Todos los hemos visto antes: vídeos de criminales que definitivamente deberían haber estudiado y ensayado mucho antes de intentar sus actos ruines. Ya sea que se encierren dentro de las tiendas que están robando y tengan que ser liberados por los oficiales que los arrestarán o que dejen caer todo el dinero que han robado en la calle, estas historias muestran que el crimen no paga.
Pero una historia en enero del 2019 en Florida ilustró el concepto aún más dramáticamente cuando un ladrón puso sus manos en un frasco de pastillas que pensó que le darían un buen momento. Solo que las cosas no salieron como él esperaba.
Viviendo en el condado de Pinellas, Peter Emery Jr., de 69 años de edad, era conocido por tener un problema con el abuso de medicamentos. Había sido condenado por hurto menor en el 2014 y 2015. Según la WFLA en Tampa: «Los miembros de la familia dicen que Peter ha tenido un problema con las pastillas durante años y que recientemente ha completado su último programa de rehabilitación y que estaba buscando un lugar donde quedarse».
Peter terminó viviendo con un miembro de su familia, quien le dió la oportunidad de recuperarse, pero desafortunadamente, resultó ser un lugar tentador. Uno de los nuevos compañeros de cuarto de Peter, Jayme Ream, tenía una receta legal para el acetaminofén hidrocodona, una combinación de un opiáceo y el ingrediente clave del Tylenol.
Jayme había notado que sus pastillas parecían estarse terminando más rápido de lo normal y decidió averiguar qué estaba pasando. Para ello, compró en secreto una cámara de vigilancia de Walmart y la colocó cerca de la caja de seguridad donde guarda sus medicamentos. Pero para asegurarse de que el ladrón, quienquiera que fuera, aprendiera la lección, Jayme le dio un giro.
Tomando su frasco de pastillas recetadas, vació los analgésicos y volvió a llenar el frasco con algunos parecidos. Excepto que estos no eran los opioides que Peter buscaba; eran píldoras laxantes Equate Gentle, según WTVT en Tampa Bay. Un prometedor «alivio suave y predecible de la noche a la mañana», estas píldoras de venta libre son «para aquellos que regularmente experimentan estreñimiento».
Cuando Jayme examinó las imágenes del vídeo de su cámara recién adquirida, se sorprendió. «No podía creer lo rápido que entró. Básicamente, por el vídeo, acaba de entrar», dijo Jayme a la WFLA. «Tenía el código y estaba dentro». Poco después, Peter fue visto en cámara tomando dos pastillas y llevándoselas con él.
Presentado con la evidencia, Peter «admitió que no tenía permiso para tomar las pastillas», según la WFLA. Dadas sus dos condenas anteriores por hurto menor, esta vez fue acusado de un delito grave.
Cualquiera que sea la sentencia, es probable que el efecto de los laxantes lo disuada de cometer futuros robos. Según NBC Miami, Peter también había violado los términos de su libertad condicional por condenas anteriores y fue fichado el 24 de enero del 2019.
En cuanto a Jayme, su pequeña lección no solo fue ingeniosa, sino que la policía encontró que era completamente legal. Como dijo el teniente Adam Geissenberger de la policía de Pinellas Park a la WFLA: «Jayme puso un laxante en una botella, sabiendo que alguien lo iba a robar de nuevo, o creyendo verdaderamente eso».
El objetivo del experimento era simplemente mostrarle al ladrón que no debería estar irrumpiendo en las posesiones de otras personas, lo cual esperamos que haya ocurrido.
«En este caso alguien le robó y afortunadamente, independientemente de quién lo tomó, no era una sustancia peligrosa que iba a dañar a esa persona».
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