El pintoresco «Devil’s Bridge» es tan mágico hoy como el día en que se construyó a finales del siglo XIX. Mediante una espectacular ilusión óptica, el puente semicircular de piedra crea la imagen de un círculo perfecto cuando se refleja en el lago que pasa por debajo.
El Devil’s Bridge, Puente del Diablo o Rakotzbrücke, está ubicado en el Parque Kromlauer de Alemania, en el pueblo de Kromlau, cerca de la frontera con Polonia. El pueblo es rico en flora, y alberga el mayor parque de Rododendros del país.
El puente fue encargado en 1860 por un caballero local que tenía en mente crear una ilusión de un círculo; se construyó con piedra local cortada en bruto y obtuvo su folclórico nombre por su dudosa seguridad como puente peatonal, según Atlas Obscura.
Sin embargo, la ilusión óptica no tiene nada inquietante.
Sobre un tranquilo lago, a la vista de todos está la imagen de un círculo de piedra perfecto, y un punto de interés para los fotógrafos de todo el mundo.
Construido en medio de una abundante vegetación, el apacible arco de piedra acentúa el cambio de las estaciones al enmarcar los árboles cuando pasan del verde al naranja, al descubierto y viceversa.
El puente cuenta con otra característica que simpatiza con su entorno natural: cada extremo está decorado con finas agujas de piedra que simulan las columnas naturales de basalto que se encuentran en toda Alemania. Sin embargo, dados los 160 años de antigüedad del puente y su delicada construcción, ahora está prohibido el paso de peatones para preservarlo.
Sin embargo, se anima a los espectadores a ir al Parque Kromlauer para presenciar esta bella obra de ingeniería. Cuando el agua está quieta, las hojas brillan y el aire es fresco, el Puente del Diablo parece sacado de las páginas de un cuento infantil.
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