Los restos del esqueleto de un adolescente medieval se encontraron entre las raíces de un enorme y vetusto árbol de hayas que cayó al suelo durante una fuerte tormenta. Un arqueólogo dijo que los restos sepultados hace casi 1000 años en lo que ahora es County Sligo, Irlanda, ofrecen una visión de las dificultades de la vida durante esa época.
El esqueleto del joven fue literalmente rasgado por la mitad cuando una feroz tormenta arrancó y sopló sobre el árbol de 215 años en Collooney, County Sligo, Irlanda, en mayo de 2015.
Los huesos enredados en las enormes raíces del árbol fueron expuestos y alzados en el aire, y podían verse claramente.
El Servicio Nacional de Monumentos de Irlanda solicitó a los Servicios Arqueológicos de Sligo-Leitrim que excavaran y recogieran los restos.
«La parte superior del esqueleto se elevó en el aire atrapado dentro del sistema de raíces», dijo a The Irish Times la Dra. Marion Dowd de Sligo-Leitrim Archaeological Services.
«Los huesos de la parte inferior de la pierna, sin embargo, permanecieron intactos en el suelo. Efectivamente, cuando el árbol se derrumbó, partió el esqueleto en dos».
La datación por radiocarbono sugiere que los restos pertenecen a una persona que tenía entre 17 y 20 años cuando murió durante el período medieval temprano, entre los siglos XI o XII.
Por las marcas de corte claramente visibles en sus costillas y en su mano izquierda, podría haber estado defendiéndose de un atacante. Había sido apuñalado en el torso con una afilada cuchilla, probablemente una espada o un cuchillo, tal vez durante una escaramuza o disputa, informó el servicio Irlandés de Arqueología.
«Es del período medieval temprano y sabemos que hubo varios conflictos y violencia en este período», dijo la Dra. Dowd a la BBC News.
El adolescente tendría más de 1,8 metros de altura, y era significativamente más alto que el hombre medieval promedio.
La evidencia de enfermedad leve de la articulación espinal aparente en el esqueleto indica que probablemente trabajó como obrero desde una edad temprana.
«Podemos suponer que provenía de un entorno agrícola y de uno de los asentamientos locales en el área», explicó la Dra. Dowd.
Casi con certeza formaba parte de una familia gaélica local y habría recibido un entierro cristiano formal, ya que fue puesto en una posición este-oeste, con las manos cruzadas sobre la región pélvica.
No está claro si fue enterrado en un cementerio o si fue colocado en un entierro aislado, ya que «no se conocen otros entierros de la zona, pero los registros históricos indican un posible cementerio y una iglesia en las cercanías».
«Después de su muerte, sabemos que su familia o comunidad habría recuperado el cuerpo y le dio una forma de entierro cristiano, después de 800 años que alguien habría plantado una haya por casualidad en ese lugar», explicó la Dra. Dowd.
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