Una conmovedora foto capta el desgarrador momento en que una devota pareja se recostó lado a lado por última vez antes de morir ambos de cáncer.
Lynne Johnson, de 69 años, luchaba contra un agresivo tumor cerebral, mientras que, a su marido, Chris Johnson, de 76, le diagnosticaron cáncer de intestino e hígado.
En sus últimos días juntos, la pareja, que apenas se había separado en sus 52 años de matrimonio, fue atendida en la misma habitación.
Una foto muestra a la pareja tumbada al lado del otro para poder cogerse de la mano por última vez.
Poco después de que se tomara la foto en el hospicio Ashgate de Chesterfield, Derbyshire, Inglaterra, la Sra. Johnson falleció el 13 de febrero, seguida de su marido, que murió el 21 de febrero.
Su hija Julie Whittaker compartió la conmovedora imagen en un emotivo homenaje a sus queridos padres.
«Papá estuvo allí en el último suspiro de mamá», dijo la Sra. Whittaker. «Le tomo su mano y eso la reconfortó mucho.
«Cuando murió mamá, tardó unos días en asimilarlo. El sábado rompió a llorar y dijo: «¿De verdad se ha ido Lynne?».
Se le rompió el corazón al saber que su mujer había fallecido; se dio por vencido y no volvió a comer ni a beber.
«No creo que hubiera muerto ese día si mamá siguiera viva», dijo la Sra. Whittaker.
El Sr. Johnson era lechero cuando conoció a la Sra. Johnson.
Su relación floreció y la pareja se casó en junio de 1972. La pareja tuvo dos hijos: Gary Jonhson y la Sra. Whittaker.
El Sr. y la Sra. Johnson pasaban la mayor parte del tiempo juntos y rara vez se separaban.
«Lo hacían todo juntos», dice la Sra. Whittaker. «Aparte de cuando estaban en el trabajo, nunca se separaban; eran auténticas almas gemelas».
El Sr. Jonhson, que más tarde trabajó como conductor de autobús antes de jubilarse, fue diagnosticado con cáncer de intestino e hígado en octubre de 2023. Tres meses después, a su mujer, antigua cuidadora, le diagnosticaron un glioblastoma, un tumor cerebral canceroso.
La pareja se trasladó a habitaciones contiguas del hospicio hasta que el personal cumplió su último deseo de estar juntos en sus últimos días.
«Los cuidados fueron fenomenales. No sólo para mamá y papá, sino para todos nosotros, el hospicio estuvo con nosotros desde el principio y siguen estando ahí hasta ahora», dijo la Sra. Whittaker. «Si ambos no hubieran podido ser atendidos en el hospicio, nos habría roto el corazón elegir con quién íbamos a estar».
Juntos, su familia pudo pasar más tiempo con ambos.
La Sra. Whittaker se mostró agradecida al hospicio por ir más allá para ofrecerles apoyo. El Sr. Johnson pudo disfrutar de una copa de vino, y su hermano Alwyn visitaba a la pareja todos los días con su perra, Tess.
«Alwyn y Tess estuvieron allí cuando murió papá, lo que fue especial para él», dijo la Sra. Whittaker.
Reflexionando sobre la muerte de sus padres, dijo: «Incluso a día de hoy, no parece real. No ha pasado mucho tiempo desde que fallecieron, ¿cómo se han ido? Fue un torbellino, todo sucedió tan rápido».
Ahora pide al gobierno que revise la financiación para que más personas puedan acceder a los servicios de cuidados en etapas terminales.
«No sólo todas las personas merecen los cuidados terminales que recibieron mis padres, sino que cuando los pacientes están en un hospicio en lugar de en un hospital, se reduce la presión sobre el SNS», afirmó. «Nada es demasiado problema para el personal del hospicio; hay mucho amor y compasión.
«Me gustaría que más familias pudieran estar tan bien atendidas como nosotros».
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