Un par de guantes mecánicos dotaron a João Carlos Martins, un aclamado pianista clásico brasileño y director de orquesta, de la preciosa habilidad de tocar de nuevo sus sonatas favoritas de Bach después de más de dos décadas de espera.
Como pianista estrella, Martins ha actuado en Estados Unidos y Europa con algunas de las principales orquestas antes que sus talentosas manos se paralizaran por un incidente y un trastorno degenerativo.
Martins perdió la movilidad de su mano derecha después de un incidente de asalto en Bulgaria en 1995. Cuatro años más tarde, perdió la movilidad de su mano izquierda debido a una condición neurológica llamada distonía focal, un desorden del movimiento que causa contracciones involuntarias de los músculos.
En una entrevista con The Epoch Times a través de una llamada telefónica, Martins compartió cómo se sintió abrumado por las emociones cuando interpretó su música por primera vez después de ponerse los guantes especiales creados con base en la tecnología de una carrera de autos de Fórmula Uno.
«Lloré», dijo Martins. «Es una especie de nueva vida para el viejo y el joven al mismo tiempo. Después de 22 años, pude volver a poner los 10 dedos en el teclado».
«Creo en Dios (…) Estoy tratando de mostrar que la música clásica puede tener una forma democrática de entrar en todo, de entrar en los corazones de todo tipo de personas».
— JOÃO CARLOS MARTINS
Martins dijo que su último concierto en el que tocó el piano con ambas manos fue el 25 de junio de 1998, con la Royal Philharmonic Orchestra. Después de eso, fue sometido a una operación quirúrgica y perdió el uso de su mano derecha. Cuatro años después, también perdió el uso de su mano izquierda, dijo, y solo podía mover tres o cuatro dedos.
Después de perder el uso de su mano derecha, Martins hizo una gira por China. Durante las giras por París, Londres y Nueva York, Martins buscó asesoramiento de médicos especialistas. El célebre pianista soportó 24 cirugías en total, pero después de la última solo pudo tocar con los pulgares.
Para Martins, la música representa lo divino.
«Entonces empecé a ir a la iglesia», dijo Martins, «porque creo en un superior, creo en Dios, y creo en mi determinación también».
«Siempre digo que la música explica que Dios existe», dijo. «Está hablando con un brasileño muy sano y feliz (…) por la música, sin duda».
«Si no comienzo mi día con música, es lo mismo que si no desayunara».
En 2019, Martins colaboró con el diseñador industrial Ubiratan Bizarro Costa para explorar una solución para recuperar su capacidad de tocar el piano.
«Es un ‘guante de extensión’ hecho para mí», dijo Martins. «Le hablé de mi problema, y luego construyó estos guantes».
«Ahora puedo poner todos mis dedos en el teclado», añadió, «No soy un hombre acostumbrado a la tecnología».
Los guantes de neopreno negro de Martins se fabricaron con una impresora 3D y se basan en la tecnología de los autos de carreras de Fórmula Uno. Su fabricación cuesta menos de 100 dólares y utilizan varillas que devuelven los dedos del pianista a la posición de «listo» después de pulsar cada tecla del piano.
El 22 de septiembre, Martins compartió un video de él mismo tocando el «Adagio» del Concierto para Teclado en Re menor de Bach, usando 10 dedos por primera vez en 22 años, en su página de Instagram.
El emotivo video se hizo viral, recibiendo más de 300,000 visitas. Para Martins, el momento fue una catarsis pura.
(Cortesía de João Carlos Martins)
Reflexionando sobre el tiempo que transcurrió después de que los médicos le dijeran que no volvería a tocar el piano, Martins dijo, desesperado, que se acercó a una de las universidades más renombradas de Brasil con una nueva ambición: convertirse en director de orquesta.
El director, reconociendo inmediatamente al renombrado Martins, lo llamó a su oficina con una petición apasionada: ¿aceptaría dirigir el departamento de música mientras estudia? Martins aceptó; en dos años, elevó la escuela a la primera posición en el ranking de universidades de Brasil.
Apenas seis meses después de comenzar su formación como director, Martins volvió a los escenarios.
«Puedo dirigir en el Carnegie Hall, puedo dirigir en una prisión, en un reformatorio, en un barrio bajo», dijo, «y estoy tratando de mostrar que la música clásica puede tener una forma democrática de entrar en todo, de entrar en los corazones de todo tipo de personas».
Hoy en día, el aclamado músico dirige un proyecto de música clásica para niños y empresas conjuntas con 516 orquestas en todo Brasil. También tiene dos prometedores estudiantes personales.
Con la ayuda del don de la biomecánica, Martins también está tocando el piano de nuevo. Menciona a Johann Sebastian Bach como su compositor favorito de todos los tiempos y «Garota de Ipanema» de Antônio Carlos Jobim como una de sus canciones favoritas para tocar.
Martins celebrará el 60 aniversario de su primera aparición en el Carnegie Hall el 17 de octubre de 2021. Planea dirigir la orquesta.
«Al final», dijo Martins, «tengo la intención de tocar una de las piezas que toqué en mi primer concierto (…) es una pieza muy difícil. Así que durante la pandemia, estoy practicando tres o cuatro horas al día.
«Nunca me di por vencido. Siempre me gusta correr por mis sueños. Y un día, los sueños correrán detrás mío», afirmó Martins.
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