Para un padre y su hijo de Virginia, una excursión de pesca de mahi dio un giro al ver que un barco sin tripulación estuvo a punto de chocar con su embarcación. Gracias a su experiencia combinada, lograron tanto asegurar la embarcación como encontrar y rescatar a su capitán, que había caído por la borda.
Jack Sherman y su padre, Andrew, salieron a pescar en alta mar desde su casa de vacaciones en Topsail Beach, Carolina del Norte, el 5 de julio. Estaban a 37 millas de la costa de Wrightsville Beach cuando repentinamente apareció otra embarcación.
«Estamos parados y el barco viene directamente hacia nosotros, algo bastante loco», dijo Jack, de 21 años, a The Epoch Times en una entrevista telefónica. «Realmente no nos dimos cuenta hasta el último segundo».
Andrew indicó a su hijo que le ayudara a apartar su embarcación del camino. «Pasó muy cerca justo detrás de nosotros», recordó Jack.
Después de gritar «¿Hola?» y no recibir ninguna respuesta, decidieron perseguirla e investigar, asegurando primero la embarcación. Jack subió a bordo.
Apagó el motor y encontró una cartera y un documento de identidad sobre un asiento, sin vigilancia. Decidieron llamar a los guardacostas, pero eran conscientes de que cada segundo contaba para el capitán desaparecido.
«Estábamos como, bien, no podemos dejar que este tipo muera aquí fuera. Tenemos que ir a buscarlo». Así que lo hicimos», dijo Jack.
«Entramos en su GPS y miramos los rastros, y los lugares en los que había estado en el día, y con esa información seguimos su rastro».
Con 50 años de experiencia en pesca y navegación marítima entre los dos, Andrew y Jack lograron seguir el rastro hasta una intersección de patrones que «no tenía sentido» y empezar a buscar al navegante perdido utilizando una trayectoria de búsqueda amplia y en forma de S para cubrir la mayor superficie posible.
A los 30 minutos aproximadamente, Jack vio un par de zapatos flotando en el agua. Andrew dedujo que el navegante perdido se los había quitado para desplazarse por el agua con mayor facilidad. Después de otros 30 minutos de rastreo, Jack y Andrew vieron un chapoteo en la distancia.
La pareja se dirigió rápidamente al lugar, sin perder tiempo, y ayudó al agotado capitán, Sascha Scheller, a subir a bordo. Sus piernas estaban muy fatigadas; Jack supuso que había estado en el agua hasta dos horas y media.
«Estaba muy agradecido (…) muy, muy agradecido», dijo Jack.
(Cortesía de Jack Sherman)
El joven de 21 años, que asiste a la Academia Naval, dice que está entrenado para manejar el estrés y tomar decisiones rápidas.
«En mi caso, pude recurrir a métodos de pensamiento que superan el estrés», dijo. «Pude concentrarme mucho y mi padre también es una persona muy competente».
Andrew trasladó a Scheller, que es un pescador local y padre de dos hijos, y a su barco de regreso a la orilla mientras Jack tripulaba la embarcación de los Sherman.
Increíblemente, Scheller no requirió ninguna atención médica. Al día siguiente, Scheller publicó su historia en Facebook como una historia para advertir a los demás.
«Me puse demasiado cómodo y decidí, con las condiciones del océano de ayer, quitarme el chaleco salvavidas un rato, cosa que nunca hago cuando estoy solo», escribió. «De alguna manera perdí el equilibrio y en menos de una fracción de segundo estaba en el agua».
Los Sherman, añadió, son unos «verdaderos héroes» por sus acciones. «Con ellos, mi familia y yo estaremos siempre agradecidos y en deuda». escribió Scheller.
«Nunca se relajen demasiado (…) Lleven siempre el equipo de seguridad puesto», advirtió.
Días después, los tres decidió reunirse en un punto de encuentro entre sus dos casas para compartir sobre la experiencia. «Casi todos los que encuentran esa situación mueren», dijo Jack a The Epoch Times, y describió al capitán como un tipo fantástico y un gran navegante.
«Lo que demuestra que puede sucederle a cualquiera», dijo.
Mientras revivían el rescate, Jack y Andrew se enteraron de algo increíble: Scheller cree que fue un pez en su línea de pesca el que hizo girar el barco en dirección a la embarcación de los Sherman, permitiéndoles salvar la vida del capitán.
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