Los niños a veces tienen un objeto favorito que no quieren soltar ni prestar a nadie. Puede ser un juguete, una mamila o una cobija. Pero aquí no tenemos un niño, sino un gracioso perro que parece tener la misma manía y decidió que su plato de comida no podía alejarse de él, este gesto conmovedor lo ayudó a salirse con la suya… ¡tener golosinas, comida y hasta nueva familia!
Oliver es un perro que vagaba por las calles, hasta que un día llegó al patio trasero de una familia en Memphis y decidió instalarse. Sin embargo, la familia solicitó a los oficiales de control animal que vinieran a recogerlo. Pero no fue tan fácil como imaginaron, pues el juguetón perro saltaba detrás de la reja cada vez que intentaban atraparlo.
Seguramente no era tan callejero como creían, pues sus juegos parecían de un perro bastante entrenado. Finalmente recurrieron a una trampa humana para poder llevarlo al refugio de perros de Memphis.
Pero al llegar a su hogar provisional, Oliver no había terminado de mostrar sus divertidas cualidades. Todos en el refugio podían asegurar que había tenido dueño anteriormente, por todas sus actitudes con los humanos.
Y como le encantaban las golosinas y la comida, ¡inmediatamente se ponía muy atento y con una cara que decía absolutamente todo!
Katie Pemberton especialista en compromiso comunitario de los Servicios Animales de Memphis, compartió lo que le sucedió en su primer contacto con el canino:
«Lo conocí el primer día que entró y se sentó conmigo inmediatamente antes de que le mostrara que tenía golosinas», informó UPSOCL.
“Entonces, por supuesto, tan pronto como salieron las golosinas, él estaba aún más ansioso por sentarse. Cuanto más me conocía, más se apretaba contra los barrotes de su perrera para dejarme acariciarlo”.
Pero Oliver fue tan inteligente, que no esperó mucho en desarrollar una mejor estrategia para obtener sus alimentos, una que terminó conmoviendo a todos en la perrera.
Decidió no soltar el tazón de comida de su boca y llevarlo la mayor parte del tiempo, como señal de «¡oye aquí estoy listo para comer!».
Y desde la primera noche que lo hizo realmente funcionó. “¡Su lindo truco fue muy efectivo porque ella le dio más comida! Luego, cuando se mudó a su perrera permanente, siguió haciéndolo. Él tenía su tazón en la boca la mayor parte del tiempo», dijo Katie según The Dodo.
A partir de ese momento, Oliver se volvió famoso en las redes, pues diversas fotos de él con su tazón de comida en la boca comenzaron a ser publicadas. Claramente esto atrajo la atención de muchos que querían saber quién era aquel interesante perrito.
Su truco gracioso con el plato de comida dio aún mas frutos, pues Oliver consiguió pronto una familia adoptiva que quería jugar con él en su propio hogar.
Así fue como este lindo de cuatro patas se hizo famoso y encontró su lugar permanente. Eso sí, tuvo que llevarse su plato de comida junto con sus nuevas dueñas.
Definitivamente es un animal con un carisma que a muchos humanos nos gustaría tener, ¡Quizás así conseguiríamos más rápido que nos sirvieran la comida en el restaurante!
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Gato es el mejor amigo de una perrita, ¡increíble!
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