Una pareja australiana que estaba esperando un hijo, al que le diagnosticaron el síndrome de Down, se sorprendió cuando su médico les programó un aborto. Al negarse a interrumpir el embarazo, siguieron adelante, y ahora su pequeña ha superado todos los pronósticos y está creciendo.
«Fuimos bendecidos con la niña más hermosa, feliz y divertida, que casualmente tiene un cromosoma de más», escribió la madre Zoey O’Hehir, de Nueva Gales del Sur, en un posteo de Facebook.
Zoey y su esposo, Jake, ambos de 28 años, llevaban casi tres años intentando tener un bebé cuando ella quedó embarazada de su hija, Arlee Grace.
La pareja estaba ilusionada por recibir a su hija en sus vidas cuando, un día, Zoey, que estaba en plena clase, recibió una llamada de su médico para decirle que su hija había sido diagnosticada con Síndrome de Down y que ya le había reservado la interrupción del embarazo.
«Me dio mucho miedo y tan solo mencionar la interrupción del embarazo me impactó», dijo Zoey a ABC. «Antes que pudiera decir algo, antes que pudiera procesar algo o incluso respirar, [él había programado la interrupción]».
Entonces, la consternada pareja acudió a reunirse con su médico, quien les presentó una hoja informativa y les dijo que la atención que recibirían en los meses siguientes sería «mínima» y «casi nula».
Incluso, le dijo a los entonces futuros padres cuáles serían los resultados si continuaban el embarazo: tratamiento de diálisis de por vida, nacimiento de un bebé muerto o muerte neonatal, además de advertirles que esperaran lo peor.
A pesar de las predicciones del médico, Zoey y Jake estaban decididos a que naciera su hija y, por tanto, decidieron seguir adelante con el embarazo.
La pequeña Arlee nació con 33 semanas y 6 días de gestación el 2 de marzo en el Hospital Nepean de Penrith. Al darle la bienvenida al mundo, los emocionados padres escribieron en Facebook que estaban «muy orgullosos de ella».
Arlee, que ahora tiene 9 meses, ya está cumpliendo todos sus hitos de desarrollo y ha demostrado que los profesionales de la medicina se equivocan.
«Ella es increíble y ha traído mucha felicidad a nuestra vida», dijo Zoey. «Puede que tenga un poco de tono muscular bajo, que viene con el síndrome de Down, pero aparte de eso, honestamente es como una bebé normal».
Siendo testigos del proceso de su hija, ambos padres participan en generar conciencia sobre el síndrome de Down. Zoey y Jake incluso ayudaron a recaudar fondos para la fundación Down Syndrome Australia.
«Esta niña demostró que todos los profesionales de la medicina estaban equivocados. A través de toda la negligencia, toda la duda, toda la negatividad que rodeó su diagnóstico y la opinión de todos», escribió Zoey. «¡Miren lo lejos que ha llegado esta preciosa niña!».
Arlee ya está lista para celebrar su primera Navidad.
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