Mientras el sol se ponía en la Fishing Creek Floral Company de Pensilvania, Paul Hulse —veterano de la Armada de 75 años y diagnosticado recientemente de cáncer en estadío 4— se reunió con su familia de 20 miembros para una sesión fotográfica especial.
Mientras Hulse se hacía fotos con otros miembros de la familia, su hija de 41 años, Megan Knorr, se acercó sigilosamente por detrás.
Ataviada con un vestido de seda blanco, le tocó el hombro y le preguntó si estaba preparado para una boda.
Entre lágrimas, respondió: «He estado listo durante mucho tiempo».
«¿Estás listo para tener una boda hoy?» insistió Bridgette Lynn, fotógrafa de 29 años.
«¿Ahora mismo?», preguntó desconcertado.
«Sí, ahora mismo», dijo Megan.
«Creo que al principio fue chocante, pero luego me di cuenta… Fue un momento muy especial», declaró Megan al Epoch Times.
«Yo personalmente no tenía ni idea [de la boda]», dijo Hulse sin palabras. «Sabía lo de la sesión de fotos, obviamente, pero la boda fue una sorpresa maravillosa para mí».
Tras el shock inicial y las lágrimas, Hulse estaba «encantado» de que Megan y Jeffery Knorr se casaran por fin después de 12 años juntos.
Preparativos para la sorpresa
El 8 de agosto, a Hulse le diagnosticaron un carcinoma neuroendocrino microcítico de pulmón en fase avanzada. Tras recibir el impactante diagnóstico, él y su familia quedaron desolados.
Megan y su hermana, Mandy Dinino, de 36 años, querían crear recuerdos entrañables con él y decidieron organizar una sesión de fotos familiar especial para su padre. En aquel momento, una desconsolada Megan expresó su deseo de casarse y que su padre la llevara al altar.
Decididas a combinar ambas ideas, las hermanas se propusieron organizar una boda espontánea manteniéndola en secreto para su padre.
«Fue muy caótico intentar organizarnos, pero conseguimos que funcionara», dice Megan, que solicitó la licencia de matrimonio con Jeffery el 28 de agosto.
El 5 de septiembre, Dinino, ama de casa, compartió la difícil situación de la familia en un grupo local de Facebook junto con una petición de ayuda para encontrar un fotógrafo que retratara la boda a un precio reducido.
Una hora más tarde —Lynn, analista de registros sanitarios electrónicos y propietaria de Studio at 122 Photography, LLC— se enteró de la publicación y sintió un tirón de orejas, ya que, al igual que Hulse, es veterana de guerra. Lynn respondió a Dinino y aceptó fotografiar la boda gratuitamente.
«Estaba totalmente de acuerdo en organizar la boda sorpresa», dice Dinino, y añade que también sugirió celebrar el evento en la granja floral de la hija de su primo.
A medida que pasaban los días, la compasión de los ciudadanos de Pensilvania brillaba con luz propia.
Tres días antes de la boda, Megan entró en una tienda de vestidos de lujo, Exclusively You, y le contó a la dueña el plan de la boda sorpresa.
«Simplemente me acogieron, me trajeron todo tipo de vestidos y me hicieron sentir muy especial», dijo Megan, que trabaja por cuenta propia. «Acabaron dándome un vestido que debía costar 1.200 dólares por 500, simplemente por la bondad de su corazón».
Por suerte, el vestido no necesitó arreglos y le quedaba como un guante.
Pero no sólo la dueña de la tienda de novias mostró su compasión. Craig Long, el magistrado de distrito que ofició la boda, interrumpió sus planes de cumpleaños al enterarse de la gran sorpresa de la familia.
Cuando por fin llegó el día, fue un momento realmente especial para la familia.
«El tiempo no era ni demasiado caluroso ni demasiado frío, y el sol se estaba poniendo perfectamente», dijo Lynn, que se asoció con Willow Springs Photography para fotografiar la boda.
En la sesión de fotos se incluyó una imagen de la difunta Jeralee Ann Brobst, nieta de Hulse que falleció de leucemia en agosto de 2022. La familia honra a Jeralee en todos sus eventos familiares.
Para Lynn, fotografiar la boda sorpresa fue un honor.
«En mis 10 años haciendo fotografía, nunca había llorado en una sesión», dijo. «Al verlo en el momento, se me saltaron las lágrimas y pensé: ‘Necesito pañuelos'».
Aferrándose a los lazos familiares
Megan, que describe a su padre como «divertidísimo», «dulce» y «maravilloso», dice que siempre ha sido «la niña de papá».
Aunque le resceulta difícil mantenerse en contacto con él, ha todo lo posible y siempre está ahí cuando él la necesita.
¿Y en cuanto a Dinino?
«Soy el bebé, y mis hermanos siempre me echan en cara que soy la favorita de papá», dice. «Pero los padres no eligen favoritos».
Originario de Hainesport, Nueva Jersey, Hulse reside ahora en Danville, Pensilvania, a sólo 15 minutos de sus dos hijas en Bloomsburg. Desde que le diagnosticaron el cáncer, dejó de trabajar como conductor de escolta de casas modulares —un empleo en el que trabajó durante los últimos 40 años.
Los médicos sólo le dan de 4 a 6 meses de vida, por él se aferra firmemente a su fe en la lucha contra el cáncer, cambió drásticamente su dieta y sigue un tratamiento holístico.
«Voy a curarme con comida, con lo que Dios me dé», dijo Hulse.
Con información de Daksha Devnani
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