Cuando Haley supo que el pronóstico de vida de su esposo con cáncer pasó de meses a días y luego a horas, decidió confiar y arriesgarlo todo para adelantar el nacimiento de su hijo y pudiera conocerlo.
Haley Parke, de 28 años, acompañó a su esposo Jb Parke en su lucha contra el cáncer, desde que fue diagnosticado en enero de este año.
«El médico nos dijo que el cáncer se había extendido a sus ganglios linfáticos. Sus pulmones estaban llenos de líquido», dijo Haleyen entrevista a TODAY.
El sombrío panorama solo se iluminaba por la llegada del segundo hijo de la pareja, cuyo nacimiento estaba programado para finales de este mes. Sin embargo, Jb ingresó de emergencia el domingo 28 de noviembre en el hospital debido a complicaciones por el cáncer.
Tres días después, recibieron la noticia que el pronóstico de 6 meses de vida, se había reducido a unos cuantos días. La pareja decidió pedir una inducción de parto, que afortunadamente los médicos de la UCI aceptaron realizar.
«Le di un beso de despedida a mi dulce esposo y le dije que fuera fuerte y que aguantara por mí y por el bebé, dijo que lo haría», publicó Haley en un conmovedor mensaje en Facebook.
Ese mismo día, durante la noche, la joven mamá comenzó su proceso de inducción, con la «esperanza de un parto rápido», pero no fue así. El jueves por la mañana, los médicos le informaron que el estado de su esposo se había agravado, y que solo tenía unas horas de vida.
«Tenía que ser una cesárea justo en ese momento, o Jb no tendría la oportunidad de conocer a nuestro hijo», escribió Haley.
Casi de inmediato, Haley fue llevada al quirófano, y 20 minutos después nació el bebé, con tres semanas de anticipación de su fecha original. Apenas alcanzó a darle un beso, y rápidamente lo llevaron con su padre y lo colocaron en su pecho.
«¿El milagro de todo esto? Cuando nuestro bebé fue colocado en el pecho de Jb, sus signos vitales mejoraron instantáneamente. También sintió cómo nuestro hijo estaba allí haciendo pequeños movimientos de cabeza y dulces sollozos», recordó Haley.
Generalmente, los bebés que nacen antes de tiempo tienen complicaciones y requieren un tiempo en la UCIN para recibir apoyo respiratorio. Pero Haley cree que «Dios preparó a nuestro hijo para este preciso momento», ya que sus pulmones estaban completamente desarrollados.
La extraordinaria situación que vivió la pareja y su bebé también fue apreciada por el médicos y enfermeras del hospital, que «tuvieron los ojos empapados en todo momento».
«Algunos de ellos me dijeron que nunca olvidarán este acto de desinterés. Algunos llamaron mis acciones valientes y heroicas. Solo lo llamo amor. Actué por amor», escribió Haley.
«Puse mi confianza en Dios de que esto era parte de su plan, e hice lo que tenía que hacer, por amor, para cumplir el último deseo de mi esposo», agregó.
En una página de GoFundMe de recaudación de fondos para Haley, su hijo Brinton 18 meses y su bebé de días de nacido, la mamá compartió que el pequeño se llamará John Beeson Parke, igual que su padre.
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