Sacerdote arriesga su vida para salvar a un niño vendido a traficantes de órganos por su propia familia

Por Romina Garcia
30 de junio de 2021 11:21 PM Actualizado: 05 de agosto de 2022 7:03 PM

La vida de un sacerdote cambió para siempre cuando fue destinado a cumplir una misión a El Salvador y descubrió la cruel realidad que los niños vivían allí cuando tuvo que rescatar de los traficantes de órganos a un pequeño que había sido vendido por su propia familia.

Ignacio María Doñoro de los Ríos, un capellán militar de 57 años, oriundo de Bilbao, España, fue desplegado a El Salvador junto a la policía civil hace 25 años, sin saber que viviría la experiencia más impactante de su vida: rescatar menores de los traficantes de órganos y de la trata de personas, entre otras terroríficas realidades que padecen los niños en ese lugar, según El País.

Cuando Doñoro de los Ríos llegó a El Salvador conoció lo que es la “absoluta hambruna”, viendo cómo “30, 40, 50 niños morían de hambre, en sus brazos”, de acuerdo a Mater Mundi TV.

“El momento de la agonía de esos niños lo tengo grabado en el alma […] niños de 2 o 3 años o de 2 meses, era terrible”, dijo Doñoro de los Ríos.

Una noche, mientras no podía dormir pensando en cómo ayudar a esos niños, le vino a la mente la imagen de un adolescentes de aproximadamente 14 años que había visto “con la camiseta del Real Madrid y con una parte del cuerpo paralizado”. Esa imagen que le quitó el sueño, fue la que marcó un antes y un después en la vida del sacerdote.

Imagen ilustrativa (Jess Foami en Pixabay)

Al día siguiente, cuando preguntó por aquel niño, supo la terrible realidad: había sido vendido a los traficantes de órganos. Peor aún, a quien sea que le preguntaba, le repetía que no se involucrara porque podían matarlo. Incluso la Madre superiora del lugar le dijo que desistiera de la idea de ayudar a ese niño, pero él sentía que tenía hacer algo.

Aun así, de los Ríos tenía un plan “B”, pedirle a una amiga religiosa que sufría cáncer que lo ayude a rescatarlo. Él le dijo: “¿Por qué no compramos a este niño?». Su respuesta fue: «Nos van a matar». Pero el sacerdote, que no pensaba desistir, arremetió: «Es mejor morir con un tiro en la cabeza, que morir con un parche de morfina, como va a morir usted”.

Finalmente, logró convencer a la mujer y fueron a salvar al niño. Para el rescate el sacerdote tuvo que disfrazarse de traficante: se dejó una barba de 2 días y se puso una camiseta sucia.

Imagen ilustrativa (Hristo Rusev/Getty Images)

“Fuimos al monte sacamos al niño y yo pregunté: ‘¿cuánto cuesta el niño?’ […] y me dijeron 25. Yo entendí 25,000 dólares, […] pero eran 25 dólares que costaba la vida de ese niño», contó el castrense consternado.

“Page 26 dólares, yo estaba aterrado de miedo, porque sabía que había pistolas por todos los sitios. Metimos al niño a la camioneta, le metí un empujón haciéndome pasar por traficante de órganos”, recordó el capellán.

El niño, que se llama Manuel, fue llevado a una clínica para que lo revisen los doctores, pero estaba tan asustado que lloraba a los gritos. Pero cuando de los Ríos le dijo “Manuel, yo voy a dar mi vida por ti”, el pequeño lo miró y sucedió algo «mágico”. “Aquella mirada no era la mirada de un niño, aquella mirada era una mirada tan profunda, que realmente puedo afirmar, yo vi la mirada de Dios”, admitió el sacerdote.

Afortunadamente, Manuel se recuperó de su parálisis y Doñoro de los Ríos confirmó que había sido enviado por Dios a El Salvador, porque había muchos Manueles a quien salvar. Desde ese momento, se dedicó exclusivamente a salvar niños. Creó casas de rescate para niños en El Salvador, en Colombia, en Tánger y en Mozambique.

En 2011, el capellán militar pidió una excedencia laboral para dedicarse exclusivamente al hogar para niños que fundó en Perú, en pleno Amazonas, llamado Hogar Nazaret, donde alberga a niños que fueron secuestrados para la trata de personas, niños que sufrieron la peor de las crueldades. “Niños que tienen el cuerpo paralizado con heridas que te dice el médico que no tienen solución. Muchos de ellos no saben hablar porque nadie les ha enseñado y emiten gritos y golpes, que es su manera de comunicarse, o dan mordiscos y puñetazos”, le dijo de los Ríos a El País.

Imagen ilustrativa ( Sebastien SALOM-GOMIS / AFP vía Getty Images)

Actualmente, cuida a 300 niños que hoy lo llaman “papá”. “Dios me ha traído hasta aquí y asumo esta paternidad, que es mucho más profunda que una biológica. Nace del sueño de crear hombres y mujeres capaces de amar y ser amados, le dijo el padre a La Razón.


Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí


Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando

¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.