En un dramático rescate en el que se vivieron momentos de extrema desesperación, dos oficiales de policía de Argentina se convirtieron en ángeles guardianes para una pequeña de poco más de un año.
Era un domingo como cualquier otro en las calles de San Miguel, Buenos Aires, cuando el destino puso a prueba a Laura Pagani y Diego Carrizo, dos oficiales que patrullaban la zona. De repente, el aire se llenó con los gritos desesperados de una madre con su hija en brazos. Sin dudarlo un segundo, los policías acudieron al llamado, demostrando que su vocación va más allá del deber.
Cuando los oficiales vieron la escena saltaron del vehículo policial como si se tratara de su propia hija. A los gritos de «¡se ahoga!», la oficial Pagani tomó a la pequeña en sus brazos para realizarle la reanimación cardiopulmonar (RCP) con una determinación digna de una heroína.
La madre de la niña, que también subió al patrullero, estaba en estado de shock gritando y llorando mientras el oficial Carrizo manejaba a toda velocidad. Cada segundo contaba, y las habilidades y la fe de los uniformados se pusieron a prueba en ese momento crucial.
Video cortesía de la Municipalidad de San Miguel
El video captado por la cámara de la patrulla es un testimonio conmovedor de la lucha por la vida. Entre el llanto desgarrador de la madre y el sonido de la sirena, se escucha la voz firme de Pagani pidiéndole por favor a Dios que la niña respire.
Mientras los segundos parecían eternos, y la niña tendida en el regazo de la oficial no reaccionaba, la escena se iluminó cuando se escuchó lo único que una madre quiere escuchar en un momento de angustia sin igual: «¡está respirando!», gritó la oficial. Esas palabras fueron como un rayo de esperanza en medio de la tormenta.
“Fueron minutos eternos, en los que uno tiene que accionar sin pensar. Hay que actuar, y más con una vida”, recordó la joven oficial en comunicación con Clarín. «Fue un momento que no tengo palabras para explicarlo. Hice lo mejor que pude desde mi conocimiento, desde mis prácticas”, agregó.
Mientras tanto, el oficial Carrizo demostró su profesionalismo al volante, comunicándose con el hospital regional para que estuvieran preparados para recibir a la pequeña. La coordinación perfecta entre ambos oficiales fue fundamental para el desenlace milagroso de esta historia.
Carrizo, aún consternado, le dijo al medio: “Tengo dos hijas y en su momento, como todo padre y como todo hijo, le llega. Hasta el día de hoy no puedo entender cómo reaccionamos”.
Al llegar al hospital, los médicos lograron estabilizarla, confirmando que el acto heroico de los policías había salvado una vida preciosa.
La oficial Pagani, al ver que la niña estaba a salvo, estalló en llanto. “Me salió de adentro. No podía creer lo que había hecho, la situación y el momento que viví. Es algo que hasta el día que tenga hijos o forme familia, o me pase algo, me lo voy a guardar en mi corazón”.
La madre, llena de gratitud, compartió posteriormente: «Nos dieron el alta a las 22. Ahora a controlar, mi nena está bien, jugando, gritando y corriendo como siempre lo hizo». Sus palabras son un testimonio de alegría y agradecimiento a Dios y a los valientes oficiales que no se rindieron.
El intendente de San Miguel, Jaime Méndez, reconoció la labor extraordinaria de Pagani y Carrizo en una ceremonia especial. «En nombre de los vecinos de San Miguel los reconocimos y agradecimos su trabajo, su compromiso y su vocación de servicio», publicó Méndez en su Facebook, destacando la importancia de valorar el trabajo diario de todos los agentes de la Policía Municipal.
La historia de estos valientes policías nos enseña que la fe, combinada con la preparación y el compromiso, puede obrar milagros. Laura Pagani y Diego Carrizo no solo cumplieron con su deber, sino que se convirtieron en instrumentos de un poder superior para salvar una vida inocente.
Que esta historia nos inspire a todos a estar siempre listos para ayudar a nuestro prójimo, a confiar en que nuestras acciones pueden marcar la diferencia y a recordar que, con fe y determinación, podemos superar incluso los desafíos más difíciles.
¡Alabemos el heroísmo de estos oficiales y celebremos el milagro de la vida que día a día se vive en las calles de todo el mundo!
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