Hay un hombre sin hogar en Rio do Sul, en el sur de Brasil, que a menudo sacrifica su propia comida para alimentar a los perros callejeros que lo rodean. En un momento en el que repentinamente necesitaba tratamiento de emergencia, su amabilidad volvió a él como un búmeran, ya que los fieles caninos que él alimentaba se aseguraron que no estuviera solo en su momento de necesidad.
La increíble lealtad de los perros callejeros fue presenciada por la enfermera Cris Mamprim y sus colegas poco después que el hombre sin hogar, conocido solo como César, llegara a la sala de emergencias del Hospital Regional Alto Vale en Rio do Sul, Brasil, el 9 de diciembre de 2018, alrededor de las 3 a.m., para buscar tratamiento y medicación para una condición de salud preexistente con la que estuvo luchando.
Era la primera vez que César iba al Hospital Regional Alto Vale para recibir tratamiento, ya que normalmente va a otro centro de salud en la ciudad. Por lo tanto, Cris y sus colegas no tenían idea de la condición de César, ni de sus antecedentes.
Pero no pasó mucho tiempo antes que se dieran cuenta que tenía una pandilla de caninos acompañándolo.
Cuatro perros callejeros preocupados se presentaron en la entrada del hospital y lo esperaron.
Estaban tan preocupados por su amo sin hogar, que las enfermeras pronto se enteraron que él renunció durante algún tiempo a sus propias comidas para alimentar a estos animales callejeros.
Cris tomó una foto de la conmovedora escena y luego la publicó en Facebook, escribiendo en portugués: «Me encontré con esta escena hoy. En el hospital donde trabajo, a las 3 de la mañana, mientras su dueño (que vive en la calle) estaba siendo atendido, sus compañeros esperaban en la puerta».
«Una persona sencilla, sin lujos, que depende de ayuda para superar el hambre, el frío, el dolor, los males del mundo, tiene a su lado a los mejores compañeros y el compartir es recíproco».
«Un intercambio de amor, afecto, calidez y comprensión. Una persona que nos confesó que dejó de comer para alimentarlos», continuó Cris, quien le dijo a The Dodo: «Todos están bien cuidados y gorditos».
Los fieles caninos esperaban ansiosamente el regreso de César. Afortunadamente, los animales se reunieron con su dueño al poco tiempo.
No queriendo estar separados de César y de sus compañeros, el personal dejó entrar a los perros después de darle al hombre la medicación que necesitaba. Hasta le ofrecieron comida a César.
«Créame, comió un poco y guardó un poco para dárselo a los perros más tarde», recordó Cris.
Una hora más tarde, César salió del hospital con los cuatro perros detrás moviendo alegremente sus colas.
«No sé cómo es su vida, ni por qué está en la calle, pero admiro el respeto y el amor que tiene por sus pequeños animales», concluyó Cris. «Verlos así, esperando en la puerta, demuestra lo bien cuidados y amados que están. Oh, si todo el mundo fuera así…. si no hubiera maldad, maltrato».
La publicación de Cris conmovió a muchos, provocando más de 136.000 reacciones y más de 24.000 comentarios.
«¡¡La cosa más hermosa!!», escribió un usuario.
Otro comentó: «Gracias por cuidarlos».
Aunque César tiene pocas posesiones materiales y probablemente no tiene parientes a los que recurrir, nunca está solo porque tiene un corazón cálido y amoroso.
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