Dos padres de Alabama educaron a sus 10 hijos en casa, y todos ellos se graduaron en la escuela secundaria a los 12 años, y ahora, los 10 están avanzando como cohetes en sus respectivas áreas de interés.
Kip y Mona Lisa Harding, ambos de 53 años, han educado a sus hijos para que crean que «si es su vocación, Dios les ayudará a realizarla». Sus hijos, con edades comprendidas entre los 11 y los 34 años, han llevado su actitud de «sí se puede» a sus diversos campos de estudio y ocupación, obteniendo algunos logros en los ámbitos que han elegido.
Conozca a la «pandilla de cerebros»
Hannah, de 34 años, es licenciada en matemáticas y trabaja como tutora de matemáticas. Se graduó como la más joven de la Universidad de Auburn en Montgomery (AUM) a los 17 años, con una licenciatura en matemáticas.
Rosannah, de 32 años, que ahora es arquitecta en Nueva York, fue la integrante más joven del AIA (Instituto Americano de Arquitectos) en 2013.
Serennah, de 31 años, se convirtió en la doctora de la marina más joven a los 22 años y ahora es médico y vive y trabaja en Washington.
Heath, de 26 años, fue el graduado más joven de la Universidad de Troy con una licenciatura en ciencias de la computación a los 17 años, y ahora trabaja en Florida haciendo uso de su título.
Keith, de 23 años, tiene un título de consejero, vive en Washington y trabaja como traductor de lengua de signos estadounidense. También se graduó en música a los 15 años en la Universidad de Faulkner.
Seth, de 21 años, hizo historia al convertirse en el abogado más joven de Alabama con 19. Actualmente trabaja como abogado en Montgomery, Alabama.
Katrinnah, de 18 años, está preparada para batir el récord de su hermano de convertirse en la abogada más joven de Alabama al presentarse al colegio de abogados en julio de 2022. Actualmente vive con su esposo en Montgomery, Alabama.
Mariannah, de 16 años, es una de las estudiantes de posgrado más jóvenes de la Universidad de Auburn en el campo de las ciencias de la salud y actualmente está trabajando para obtener otro título de posgrado en horticultura.
Lorennah, de 14 años, cursará el tercer año en la Universidad de Bellevue en 2022, mientras que su hermano Thunder James, de 11 años, es estudiante de primer año en la Universidad de Bellevue. Ambos hermanos son los estudiantes más jóvenes de su universidad.
«Somos muy afortunados por educar en casa»
Muchos piensan que tales logros tempranos se deben a una increíble «inteligencia» inherente. Sin embargo, Mona Lisa dijo que cualquiera es capaz de hacer lo que ellos están haciendo.
«No es fácil y es mucho trabajo, pero no somos más inteligentes que nadie», dijo Mona Lisa a The Epoch Times. «Hemos sido extremadamente bendecidos por poder educar a nuestros hijos en casa, y si alguien quiere intentarlo, estamos encantados de ayudarle».
El proceso de los Hardings en educar en casa comenzó en 1998, cuando su hija mayor terminó el tercer grado.
«La mayor razón por la que trajimos a Hannah, Rosannah y Serennah a casa fue que las extrañábamos mucho todo el día», dijo Mona Lisa, que trabajaba como enfermera a tiempo parcial, pero que ha sido principalmente una mamá que se queda en casa. «La jornada escolar era demasiado larga y tampoco nos gustaba que todas las tareas que traían a casa redujeran nuestro tiempo en familia. Sentíamos que educar a nuestros hijos era nuestra responsabilidad».
Con los estudios diarios enfocados en la Biblia, las matemáticas, la escritura y la lectura (que incluía la ciencia, la historia y todas las demás áreas de interés), los Harding impulsaron a sus hijos. Su orientación les dejaba bastante libertad, ya que les permitían dedicarse a sus áreas de interés y elegir en dónde estudiar cada día.
«Podían trabajar en la mesa, en la cama o en el sofá», dijo Mona Lisa. «Siempre les permitíamos dedicar tiempo extra a lo que les interesaba. Algunos dirían que éramos tan relajados como ‘los que no estudian'».
Cuando sus hijos alcanzaron los 8 ó 9 años, los padres empezaron a prepararlos para el SAT o el ACT para que los aceptaran en la universidad. Con su increíble método, sus hijos siempre tenían mucho tiempo para dedicarle a sus actividades favoritas y a las excursiones, dijo Mona Lisa.
Aunque ha sido una bendición ver a cada uno de los niños crecer y desarrollar sus talentos y habilidades, Mona Lisa dice que no ha sucedido sin desafíos.
Su mayor reto ha sido la logística que implica educar en casa a cinco niños a la vez. Una vez tuvo que organizarse para llevar a uno de sus hijos a la universidad y educar a sus cuatro hermanos menores en casa.
Lisa describe que todos andaban con las mochilas a cuestas, aprendiendo a leer y escribir donde podían: en su furgoneta, en la biblioteca de la universidad, en las salas de espera o en los senderos peatonales. Los niños aprendieron a «aprender sobre la marcha». Más tarde, los mayores aprendieron a dar clases particulares a los más pequeños cuando Mona Lisa necesitaba ayuda.
Pero a pesar de los retos, Mona Lisa considera que la educación en casa es un método mucho más «eficiente» que otras opciones de enseñanza.
«Se puede adaptar a los intereses del niño y no tenemos que perder tiempo en materiales innecesarios», dijo. «También nos podemos dar el lujo de adelantarnos si es necesario. Podemos hacer más en casa en pocas horas que lo que se puede hacer en un aula».
«Los padres también tienen la ventaja de poder enfocarse en las áreas débiles del niño y darle la atención extra que necesita en esa área. Además, se pueden impartir muchas asignaturas a dos o tres niños que están en distintos niveles de enseñanza simultáneamente».
Y sin embargo, la eficiencia no es la única recompensa, Mona Lisa ha visto a sus hijos conversar con emoción sobre teorías matemáticas; maravillarse de la historia de los vikingos o compartir nuevas canciones con el ukelele.
«Los momentos más satisfactorios fueron cuando mis hijos se entusiasmaban con lo que estaban aprendiendo», aseguró.
El desarrollo de muchos dones y talentos de los niños Harding es en gran parte el resultado del apoyo, el ejemplo y la enseñanza de sus padres.
«Nuestra filosofía sobre la educación de los niños viene directamente de la Biblia», dijo Mona Lisa. «El aprendizaje va más allá de lo que sucede detrás de un escritorio. Nos esforzamos por responder a todas las preguntas de nuestros hijos mientras compartimos el día, viajando en el auto, haciendo fila o en una sala de espera».
Esta enseñanza constante no se limita a lo académico, sino que incluye instrucciones prácticas sobre cómo abordar la vida.
«Mi esposo le enseña a nuestros hijos a ‘trabajar primero y jugar después’ con el ejemplo», dijo Mona Lisa. «Intentamos enseñarles a levantarse y hacer sus tareas. Hacíamos el estudio de la Biblia juntos, y luego eran libres de leer, escribir y trabajar en matemáticas en el orden que quisieran».
Los mejores impulsores de los niños
Aunque la mayoría de los niños tuvieron que obtener préstamos estudiantiles, los padres Harding les brindaron apoyo financiero siempre que fue necesario.
«La esperanza es que pronto estén en condiciones de devolverlo y/o pagarlo», dijo Mona Lisa.
No en vano, los padres de los Harding son los máximos impulsores de sus hijos.
«Estamos aquí para reír con ellos y para llorar con ellos», dijo Mona Lisa. «Nos alegramos de sus éxitos y rezamos por ellos en sus fracasos. Tener una familia numerosa es una gran fuente de apoyo para cada uno de nosotros».
A pesar de tener una familia tan grande, los Harding dicen que están contentos de ayudar a otros que quieren darle una oportunidad a sus propios hijos de educarlos en casa.
Ya han compartido parte de su sabiduría en el libro titulado «The Brainy Bunch: The Harding Family’s Method to College Ready by Age 12», y también comparten su día a día en su canal de YouTube: College by Twelve.
Aquí están sus ocho consejos básicos para los padres interesados en educar en casa:
1. Deje que sus hijos estudien lo que les interesa.
2. Permita que se salten las cosas «aburridas».
3. Dedique su energía a hacer que el aprendizaje sea lo más divertido posible.
4. Dedique su tiempo y recursos a sus intereses específicos.
5. No tenga miedo de permitirles saltar de grado.
6. Si su hijo dice: «Quiero ser médico» o «Quiero ser abogado», ¡tómelo en serio! No pasa nada si luego cambian de opinión. Incluso los adultos cambian de carrera.
7. Busque mentores para ellos y ayúdelos a investigar los campos profesionales que han elegido. No los desestime solo porque son jóvenes.
8. Y, ¡diviértase! Si no es divertido, probablemente lo está haciendo mal.
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