Un asteroide que fue descubierto en 2009 entró en la lista de objetos de riesgo que implicaría un posible impacto el 6 de mayo. Sin embargo, tras perderle el rastro poco después, finalmente fue localizado y ahora se tienen datos actualizados de qué podría suceder exactamente.
Un asteroide del tamaño de un autobús, de entre 0,008 y 0,017 km de diámetro, fue descubierto por la estación Mt. Lemmon de Catalina Sky Survey, financiada por la NASA, en Arizona el 4 de mayo del 2009.
Hasta febrero de este año, el asteroide nombrado 2009 JF1 estaba en el top-10 de la lista de objetos de riesgo, de acuerdo a la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés).
La roca espacial no representaba mayor peligro debido a su tamaño, pero sí por la probabilidad de impacto, que era de 1 en 4000. Así que ese dato más la fecha de su mayor cercanía a nuestro planeta ―el 6 de mayo de 2022―, «atrajo nuestra atención para una mayor investigación», escribió el autor del artículo de ESA.
«Desafortunadamente, nadie más detectó el objeto en ese momento [2009], ni en ningún momento posterior; de hecho, el lapso de tiempo entre la primera y la última observación fue de menos de 30 horas y resultó en un conocimiento deficiente de la órbita del objeto que hizo que el objeto se perdiera solo unas pocas semanas después del descubrimiento», explica el investigador.
Esa eventualidad fue un obstáculo para que los astrónomos reubicaran la órbita del objeto, ya fuera a través de nuevas observaciones o en búsquedas previas al descubrimiento:
«No había forma de saber dónde estaba ubicado el objeto en ningún otro momento excepto durante los pocos días alrededor del momento del descubrimiento».
Pero los investigadores no estaban dispuestos a renunciar a la localización del asteroide. Con el apoyo de Catalina Sky Survey lograron recuperar las imágenes originales expuestas por los dos telescopios en aquel 2009, y volvieron a medirlas con nuevas herramientas.
«En particular, utilizando el catálogo Gaia de la ESA como fuente de estrellas de referencia», se informa.
El objetivo principal de Gaia, explica su página, es medir de forma exacta las posiciones de las estrellas, pero tampoco es capaz de ignorar los Objetos Cercanos a la Tierra (NEO), así que han hecho grandes contribuciones a la detección de objetos como el 2009 JF1.
Las nuevas mediciones y «la exquisita precisión astrométrica de Gaia nos permitieron extraer medidas más precisas de la posición del objeto», explica el investigador de la ESA.
El resultado fue notable.
La probabilidad de impacto del 2009 JF1 se redujo a solo 1 en 1,700,000 y el asteroide fue eliminado del top-10 de la lista de objetos de riesgo y relegado junto a «otros objetos más rutinarios que representan una amenaza mínima».
La NASA publicó que el tamaño exacto el asteroide es de 0,010 km, junto al análisis basado en 20 observaciones que abarcan 12,388 días (2009-05-04 a 2009-05-05).
Una vez más la raza humana puede estar tranquila ya que al menos este asteroide, extraviado de nuestra vista durante varios años, no impactará el planeta azul.
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