La vocación en la vida es algo que nos acompaña por siempre. Incluso hay algunas personas que desde que nacen hasta el último suspiro dan su vida por las cosas que aman. Este es el caso de un pediatra brasilero, que a pesar de estar jubilado sigue ayudando a los más necesitados.
El doctor Ivan Fontoura es un pediatra brasileño de 92 años, que obtuvo su titulo médico en 1951. Desde que tenía 4 años de edad, ya sabía que quería hacer en la vida: ayudar a los niños necesitados que no podían recibir atención especializada. Con este objetivo, estudió con mucho esfuerzo para poder obtener el título de médico de la Universidad Federal de Paraná (UFPR ), y con solo 24 años ya se había recibido y comenzaba a especializase en el exterior, haciendo una maestría en Estados Unidos y un doctorado en Francia, según el portal Sempre Familia.
Después de una larga carrera en 2005 se jubiló, pero eso no le impidió seguir trabajando para ayudar a los más necesitados, y ahora dedica su vida a ayudar a los niños de bajos ingresos en la costa de Paraná, y de forma gratuita. Desde hace tres años, el médico anciano dedica dos días a la semana, lunes y jueves a ayudar a los niños en el barrio Jardim Jacarandá, luego de conducir unos 12 kilómetros de recorrido.
«Es un médico super competente, cuida a todos los niños que lo buscan», dice la abuela de Brayan, una cocinera llamada Raquel Martins de Souza. Brayan Josviaki, de 6 años, es uno de sus pacientes que atiende desde bebé.
Según Raquel, el médico también está disponible ante emergencias fuera del horario convencional y muchas veces a retrasado su almuerzo para atender a los pacientes. «Lo importante para él es atender a los niños. Solo después que termina piensa en el almuerzo», asegura Raquel.
Esto es resultado de la agotadora rutina que tiene los lunes y jueves, donde realiza hasta 40 consultas gratuitas por día. «Asisto a los niños sin parar. Luego tomo una taza de café entre un paciente y otro, e incluso me olvido de almorzar».
Junto con su esposa Eva Fontoura, quien es enfermera, realiza las consultas de manera voluntaria, ella es su mano derecha y es quien lo apoya durante toda su travesía. «Comenzamos a atender en nuestra casa, luego ayudamos a pacientes del vertedero de Paranaguá durante seis años y ahora estamos asistiendo aquí en Pontal», dice el pediatra.
Todas as segundas e quintas-feiras, o pediatra Ivan Fontoura, 92 , caminha com a esposa, Eva, que é enfermeira, até um posto de saúde em Praia de Leste, para atender 30 crianças gratuitamente. São 68 anos dedicados à Medicina, boa parte disso na Pediatriahttps://t.co/4t3V1mowma
— Quebrando o Tabu (@QuebrandoOTabu) July 23, 2019
Ivan tiene tiene dificultades auditivas y sufre de dolor muscular, pero eso no lo detiene en su camino. «Tengo 92 años y ocho meses, así que eso es parte de eso. Nos levantamos con dolor, pero venimos a trabajar y terminamos divirtiéndonos y mejorando durante el día», confiesa el doctor.
Para muchos, la fortaleza de Ivan y su esposa es muy inspiradora, y su coraje es elogiado por las personas de la comunidad, en especial el hecho de renunciar al lujo para ayudar al prójimo. Entre los que quieren seguir sus pasos está su hijo y cuatro nietos graduados en medicina. Incluso Ary Fontoura, el hermano de Ivan, quien es un destacado actor brasileño, le dedicó su gran admiración en su perfil de Instagram, afirmando que es «ejemplo extraordinario de amor al prójimo».
O pediatra Ivan Fontoura se formou em Medicina na UFPR no ano de 1951 🙂
Mesmo aposentado, ele continua trabalhando pra ajudar crianças de baixa renda no Litoral do Paraná <3 https://t.co/ArMAzwdDva
— Solange Travassos (@Lusolmar) July 31, 2019
Desde que se retiró en 2005, cuando terminó con sus actividades como director del Hospital Little Prince en Curitiba, dijo que necesitaba recuperar su energía, pero con tan solo 6 meses ya estaba con ganas de seguir ayudando a los demás. “La medicina es una buena adicción, ¿sabes? Estamos felices de ayudar a estas personas en una situación difícil y aún más cuando las cosas funcionan», dijo a Sempre Familia.
En 2007, en la entidad donde trabajaba, le fue otorgado el diploma de mérito ético y profesional, mientras que la Medalla Lucas (Homenaje al mérito del médico), fue un reconocimiento por la actividad social que comenzó en la costa del estado. «Ya he ganado suficiente dinero financieramente, así que hoy solo obtengo satisfacción. Para mí, ser médico es esto», concluye el incansable médico.
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