Recolectores de basura de Turquía decidieron rescatar lo que su clientela consideraba basura y convertirlo en un tesoro para el público.
Al interior de una antigua fábrica de ladrillos se instalaron estanterías llenas de libros desechados, que se habían destinado al incinerador antes de recogerlos de la basura.
Ahora la biblioteca funciona en el distrito de Çankaya, en la capital de Turquía, Ankara. Inicialmente, el objetivo de la biblioteca era que los trabajadores y sus familias se beneficiaran de ella, reportó Matador Network, pero cuando se corrió la voz del proyecto, los ciudadanos empezaron a donar libros.
La biblioteca se abrió al público en septiembre de 2017, y hoy en día, funciona correctamente.
«Empezamos a discutir la idea de crear una biblioteca con estos libros», dijo el alcalde de Çankaya, Alper Tasdelen, a CNN, «y cuando todo el mundo lo apoyó, ocurrió este proyecto».
Los libros que aparecen en la basura se llevan a la sede del departamento de saneamiento, donde se limpian y clasifican. La fábrica de ladrillos vacía que había en el lugar resultó ser un lugar perfecto para la biblioteca, ya que sus largos pasillos tenían la forma ideal para las estanterías.
A medida que la colección de la biblioteca crecía, también lo hacía la necesidad de organización. Se contrató a un gestor de la biblioteca y se clasificaron los libros en 17 categorías específicas, incluidas las novelas gráficas y los libros infantiles. La colección incluye incluso libros en inglés y francés.
El tranquilo rincón, dotado de asientos y tableros de ajedrez, se convirtió en el lugar de descanso favorito de los trabajadores de la basura, y se alegran de tener la oportunidad de autoeducarse en sus ratos libres.
«Cuando era niño, me hubiera gustado tener libros», dijo el trabajador Güven Akin, en declaraciones a DW News, «pero vivíamos en un barrio pobre y a menudo no había libros escolares a la venta. No teníamos suficiente para comprarlos».
Con el tiempo, el éxito de la biblioteca dio lugar a un proyecto de divulgación en 2019, y los trabajadores de la basura del distrito de Çankaya convirtieron un camión de recogida de basura en una minibiblioteca móvil para dar servicio a las escuelas locales e intercambiar libros con las bibliotecas públicas.
«Por un lado, algunos dejaron estos libros en la calle. Por otro, otros estaban buscando estos libros», reflexiona el alcalde Tasdelen.
Akin añadió: «Los trabajadores de la recolección de basura no son los únicos que la recogen».
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