Una pareja de Estados Unidos sintió el llamado de Dios en su corazón y la idea de adoptar vino a su mente. La búsqueda los llevó a Filipinas hasta una pequeña niña de 10 años que nació sin boca, sin manos ni pies y con una gran lista de graves problemas médicos.
En 2016 Kate Hayes y su esposo tenían dos hijos pequeños, de 2 y 4 años, y pasaron por muchos cambios en su vida en ese momento. Su esposo dejó su trabajo de cuatro años y aceptó trabajar menos horas para estar más en casa con la familia.
“Una parte de nosotros sentía que Dios nos estaba preparando para algo grande, pero también teníamos miedo porque, sinceramente, no estábamos seguros de poder manejarlo”, escribió Hayes a través de Love What Matters.
Un día de 2017 su esposo sintió que Dios puso una pregunta en su corazón: “¿Y si uno de sus hijos estuviera al otro lado del mundo en una condición de indigencia?¿Qué harías?”.
La idea creció en la mente de su esposo y decidieron inscribirse en un programa de adopción de Filipinas a final del verano de ese mismo año.
El sentimiento puro de encontrar un hijo al otro lado del mundo no tenía condiciones para los Hayes. Aunque les aconsejaron adoptar a un niño menor que sus hijos para mantener el orden de nacimiento y que intentaran evitara a los niños con alguna discapacidad, los Hayes tenían en claro lo que Dios dicto en su corazón.
Una noche, la agencia de adopción les envió por correo electrónico una lista con los niños ‘más difíciles de adoptar’. Algunos eran mayores, otros eran grupos de hermanos y algunos sufrían discapacidades importantes.
“Mientras mi esposo miraba la pantalla de la computadora, se quedó en silencio”, contó Hayes. Luego su esposo le dijo: “Mira a esta pequeña niña de 10 años”, recordó Hayes. Cuando los ojos de Hayes miraron la pantalla, vio a una niña que había nacido sin manos, sin pies y sin boca, pero no sintió pena, sino que la invadió una inmensa alegría.
Leyeron la historia de Melanie y se quedaron pensando que ella podría ser la hija que buscaban. “Nuestros corazones estaban en llamas. Lo sabíamos”, expresó Hayes.
Días después les llegó un archivo. “Tenía páginas tras páginas llenas de imágenes, detalles y registros médicos. Lloramos todo el tiempo”, compartió Hayes. “Definitivamente Dios nos estaba llamando a salir de nuestra zona de confort y brindándonos su dulce seguridad”, agregó la conmovida mamá.
A principios de 2018 recibieron la aprobación para adoptar a Melanie. “Fue un momento emocionante”, pero necesitaban 40,000 dólares para cumplir con los trámites de adopción. Estaban muy preocupados y no sabían cómo conseguirían ese dinero, pero gracias a la ayuda de organizaciones benéficas, donaciones y recaudación de fondos lo lograron.
En agosto de 2018, viajaron a Manila, Filipinas.
“No hay nada como la anticipación y el nerviosismo que te invade justo antes de conocer a tu hija preadolescente por primera vez”, dijo Hayes.
El día que conocieron a Melanie las lágrimas de la emocionada mamá corrían por su rostro. “Ese primer abrazo fue una declaración, un mensaje y un alivio, con una exhalación como diciendo: ‘Finalmente una familia’”.
Melanie demostró que realmente era una niña especial y que en su corazón sabía que los Hayes eran su familia.
Anteriormente, en una competencia llamada: «El amor lo completa», en la que muchos niños con discapacidad pintaban lo que deseaban que sus cuerpos tuvieran para estar completos, Melanie pintó una familia. “Los jueces le preguntaron por qué pintó una familia y Melanie respondió: ‘Esa es mi familia para siempre. Eso es lo que me sanará’”.
Melanie nació con pocas posibilidades de sobrevivir, pero ella nunca se rindió. “¡Es una pequeña luchadora! Con casi once años y después de múltiples cirugías, estaba allí, dejando todo atrás y preparándose para comenzar una nueva vida”.
Desde que Melanie está en casa de los Hayes ha mejorado en todos los aspectos de su vida. “ Se ha vuelto más segura, más alta y su acento incluso ha cambiado. Ella ha prosperado en nuestra comunidad de la iglesia, su escuela y en nuestra familia”, cuenta la feliz mamá. La niña “es una hermana mayor maravillosa y una hija increíble”, agregó.
La salud de Melanie está cada día mejor desde que llegó a su casa. Ahora tiene nuevas prótesis y tuvo una cirugía en la mandíbula y la boca en junio de 2020.
“No podríamos estar más agradecidos con Dios por llevarnos a lo profundo, más allá de nuestra zona de confort, y permitirnos llamar a esta preciosa niña nuestra hija», dijo Hayes en Love What Matters.
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