En una tarde fría y húmeda en el este de Kentucky, un buen samaritano notó a una perrita callejera que sobresalía de la multitud. Pero en lugar de atraer la amabilidad de los transeúntes, la dulce mezcla de Jack Russell Terrier se había acostumbrado a ser ignorada. De hecho, su diferencia la había llevado a la calle, luchando por su vida.
La perra mayor, que más tarde se llamaría Mirabel, se distinguió por una característica física llamativa: no tenía nariz.
El buen samaritano, sin embargo, solo notó a una cachorrita solitaria y luchadora con una deformidad facial. Al reconocer que Mirabel necesitaba ayuda, llamaron al Refugio de Animales del Condado de Pulaski. El albergue accedió a recogerla.
Los veterinarios estimaron que la edad de la perrita era de unos 8 o 9 años. Observaron de cerca la deformidad de Mirabel y supusieron que su ausencia de nariz y labio superior no era un accidente; simplemente fue una anormalidad congénita.
Los veterinarios sacaron entonces una conclusión alarmante sobre la historia de Mirabel. Pensaron que era probable que se hubiera escapado o que la hubieran sacado de un criadero de cachorros, ya que había agotado su utilidad después de dar a luz a varias camadas de cachorros. La perra de buen carácter estaba plagada de dolorosos tumores mamarios, una hernia, un soplo cardíaco, una grave infestación de pulgas y problemas dentales.
Pero Woodstock Animal Foundation, conquistada por el gentil temperamento de Mirabel, la tomó bajo su protección. «A su llegada a Woodstock, recibió con rapidez un baño y un corte de uñas muy necesarios», el refugio publicó en Facebook. «Era obvio que había estado sola durante algún tiempo», agregaron, con tristeza.
La desgarradora historia de Mirabel se difundió muy rápido. Donaciones solidarias llegaron, superando los USD 6000 en poco tiempo; mucho más de lo que se necesitaba para los procedimientos médicos que salvaron la vida de Mirabel. Los fondos adicionales fueron recibidos con gratitud y se destinaron a ayudar a otros perros que lo necesitaban con urgencia.
La pequeña Mirabel, contra todo pronóstico, tuvo una recuperación extraordinaria. «Si Mirabel pudiera hablar», compartió el refugio, «estamos seguros de que tendría mucho que decirnos sobre su deseo de vivir». Sin embargo, a pesar de la férrea voluntad de la cachorra, nadie se presentó para adoptarla.
Eso fue hasta que llamó la atención de una consejera de Toledo, Ohio, llamada Kelli Shook. Ella y su familia, muy versados en el arte de no juzgar libros por sus portadas, se enamoraron de Mirabel enseguida; ella era la perrita para ellos.
¿Por qué los Shook eran tan buenos practicando el no-juicio? Porque siendo mamá de dos, Kelli lleva a cabo campañas de entrenamiento y anti-intimidación para niños. «Era algo en mi corazón que sabía que parecía perfecta», le dijo Kelli a The Dodo. «Era muy amigable, se acercaba a todo el mundo y era muy buena con los niños», añadió Kelli. «Ella adora a los niños».
Mientras que Mirabel por fin había conseguido la familia perfecta y permanente, Kelli, a su vez, ¡había conseguido la perrita de terapia perfecta! «Estamos comenzando un programa juvenil aquí en nuestra área», explicó Kelli, «donde podemos enseñar a los niños empatía usando animales que no se consideran tradicionalmente abrazables o adorables».
Mirabel, con su aspecto inusual y su adorable personalidad, era la cachorra perfecta para el puesto. «Es un poco chocante al principio», admitió Kelli, «pero una vez que la conoces, es solo una perra normal».
«Ella fue una pequeña estrella desde el principio».
Mirabel, la luchadora cachorra callejera que fue ignorada durante tanto tiempo, ahora enseña a los niños sobre la aceptación siendo una perrita increíble a pesar (o quizás debido) a su deformidad facial. Mirabel incluso tiene su propia página de Instagram, llena de mensajes inspiradores.
Y lo creas o no, a pesar que en ocasiones su nariz gotea, la singularidad de Mirabel no afecta en absoluto su calidad de vida. «Es capaz de oler muy bien», informó Kelli, «y está muy motivada por la comida».
Esta preciosa cachorra mayor tuvo el final feliz que tanto tiempo había esperado. Debido a su soplo cardíaco, los Shook no tienen garantía de cuánto tiempo podrán pasar con el miembro más reciente de su familia. Sin embargo, todos ellos están totalmente inmersos en el aquí y ahora.
«Vamos a sacar lo mejor de la segunda mitad de su vida», dijo Kelli, con amor.
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