Los padres de un joven californiano tienen la misión de advertir y concientizar sobre los peligros de las drogas sintéticas luego de que su «familia fue destruida» y cambiara para siempre al morir su enérgico y brillante hijo, después de haber fumado solo una fumada de marihuana sintética.
Connor Reid Eckhardt era un chico de 19 años a quien le encantaba surfear, tocar la guitarra, cantar y tenía una profunda conexión con su familia. Sin embargo, debido a un momento de presión y tentación de los compañeros, todo cambió para siempre.
Los miembros de su familia recuerdan a Connor como un hijo y hermano cariñoso que trajo gran alegría a sus vidas.
El 11 de julio de 2014, Connor fumó una droga sintética llamada «Spice» o «K2», que consideraba inofensiva. Hechas con hierbas no potentes, estas fórmulas de hierbas sintética se sumergen o se rocían con productos químicos que simulan el efecto de un estimulante. Completamente desregulados, pueden fabricarse y venderse a bajo precio. Ni siquiera aparecen en una prueba de drogas y alcohol, así que muchos adolescentes la consideran «segura».
En el caso de Connor, sin embargo, eran cualquier cosa menos eso. A las pocas horas de recibir un golpe, Connor fue llevado al hospital y tuvo que ser puesto en un respirador ya que su cuerpo padeció los peligrosos químicos.
El padre de Connor, Devin Eckhardt, le dijo a KTLA: «En un momento de presión de sus compañeros, se dio por vencido, pensando que eso estaba bien, que era seguro y una fumada más tarde, se fue a dormir y nunca se despertó». Al final, los médicos nunca supieron exactamente qué es lo que enfermó tanto a Connor.
Se desconoce el problema de las drogas sintéticas.
Devin le dijo a KXTV en Sacramento: «Nunca estás seguro de lo que consigues con las hierbas». Su padre subrayó que «incluso alguien que lo experimentó y que la a utilizado puede ser sometido a diferentes tipos de resultados la próxima vez que lo intente».
En el hospital, Devin Eckhardt explicó a KXTV que «los médicos nos dijeron que estaba en coma, que no se veía bien, que había algo de inflamación en el cerebro». La familia se reunió alrededor de Connor, desesperada por pasar todo el tiempo posible con él antes de que falleciera.
Su madre, Verónica Eckhardt, explicó a la KTLA que esta vez era crucial para que la familia llorara a su querido hijo y hermano.
«Esas horas y días que pasamos en el hospital, pudimos tocarlo, besarlo y pasarle los dedos por el pelo», destacó.
Verónica trató de tomar fotos de todas las cosas especiales que le recordaban a su hijo, para que le quedara algo cuando se fuera.
Finalmente, el cuerpo de Connor no pudo resistir más y murió. De acuerdo con sus deseos, sus órganos fueron donados a otras personas necesitadas.
Después de la muerte de Connor, sus padres se aseguraron de difundir los peligros de la «Spice» por todas partes, con la esperanza de ayudar a otros padres a evitar esta tragedia. «Nuestro hijo no murió en vano», remarcó. Era una luz cuando estaba vivo y esa luz seguirá encendida», contó su madre a la KTLA.
A través de la Fundación Proyecto Connor y su presencia en las redes sociales, su familia continúa corriendo la voz. «Nuestra meta es ayudar a crear conciencia sobre los peligros de las drogas sintéticas, efectuar cambios en las políticas para ayudar a prevenir el acceso a estas drogas y asegurar que otras familias no pierdan a un ser querido a causa de las drogas mortales».
El 16 de julio, el quinto aniversario de la muerte de Connor, su familia compartió un video agridulce de él y escribió: «Era solo un niño, nuestro precioso hijo (hermano, sobrino, nieto, amigo) que dejó esta tierra hace 5 años. Murió por solo una fumada de Spice, K2, hierba falsa que fue comprada legalmente en la tienda del vecindario».
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