Advertencia: este artículo incluye imágenes gráficas que algunos lectores pueden considerar perturbantes.
En la literatura popular, las ideas de los árboles que hablan y caminan, o de los hombres que se convierten en árboles, siempre han estado presentes. Pero en realidad, la extremadamente rara enfermedad conocida como «síndrome del hombre-árbol», no es nada mágico; es más bien una pesadilla.
Para un hombre de Gaza, Palestina, llamado Muhummad Taluli, la condición le quitó más de 10 años de su vida. Pero después de las cirugías pioneras en el Hospital Hadassah de Jerusalén, Muhummad tiene motivos para estar optimista por primera vez en mucho tiempo.
La afección se conoce oficialmente como epidermodisplasia verruciforme, pero por lo general se denomina síndrome del hombre-árbol, ya que se manifiesta con crecimientos de aspecto extraño en las manos que se asemejan a la corteza nudosa. No se sabe mucho acerca de la enfermedad, pero se cree que es el resultado de un sistema inmunológico debilitado que es susceptible al VPH (virus del papiloma humano).
Lo que está claro es lo agotador que puede ser. Los síntomas incluyen dolor terrible en las terminaciones nerviosas por las lesiones en todo el cuerpo, y quizás lo peor de todo es la incapacidad del paciente para usar las manos. «Aparte del dolor, la enfermedad es muy peligrosa y podría con facilidad convertirse en cáncer», explicó a Jewish Press el Dr. Michael Chernofsky, el principal cirujano que trata a Muhummad.
Además de todos estos síntomas físicos, existe la vergüenza que viene con la condición. Para Muhummad, él simplemente evitaba el contacto con el mundo exterior, avergonzado por el estado de sus manos. Cómo dijo su cirujano el Dr. Chernofsky a la prensa judía, «se había convertido en alguien aislado y temeroso de cualquier posible situación que pudiera hacer que mostrara las manos a otras personas. Tenía la mano cubierta todo el tiempo y la vida era muy dura para él».
Muhummad se ha sometido a cuatro cirugías y tiene programada otra, durante la cual el Dr. Chernofsky espera curarlo por completo. El mayor descubrimiento del cirujano fue que si alguna parte de las lesiones de la piel se dejaba atrás, el paciente podía volver a infectarse con solo tocar otras áreas de su cuerpo con las manos.
El Dr. Chernofsky no tuvo nada que perder, ya que la enfermedad es tan rara que ni siquiera se menciona en los libros de medicina. Como le dijo a la NPR: «No puedes afeitarte estas [lesiones] en la superficie. Tienes que quitar hasta la última pizca». Afortunadamente, las cirugías ya disminuyeron el dolor que Muhummad experimenta a diario.
Como Muhummad le dijo a NPR por correo electrónico, la cirugía le devolvió la vida. «Puedo jugar con mis hijos. Puedo ir a eventos familiares. Ya no necesito cubrirme las manos cuando salgo en público».
Mientras Muhummad espera un final feliz, otro paciente con síndrome del hombre-árbol sigue sufriendo.
Abul Bajandar, de Dhaka, Bangladesh, tiene sólo 28 años, pero ya se ha sometido a 25 cirugías en solo tres años en un intento de tratar su síndrome del hombre árbol, que afectó tanto a sus manos como a sus pies.
Abul está tan frustrado y desesperado por su situación que pidió a los médicos que le cortaran las manos o que lo enviaran al extranjero para un tratamiento más avanzado que el que puede recibir en su país, como dijo a AFP. «Ya no soporto el dolor, no puedo dormir por la noche».
Por desgracia, el Dr. Chernofsky le dijo a NPR que no cree que la amputación resolvería ningún problema, ya que el dolor por la pérdida de las terminaciones nerviosas sería terrible y la enfermedad continuaría existiendo bajo la piel en otras partes del cuerpo.
Quizás curando a Muhummad e identificando el problema genético que causa la vulnerabilidad extrema al VPH, el equipo israelí podrá dar algún alivio a las personas que sufren de esta desconcertante enfermedad.
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