Las mujeres con embarazos de bajo riesgo que dan a luz en hospitales y son atendidas por parteras, tienen menos intervenciones y menos cesáreas que aquellas en iguales condiciones que reciben atención de obstetras, según un estudio realizado en Estados Unidos.
La investigación publicada el 8 de octubre de 2019 en la revista Obstetrics & Gynecology, analizó datos tomados en 11 hospitales del Noroeste de EE.UU. a más de 23.000 parturientas sin complicaciones médicas ni factores de riesgo conocidos. En nacimientos atendidos por una partera, se observó que la tasa de cesáreas fue un 30 por ciento menor en madres primerizas y 40 por ciento menor en las que ya habían dado a luz anteriormente, en comparación con madres que fueron atendidas por un ginecólogo obstetra.
«En el grupo de pacientes que recibieron atención de una partera, hubo una tasa menor de intervenciones», dijo la Dra. Vivienne Souter, directora de investigación del programa de evaluación de resultados de atención obstétrica (OBCOA, por sus siglas en ingés).
«Tenían menos probabilidades de tener una epidural, oxitocina (para acelerar el parto) o una episiotomía, en comparación con las atendidas por un obstetra». Sin embargo, es realmente importante enfatizar que estábamos viendo embarazos de bajo riesgo en mujeres que dan a luz en hospitales».
El equipo de Souter encontró en mujeres que habían dado a luz anteriormente, que los bebés nacidos bajo la supervisión de una partera tenían un índice más alto de distocia de hombro, lo que ocurre cuando una mujer tiene problemas para sacar los hombros del bebé hacia afuera. Si bien no están seguros por qué sucede esto, Souter sugirió que podría deberse a que en este estudio los bebés nacidos con la asistencia de una partera, tendían a ser algo más grandes que los nacidos de madres atendidas por obstetras.
«No tuvimos un estudio lo suficientemente grande como para evaluar todos los resultados, sobre todo los resultados adversos», por lo que algunas preguntas no pudieron ser respondidas por falta de datos, señaló Souter. «Necesitamos más datos como este para entender mejor el cuidado maternal en los EE.UU. y derivar estrategias para mejorarlo».
Los investigadores no pudieron solucionar el problema, de que sus resultados podrían haber sido afectados ante la posible elección de las mujeres de sus proveedores. Por ejemplo: posiblemente las mujeres que eligieron ser atendidas por una partera, podrían haber estado más comprometidas con tener un parto vaginal, agregó.
Todas las mujeres del estudio estaban embarazadas de un solo bebé, dieron a luz a término, no habían tenido un parto por cesárea previo y estaban sanas antes y durante el embarazo. Las mujeres excluidas del estudio, sí tuvieron un trabajo de parto inducido debido a una complicación médica.
El nuevo estudio «es un gran primer paso para comparar la atención de parteras en un hospital con la atención de obstetras en el mismo», señaló Suzanne Shores, directora de la división de obstetricia y proveedores de práctica avanzada del Centro Médico Magee de la Universidad de Pittsburgh, en el Hospital de Mujeres de Pittsburgh, Pennsylvania. «Esperemos que estimule a más investigación en esta área».
Más investigaciones podrían responder preguntas, como el hecho de que las mujeres que seleccionan a sus proveedores afectan ciertos resultados, como las tasas de cesáreas, comentó Shores, añadiendo que muchas mujeres que eligen ser atendidas por parteras «quieren un parto de baja intervención y no epidural».
El programa OBCOA es una colaboración multicéntrica de mejora de la calidad de la «Fundación para la Calidad de la Atención Médica», una organización independiente sin fines de lucro con sede en Seattle.
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