora de la carrera sin descanso estaba prácticamente olvidado, y sus zancadas parecían más ligeras a medida que se acercaba a la meta.
La hija de Mitchell, el novio de su hija y su esposo animan a Mitchell durante su primer triatlón en 2018. Quedó tercera en su grupo de edad, a pesar de la lluvia torrencial.
«Fue muy, muy dulce», dijo Mitchell. «Fueron tan maravillosos. Me fotografiaban por todas partes. Cuando hice la transición de la bicicleta a la carrera, mi hija empezó a correr conmigo con sus sandalias».
Su hija es estudiante de medicina y tiene una ajetreada vida social con sus amigos. Es una persona entusiasta por naturaleza, dice Mitchell, y aunque tienen una buena relación, las dos no son compañeras constantes.
«Así que, sí, fue una gran cosa que ella viniera. Por supuesto. La primera carrera que hacía en mi vida. Mi hija está deseando hacer un triatlón conmigo cuando termine su residencia médica».
De hecho, Mitchell atribuye a su hija la inspiración de sus actividades fitness. Su hija la animó a apuntarse a un gimnasio por primera vez. Al principio Mitchell se resistió, pero la oportunidad de conectar con su hija, una corredora, y su esposo, un ciclista —además de la gente nueva que conocería— la empujó a pasar a la acción cuando surgió la idea de que un triatlón podría ser divertido.
Dar la vuelta a ese ceño fruncido
Desde aquel día de enero en que Mitchell buscó por primera vez en Google «triatlón, Nueva Jersey», le surgieron muchas preguntas. Algunas se convirtieron en verdaderos problemas a los que necesitaba encontrar soluciones: ¿Cómo se protegen los ojos del polvo de la carretera y los escombros mientras se monta en bicicleta? ¡Eureka! Gafas deportivas con lentes de transición que responden a la luz.
«Nada… ¿Y luego qué hace?» recuerda haber preguntado Mitchell. «¿Se cambia de ropa para subirse a la bici y luego corre? Quiero decir, realmente no tenía ni idea, ninguna en absoluto. Y ya sabe, hay una cosa que se llama traje de triatlón. Esa fue una información realmente crítica para mí». Mitchell recogió valiosas ideas de sus compañeros de entrenamiento.
Uno a uno, cada reto se resolvió de forma natural, normalmente gracias a un producto o solución especialmente desarrollado: un traje de triatlón para nadar, montar en bicicleta y correr; un área de transición donde puede colocar su bicicleta, sus zapatillas y su número de participante antes de que empiece la carrera; un chip de cronometraje para seguir su progreso al segundo; un cinturón de carrera para guardar su número de participante. La lista continúa.
Mire a Jeanne Mitchell pedalear junto a su familia mientras la animan con carteles durante su primer triatlón. Compitió en la categoría de 65 a 69 años y quedó tercera.
Mitchell se enfrentó incluso a grandes contratiempos, pero no se dejó abatir por ellos. Se inscribió en un triatlón de longitud olímpica para su segunda prueba y se entrenó con alguien con más experiencia que ella. Dice que probablemente se presionó demasiado porque un día se despertó con un terrible dolor en la rodilla y tuvo que replantearse todo su compromiso. El dolor de rodilla la hizo retroceder, pero solo temporalmente.
Una carrera en la que se inscribió en Central Park presentaba un conjunto de obstáculos que no existen en la costa de Nueva Jersey: las colinas.
En otra ocasión se inscribió en una carrera de natación en el océano. Pero los coordinadores de la carrera juzgaron mal la dirección de la corriente ese día, y una hora y media después del comienzo de la carrera, Mitchell seguía en medio del agua, luchando contra la corriente.
Los socorristas en las tablas de remo le informaron de que su apoyo estaba a punto de terminar. Estaba sola y no podía terminar la carrera. Pero no dejó que eso la perturbara. De hecho, la costa casi vacía había atraído a los delfines que podía ver saltando cerca. Los socorristas se ofrecieron a remolcarla hasta la orilla, lo que le pareció divertido. Luego, en la arena, un jeep la esperaba para llevarla por la playa hasta la meta.
«Y así, es como, ‘esto es divertido'». Mitchell recordó el viaje en tabla de surf de remo, y luego en buggy privado. «Podría haber convertido eso en: ‘¡Oh, rayos! No fui capaz de terminar esta carrera’. Y sí, esto es realmente divertido».
Consejos amistosos
¿Cómo pueden los demás divertirse tanto como Mitchell y evitar al mismo tiempo escollos como las lesiones y las salidas en falso?
«Les sugiero que consulten a su médico», dice Mitchell, «para asegurarse de que su estado de salud les permite participar en este tipo de carreras. Y que empiecen poco a poco, que no hagan demasiado de golpe».
«Si se puede permitir tener un entrenador, eso sería, creo, algo muy bueno… Creo que necesita encontrar un entrenador que trabaje con gente que está empezando. No quiere un entrenador que trabaje con atletas de élite. Quiere a alguien que pueda ayudarle a empezar. Así que yo les preguntaría si han trabajado con gente durante su primera carrera a una edad más avanzada».
La adorable nieta de 15 meses de Mitchell se inspiró en el estilo de vida activo de Mitchell y decidió correr en su lugar. Pero eso no es fácil para una niña pequeña. Mire cómo lo intenta con todas sus fuerzas.
Y si un entrenador es algo que está por encima de sus posibilidades, Mitchell recomienda buscar un programa de entrenamiento. Suele haber programas de entrenamiento publicados en Internet. Algunos empiezan 12 semanas antes de la fecha de la carrera; otros, ocho semanas. Obviamente, cuanto más lejos empiece, más gradual será la acumulación para la duración o para la combinación de cada deporte que haga.
Según Mitchell, es importante planificar con suficiente antelación, de modo que se disponga de tiempo suficiente para entrenar y preparar la carrera, sobre todo en el caso de las personas un poco mayores. «Quiere ir aumentando gradualmente, poco a poco».
Mitchell aconseja que «el entrenamiento de fuerza es también una parte importante de la práctica del triatlón para dar a su cuerpo el apoyo que necesita. Yo empecé con un programa de entrenamiento en mi gimnasio porque, a los 67 años, sentí que podría haberme hecho daño». Por suerte, añadió, el gimnasio es otro buen lugar para conocer nuevos amigos.
Mitchell asistió hace poco a un evento de lanzamiento de un próximo triatlón. Puede que no acabe haciendo la carrera, pero asistió de todos modos porque sabía que vería allí a gente conocida. Fue una buena oportunidad para socializar.
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