Después de compartir un conmovedor momento con una adolescente afligida en la iglesia, una madre de Carolina del Norte sintió una inspiración divina. Elaboró carteles —con los mensajes: «Abrazos de mamá, gratis» y «Abrazos de papá, gratis»— y se dirigió a una universidad local con su esposo para ofrecer abrazos a todos los que los necesitaran.
El 16 de noviembre de 2021, Jordan y Matt Roten llegaron a la Universidad Estatal Appalachian y abrazaron a más de 600 personas.
Al final del día, con los pies adoloridos y el corazón lleno, Jordan compartió en Facebook su experiencia y la de su esposo.
«Levantamos carteles y le preguntamos a cada estudiante, profesor o funcionario que se cruzaba frente a nosotros si quería un abrazo», escribió, «y déjenme decirles que dimos abrazos hasta que se nos cayeron los brazos».
«Sonreímos hasta que nos dolieron las mejillas», continuó. «Dimos cientos de abrazos. Abrazos felices. Abrazos tristes. Abrazos de oso. Abrazos rompe costillas, rompe espaldas».
Algunos vieron los carteles y se dirigieron hacia ellos, mientras que otros pasaron con solo una inclinación con la cabeza, pero regresaron cuando se dieron cuenta que necesitaban un abrazo. Mientras tanto, otros regresaron en los intermedios de clase para recibir un abrazo más.
Para Jordan, la idea de repartir abrazos gratis surgió cuando visitó una iglesia unas dos semanas antes de visitar la universidad.
«Había una joven preciosa de 16 años que acaba de perder a su mamá», explicó en una entrevista con la emisora de radio cristiana K-Love. «El sermón de ese domingo era sobre el dolor, y cómo la esperanza es nuestra ancla en tiempos de dolor, y pude ver que ese mensaje realmente la impactó (…) Solo sentí un empujón en mi espíritu para ir a darle un abrazo».
Cuando Jordan se acercó a la joven para ofrecerle un abrazo, la adolescente no dudó ni un segundo. Abrazándola con fuerza, Jordan le dijo que seguramente mucha gente la amaba.
En ese momento se encendió una idea en la mente de Jordan, sobre dar abrazos gratis de papá y mamá en una universidad. Cuando compartió la idea con Matt, él estuvo de acuerdo y aceptó hacerlo. La pareja incluso decidió que se abrazarían todo el tiempo que el receptor decidiera soltarse.
Según Jordan, la mayoría de las personas con las que compartieron abrazos no querían soltarse.
Para ella, un abrazo es especial porque cree que el contacto físico puede transmitir valor, dignidad y consuelo al que lo recibe.
«A veces se necesita que alguien lo envuelva», añadió.
Al superar los 600 abrazos en la universidad, la pareja comprobó lo acertado de su instinto. Jordan compartió algunas de sus interacciones más conmovedoras en Facebook.
«Tuvimos unos cuantos corazones preciosos que se derritieron en nuestros brazos porque estaban abrumados por la escuela y los exámenes, y tuvimos unos cuantos que nos dijeron entre lágrimas que no podían ir a casa en vacaciones», escribió.
Otra experiencia que compartieron fue de una «preciosa niña» que había perdido a su mamá a principios de 2021. La niña abrazó a Jordan durante 10 minutos mientras ambas lloraban. Por su parte, un hombre que estaba perdiendo a su padre por un cáncer abrazó a Matt «con más fuerza».
Lo que más conmovió a Jordan fue la cantidad de personas que admitieron que necesitaban un abrazo más de lo que se imaginaban.
«Estoy muy sorprendida por la bondad de Dios y por la forma en que nos ama», dijo. «Nos duelen los pies. Nos duelen los brazos. Nos duelen las costillas. Pero nuestros corazones están muy, muy llenos».
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