Una maestra de tercer grado entró en acción cuando un alumno de 9 años corrió hacia su escritorio con la tapa de una botella atorada en la garganta. Con calma y rapidez, realizó la maniobra de Heimlich, desalojando la tapa y salvando la vida del niño.
«Estábamos empezando la clase de matemáticas. Robert tenía un poco de sed al volver de la clase de gimnasia», explicó a The Epoch Times Janiece Jenkins, que lleva cinco años dando clases en la East Orange Community Charter School de Nueva Jersey. «Intentó enroscar el tapón de la botella y no pudo hacerlo, así que intentó usar los dientes. Apretó la botella, así que toda el agua empujó el tapón hacia su garganta».
Robert, alumno de East Orange desde preescolar, corrió hacia el fregadero cuando se dio cuenta de que se estaba ahogando, pero no pudo desalojar el tapón por sí mismo. Inmediatamente corrió a la mesa de su profesora para pedir ayuda.
«Hacía señas de que se estaba ahogando porque no podía hablar», dijo Jenkins. «Simplemente le di la vuelta, actué según mi entrenamiento y le hice la maniobra de Heimlich».
En la grabación de la cámara de seguridad del aula se ve a Jenkins realizando dos compresiones antes de que Robert tosiera el tapón de la botella. A continuación, da la vuelta a su alumno para revisarlo y consolarlo, limpiándole las mejillas con un pañuelo de papel.
Tras enfrentarse a este calvario, Robert declaró a The Epoch Times que había sentido miedo.
«Quería ver si podía sacarlo yo mismo, pero no pude, así que corrí hacia ella», explicó.
Jenkins llevó a Robert a la enfermería para que lo revisaran antes de llamar a su madre. Más tarde, en casa, la madre de Robert le preguntó si necesitaba ir al hospital, pero él le respondió que estaba bien y que no necesitaba ir.
Los padres del niño de 9 años se mostraron agradecidos a su profesora por haberle salvado la vida.
En cuanto a los compañeros de clase de Robert, Jenkins afirma que estaban demasiado ocupados haciendo trabajos independientes para darse cuenta del incidente al principio. Cuando vieron lo que ocurría, algunos se sorprendieron, mientras que otros lloraron un poco porque no sabían lo grave que era.
Sin embargo, la profesora se aseguró de que hablaran de sus sentimientos.
«Una vez que trajimos a Robert de vuelta a la clase, hablamos de la seguridad y de la importancia de tener formación en primeros auxilios y RCP», dijo. Más tarde se sintieron aliviados de que Robert estuviera bien.
Jenkins, que tiene 14 años de experiencia en la enseñanza, aprendió a realizar la maniobra de Heimlich mientras se formaba como entrenadora de las animadoras del instituto Montclair. Hizo un curso de repaso en East Orange.
Ella explicó la maniobra: «Le das la espalda a la persona y formas un pequeño puño, lo pones justo debajo de su caja torácica, y empujas hacia arriba y hacia adentro al mismo tiempo, para que el aire sea forzado a subir y salir de su pasaje aéreo… basándome en ese entrenamiento, pude salvar la vida de Robert».
Otros han aclamado a Jenkins como una heroína, agradeciendo a Dios su rápida respuesta. Por sus acciones, Jenkins recibirá un premio el 1 de junio, Día de la Concienciación sobre la Maniobra de Heimlich.
Ella espera que, a través de esta historia, pueda crear más conciencia sobre la importancia de estar capacitado en RCP y primeros auxilios. También cree que las botellas de agua reutilizables podrían ayudar a aliviar el peligro de asfixia con los tapones de las botellas, y que los niños deberían aprender algunas estrategias para salvar vidas tan pronto como puedan.
Después de su terrible experiencia, Robert aconsejó «no soplar nunca la botella en la boca, ya que es peligroso».
También coincidió con su profesora en que es vital que los niños aprendan sobre la reanimación cardiopulmonar, y cómo reaccionar ante incidentes similares.
«Nunca se sabe cuándo hay que salvar una vida», dijo Jenkins, aliviada de que Robert haya vuelto a ser «servicial, observador y alegre».
Mucha gente llamó a Jenkins superheroína por salvar la vida de Robert, a lo que ella respondió: «Soy una profesora, una educadora. Tenemos muchos sombreros y yo estaba haciendo mi trabajo, me estaba asegurando de que mis alumnos —a los que quiero mucho, como si fueran míos— me estaba asegurando de que estuvieran a salvo y que estuvieran bien».
Mire el video:
(Cortesía de Latasha Brown/EOCCS)
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