Un salón de fiestas de la Ciudad de México que se encuentra en plena crisis por los cierres debido a la pandemia, se encomendó la difícil misión de alimentar a abuelitos en dificultades.
El salón de fiestas Foresta distribuye comida gratuitamente a cien personas de la tercera edad.
«Esta iniciativa fue creada por nuestros jefes», explicó Karina Ávalos, directora comercial de Grupo Foresta, a Milenio.
Ávalos dijo que cuando comenzaron los cierres por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), que causa la enfermedad COVID- 19, los directivos decidieron ayudar a este grupo de edad, que se consideran más vulnerables al virus.
La actual pandemia afectó todos los eventos sociales que hacían que el salón de fiestas pudiera operar, disminuyendo las ventas en un 90 %.
Aun así, Foresta se ha propuesto ayudar a los abuelitos que están en medio de la crisis, saliendo hasta la puerta principal del lugar, con los brazos abiertos y ofreciendo un guisado, una sopa o pasta y un refresco de 600 mililitros o agua saborizada.
El salón debido a la suspensión de los eventos, redujo su personal a un pequeño grupo de empleados, que colabora con esta esperanzadora misión. Incluso su destacado chef de origen español, Iñaki Luna, dejó de cocinar su prestigiosa comida gourmet para ayudar a cocinar comida casera para los abuelitos mexicanos.
Los abuelitos pueden acudir por ayuda a la Avenida Constituyentes, #800, Colonia Panteón Civil de Dolores, en la alcaldía Miguel Hidalgo de Ciudad de México, de lunes a viernes de 11 a.m. a 3 p.m.
“Nos llegan miles de historias: desde la abuelita que perdió a sus hijos por covid-19, hasta el señor al que sus hijos no lo van a visitar y se queda sin recursos para comprar al menos su despensa de una semana. Y aunque la ayuda solo es para ellos, alguno de los abuelitos llegan con su nietos y piden comida para ellos; dime, cómo uno les va a negar la comida a esos pequeños, si todo el día esos viejitos cuidan de sus niños mientras sus papás salen para regresar con algo de dinero, por lo que siempre optamos por apoyarlos también”, dijo Ávalos.
Una de las historias conmovedoras, de los abuelitos que reciben el apoyo de Foresta, es la de Martha Reyes, quien perdió a su esposo hace unos meses de un infarto y que se quedó sin ingresos para poder sobrevivir.
Reyes frecuenta el salón de fiestas acompañada de su hija, quien está sin trabajo y no puede ayudar a su mamá, ambas caminan 40 minutos desde su casa para recibir la comida.
«Me duele no tener con qué apoyar a mi mami, pero si esta gente la puede ayudar en lo que yo consigo trabajo, pues puedo venir con ella para que le den de comer», dijo la hija de la anciana.
La señora Bautista, es otra abuela que enviudó y que sobrevive con el poco dinero que le dan sus hijos. “Yo necesito estas comidas, me ayudan mucho a no tener mi estómago vacío, y agradezco a Dios que haya puesto en mi camino a esas personas generosas, que sin decirles nada, apoyan para que gente como yo, de bajos recursos, no nos quedemos sin comer”, dijo la mujer.
“No quisimos dejar de apoyar a la gente, sabemos que esta situación es muy lamentable, pero no podíamos quedarnos con los brazos cruzados; así que toda mi plantilla de cocina se puso a trabajar en un menú que pudiésemos hacer rápido, pero sin perder el sazón, así que diariamente cambiamos el menú”, detalló, el chef Luna.
«Sí, sé que es un menú diferente a lo que normalmente estábamos acostumbrados a hacer, pero lo hacemos con amor, y con el objetivo de que ellos no pasen hambre», agregó Luna.
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