Los estudios han demostrado en reiteradas ocasiones que es el adiestramiento, no la raza, lo que hace que ciertos perros pitbull sean peligrosos, y que cuando son tratados bien por sus familias humanas, los cachorros de cabeza grande y pelo corto son algunos de los amigos más dulces de la vecindad.
Desafortunadamente, siguen siendo una raza que se evita en refugios y ferias de adopción, incluso con su temperamento naturalmente tierno. Terminan permaneciendo en refugios por un promedio de tres veces más tiempo que las razas con rasgos de comportamiento similares, simplemente debido a un estigma injusto.
Sin embargo, si el cachorro Meatball, un pitbull de Fresno, California, se sale con la suya, ese estigma comenzará a cambiar. Él y su dueña, Lisa Reilly, han estado cambiando la percepción del público con una foto a la vez en su cuenta viral de Instagram desde que ella lo adoptó en 2014 —¡con su contagiosa sonrisa de oreja a oreja!
Lisa decidió que Meatball era el perro para ella cuando vio su foto en un posteo de Fresno Bully Rescue, donde vivía en el refugio dedicado al adiestramiento adecuado y a la desestigmatización de las «razas de bravucones». Se veía tan amigable que ella sabía que él era «el indicado», según HuffPost.
En cuanto lo adoptaron, el apacible pit sonrió mucho, y desde entonces ha estado sonriendo.
Su sonrisa parece tan llena de alegría que Lisa decidió que tenía que empezar a compartirla con el mundo, y el mundo se lo ha estado disfrutando, la pareja tiene la asombrosa cifra de 161.000 seguidores en Instagram e incluso han sido reconocidos mientras caminaban juntos en público.
Según Cynthia Polite, vicepresidenta de Pit Bull Rescue Central, los pitbulls en realidad tienden a mostrar esas sonrisas descaradas que Meatball muestra con bastante frecuencia. Es algo genético; la forma de sus caras es más redondeada que la de otros perros, lo que hace que parezca que están dando una sonrisa alegre y graciosa cada vez que abren su gran boca.
«Como sus mejillas son tan anchas, casi todos parecen sonreír», explicó a The HuffPost.
Aun así, está claro por el brillo de sus ojos que Meatball no solo está sonriendo por accidente. Este cachorro, que se viste con un pijama adorable y anima a los San Jose Sharks de la NHL en su tiempo libre, se baña con más cuidado de lo que parece que un perro puede manejar. Y tampoco está solo; tiene un adorable hermano llamado Ricardo Tubbs, que pone cara arrogante a juego con la de Meatball.
Para Lisa, las sonrisas que a Meatball le encanta mostrar en las fotos son la evidencia perfecta de que los conceptos erróneos sobre esta raza son tan falsos como aparentan serlo. Ella cree que su cara trabaja para apoyar el creciente movimiento de personas que proveen educación y conciencia de que los pitbulls son perros amigables, lo que esperanzadoramente ayudará a que muchos de sus hermanos y hermanas de «raza bravucona» sean adoptados en el futuro.
«Creo que su enorme sonrisa descarada resuena con lo que mucha gente dice sobre esta raza sin tener que decir nada en absoluto», dijo Lisa a HuffPost. «Es pura alegría», agregó.
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