Un residente de Illinois, Estados Unidos, adoptó un perro que rescató de una jaula arrojada sin piedad a un lago congelado. Luego, tras el desgarrador caso de abandono le ofreció un nuevo hogar.
El pasado noviembre, Bryant Fritz estaba pescando en el lago Kaufman en Champaign, Illinois, cuando vio a un cachorro atrapado en una jaula en medio de las frías aguas, incapaz de llegar a un lugar caliente y seguro.
Fritz saltó al agua para sacar la jaula con el perro, se quitó su propio suéter y se apresuró a llevarlo a un lugar cálido.
«Pensé en llamar a alguien, pero no creí que tuviera cinco o diez minutos extra», expresó. «Simplemente no lo sabía».
Después de meter el cachorro en su coche y envolverlo en mantas, lo llevó a un hospital de animales, donde fue tratado por hipotermia y heridas que parecían haber sido infligidas antes de ser confinado a una jaula. Tenía tanto frío, incluso después de estar sentado en el coche de Fritz envuelto en mantas, que fue imposible obtener una lectura de la temperatura hasta que empezó a descongelarse.
Fritz se enamoró del cachorro, una perra, pero no pudo volver a verla de inmediato. La policía inició una investigación sobre el abuso que evidentemente había sufrido, por lo que permaneció en el control de animales mientras duró el proceso.
Por su parte Fritz, quien es un profesor de secundaria, explicó a las noticias locales que su propio perro había muerto recientemente y que sentía que el rescate del pequeño cachorro congelado era «todo menos una casualidad».
«Somos los primeros de la lista», dijo, reiterando lo mucho que esperaba poder ayudar a la amiga peluda que había encontrado.
Tan pronto como la investigación concluyó, presionó para que se le permitiera adoptarla y, por supuesto, en poco tiempo, Dory, como la llamó, se fue a casa con él, lista para ser amada.
Tras su rescate, Dory recibió su propia cuenta de Instagram, donde Fritz publica actualizaciones sobre la dulce perrita mientras se aclimata y descubre lo bueno de sentirse una amiga de cuatro patas feliz y saludable.
«La última vez que yo monté la camioneta de papá estábamos saliendo del lago. Yo no me podía parar. Tenía los ojos cerrados. Temblaba mucho. ¡Mírame ahora! ¡Guau!», dice un pie de foto.
Fritz espera que su rescate ayude a crear conciencia en los refugios y otras organizaciones de rescate, dijo a The Epoch Times. «Es una historia bastante increíble», destacó, explicando que su rescate viral ya ha ayudado a recaudar alrededor de 120,000 dólares para las organizaciones que aseguran que los perros como Dory puedan tener segundas oportunidades.
La perrita todavía tiene algunas cicatrices por las lesiones que sufrió antes de su rescate. Pero en todas sus fotos con Fritz, está claro que ahora sonríe y vive una vida muy diferente a la que la dejó temblando y a punto de morir en un lago ese día.
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