Un médico pediatra de Brasil decidió cambiar el miedo de los niños a la bata blanca, por una sonrisa de alegría. Para atender a los pequeños, el joven y su esposa se visten de superhéroes y atienden en su clínica móvil.
Ricardo Fonseca es un joven médico pediatra de 36 años, que junto a su esposa Sara Anieli, también médico, viajan en su clínica móvil —a la que nombraron Super-Pediatra— para atender de manera gratuita a niños en zonas marginadas de Brasil. Para hacerlo, ambos cambiaron la distintiva bata blanca por el disfraz de Superman y Wonderwoman, aunque el médico también tiene en su guardarropa los trajes de Spiderman, Capitán América y Batman.
Cuando Fonseca descubrió que los niños le tenían miedo a la bata blanca —que relacionaban con el dolor de las vacunas que recibieron en su primer año de vida—, decidió cambiarla por batas de superhéroes para «romper con ese villano», dijo al medio local So Noticia Boa.
La idea surgió en 2018, luego de ver que en el campo de la odontología pediátrica, «Los dentistas atendían a los niños de forma lúdica y me pareció muy interesante», dijo a la Revista Crescer.
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El pediatra ha trabajado como voluntario desde hace 10 años en guarderías y colegios, pero siempre examinaba a los pequeños en una colchoneta improvisada, lo que hacía el trabajo más difícil. En esas circunstancias, en 2020 surgió la idea de transformar un tráiler en una oficina móvil.
«Estaba en la iglesia y sentí este impulso. Así que fui a preguntarle a mi esposa si pensaba que era una locura. Ella respondió que sería una locura si no escuchaba la voz de Dios», compartió al medio G1.
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Pero los médicos no solo atienden con su traje de superhéroes a los pequeños pacientes, ¡también hacen magia!
Ana Clara, de 6 años, quedó sorprendida en su peculiar visita al médico: después de soplar en una caja vacía, ¡apareció un muñeco de Superman!
«Muchos niños tienen miedo cuando hablan de médicos, hospitales y consultas. Cuando un pediatra atiende así, termina divirtiendo al niño y, de paso, calmando a la madre. Es muy bueno», dijo Juliana, la madre de Ana Clara, a So Noticia Boa.
A lo largo de su camino como voluntario, el médico ha tenido la oportunidad de atender a pequeños que nunca habían tendido una consulta. En la mayoría de los casos, los padres simplemente no pueden pagar una clínica o una visita al médico.
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La primera visita de los súper-médicos fue a Ceilândia, una localidad a la que Fonseca le tiene mucho cariño, ya que estuvo viviendo ahí durante dos años.
«Hice mi residencia en el Hospital Regional de Ceilândia, donde conocí a mi esposa. [Así que ] insistí en que la primera visita fue allí», confesó el pediatra.
La fuerte vocación de Fonseca surgió cuando aún era un niño, y tuvo síntomas de encefalitis viral. Luego que su madre pasara por muchos médicos para tratarlo, solo uno fue el que destacó.
«Él guió a mi madre sobre qué hacer. Fue en ese momento que me di cuenta de que yo también quería ayudar a los niños», dijo a la Revista Crescer.
«Dicen que el sentido de la vida es encontrar tu don, pero el verdadero propósito es compartir ese don, yo lo creo y me siento muy realizado al poder ayudar a los demás», publicó el pediatra en su Instagram.
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