La pérdida de un ser querido es la experiencia más dolorosa que una persona puede tener. La desaparición física nos suele dejar una sensación de vacío en el corazón que solo un milagro o el tiempo son capaces de mitigar.
Dorothy Booth falleció pacíficamente en Virginia, Estados Unidos, a la edad de 97 años, dejando a su familia sumida en el dolor. Sin embargo, un milagro que tomó la forma de un visitante misterioso cambió sus vidas para siempre.
Ángela Abbott Patteson, la nuera de Debbie, contó a The Dodo que Dorothy y sus hijas Debbie y Jeanne, habían conversado en varias oportunidades sobre la muerte y el más allá, y le habían pedido a su mamá que cuando muriese se conectara con ellas de alguna manera.
“Hablaron muchas veces con la abuela, con mucha alegría e incluso en broma: ‘oye, cuando llegues al cielo, mira si puedes enviar una señal de que estás ahí y eres feliz’”, relató Ángela. “Y Dorothy les decía ‘veré lo que puedo hacer’, mientras las hijas le sugerían que enviara un cardenal, porque era una de las aves favoritas de la abuela».
Y la familia Booth está segura que la abuela cumplió su promesa.
Según Ángela, el día después del funeral la familia se había reunido para jugar a las cartas, (el juego favorito de la abuela) en su honor, y de pronto sintieron ruido en la ventana de la cocina. “Mi suegro salió y vio que era un cardenal rojo. Estaba allí, muy alerta y tranquilo”.
Pero la pequeña sorpresa se convirtió en conmoción cuando el ave no solo quiso quedarse, sino que incluso permitió que lo tomara entre sus manos.
Las hijas de Dorothy estaban consternadas. “Estaban tomando fotos mientras lloraban de felicidad y decían ¡Oh Dios mío, realmente sucedió!”, le dijo Ángela a The Dodo.
Después de unos minutos, decidieron que era hora de que la avecilla volviera a su hábitat natural, pero sucedió algo aún más inesperado: el cardenal salió volando pero inmediatamente dio la vuelta y se posó sobre el hombro de Debbie.
Un evento absolutamente emotivo para toda la familia que ninguno podrá olvidar. Finalmente, colocaron al ave en una rama cercana en la que descansó por un momento para luego emprender su suave vuelo.
Pero este milagro divino se volvió a presentar unos días después mientras la familia jugaba a las cartas, el juego preferido de la abuela. El cardenal rojo volvió y se colocó junto a las hermanas.
“Que esto haya sucedido ha sido muy reconfortante”, reveló Ángela. “Realmente ha ayudado mucho a mi suegra y a su hermana; definitivamente ha sido una respuesta a sus oraciones”.
Muchas veces las personas, ante el dolor de la pérdida, necesitan una señal de que su ser querido permanece con ellos, y ciertos sucesos que aún son misteriosos, confirman una y otra vez que hay algo más después de la muerte.
“Que esto haya sucedido ha sido muy reconfortante” dice Ángela. “Realmente ha ayudado mucho a mi suegra y a su hermana; ésta, definitivamente ha sido una respuesta a sus oraciones”.
Muchas veces las personas, ante el dolor de la pérdida, necesitan una señal de que su ser querido permanece con ellos en espíritu y ciertos sucesos, todavía inexplicables, parecen sugerir que la muerte no logra cortar nuestras conexiones afectivas.
Según varias culturas antiguas, existe la creencia de que las aves simbolizan a las almas recién liberadas que dirigen su camino hacia Dios.
Poco tiempo después, Ángela y un amigo, inspirados por este hermoso acontecimiento compusieron una canción que llamaron “el milagro de un ave cardenal”.
Mira el emotivo momento aquí:
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