WEST PALM BEACH, Florida— Tras una búsqueda de casi una semana, Athena encontró el camino de vuelta a casa con su familia de Florida a tiempo para Nochebuena e incluso llamó al timbre.
Athena, una mezcla de pastor alemán y husky de 4 años de edad, se escapó de su casa en Green Cove Springs, Florida, el 15 de diciembre, lo que provocó una búsqueda entre la comunidad y los pueblos cercanos. Su dueña, Brooke Comer, dijo que su familia se fue a la iglesia ese día y recibió un mensaje de su vecino con una foto de Athena fuera de la casa.
Comer entró en pánico. Su familia corrió a casa y encontró el collar en la jaula y ninguna abertura visible por la que Athena pudiera haber salido. Cómo se escapó sigue siendo un misterio.
Los acontecimientos de la semana siguiente continuaron siendo una historia «increíble» para Comer, ya que vecinos y miembros de la comunidad de pueblos cercanos se ponían en contacto con ella desde sus anuncios de perros desaparecidos y le enviaban cualquier grabación o foto en la que pudieran haber visto a Athena. Según todas las alertas que recibió Comer, parecía que Athena había hecho un viaje de ida y vuelta de casi 20 millas (32 km) mientras estaba desaparecida.
Ante cada alerta, Comer y su familia acudían al lugar en cuestión de minutos y buscaban a Athena —pero sin éxito.
«Era la gran campeona del escondite de todos los tiempos», afirma Comer. «Con cada alerta me daba un vuelco el corazón y sinceramente me emocionaba y luego se me partía el corazón porque siempre íbamos un paso por detrás».
Toda la búsqueda fue una experiencia espantosa y muy aterradora para Comer, que estaba preocupada por dónde podría haber ido o dónde podría encontrarse su perrita, ya de por sí asustadiza. Hasta que a las 2.30 de la madrugada de Nochebuena recibió una notificación de vídeo Ring del timbre de su puerta y su otro perro empezó a ladrar.
«Yo estaba como aturdida y el perro estaba ladrando y tan pronto como oí ese timbre, miré a mi teléfono y se podía ver en el video que era Athena y ella estaba saltando a la puerta, tocando el timbre», dijo Comer.
En cuanto Comer abrió la puerta, Athena entró corriendo y fue a lamerle la cara a su hijo, que estaba medio dormido en el sofá. Después, cogió inmediatamente su pelota para jugar y enseguida se fue a su jaula para volver a dormir.
Comer dijo que la experiencia dio mucha esperanza gracias a los vecinos y a la gran comunidad que buscaba a Athena desde hacía una semana. El siguiente plan era hacerle a Athena un examen completo, tratamientos contra pulgas y garrapatas y un microchip.
Por Stephany Matat
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