A veces, compartir un simple saludo con un extraño puede conducir a una hermosa relación; al igual que la amistad que creció entre esta niña de corazón puro y su insólito amigo, ¡un viudo de 82 años de edad!
Norah Wood estaba feliz comprando pastelitos con su madre, Tara Wood de Augusta, Georgia, en su cuarto cumpleaños. Cuando su madre estaba ocupada en el área de comida, un abuelito llamó la atención de Norah.
La inocente niña se levantó en el carrito de la tienda y gritó alegremente: ¡Hola anciano! ¡Hoy es mi cumpleaños!”.
El hombre, Dan Peterson, se detuvo y frunció el ceño. Pero antes de que la mamá pudiera reprender a su exaltada hija por llamarlo “anciano”, la expresión de éste se iluminó y contestó: “¡Hola, niñita! ¿Qué edad tienes hoy?
Dan recibió felizmente un abrazo de Norah y le deseó “feliz cumpleaños”, y siguió su camino.
Pocos minutos después, Norah preguntó: “¿Me puedo tomar una foto con el señor viejo para mi cumpleaños?”.
La madre aceptó el lindo pedido de su hija y buscó al señor.
Wood lo encontró en otro pasillo, y le preguntó cortésmente si se tomaría una foto con Norah.
Él se sorprendió y preguntó: ¿Una foto? ¿Conmigo?”.
“Sí, para mi cumpleaños!”, dijo Norah. Dan estuvo de acuerdo.
Mientras Norah estudiaba sus delgadas manos con venas sobresalientes, el anciano la miró atentamente. Norah besó entonces la parte superior de su mano, y después, la puso en su mejilla. ¡El anciano esta contento!
Después de tomarse la foto, el anciano les dijo que se llamaba Dan.
Cuando Wood le agradeció por pasar tiempo con su niña, Dan le dijo: “No, gracias. Este ha sido el mejor día que he tenido en mucho tiempo. Me ha hecho muy feliz, señorita Norah».
Wood, una escritora independiente, supo por un lector que Dan había estado solo desde que su esposa Mary murió en marzo, y el dulce gesto de Norah pudo haberle hecho mucho bien, en un momento en que realmente lo necesitaba.
Con la ayuda de este lector, Wood contactó a Dan y llevó a Norah a visitarlo en su casa.
Desde entonces, la hermosa amistad entre Norah y Dan se ha ido fortaleciendo.
«Él es gracioso», dice Norah, según WBUR. “Puedo dibujar. Puedo hacer rompecabezas y es muy dulce. Me gusta cuando me cuenta sobre su infancia, cuando era pequeño «.
Pasan por la casa de Dan cada semana, incluso en el Día de Acción de Gracias. Ahora, Dan es uno más de la familia.
«Si nunca se hubieran conocido, no sé si él habría tenido a alguien con quien pasar el Día de Acción de Gracias y eso me entristece», dijo Tara a ABC News. «Estoy agradecida de haber seguido el ejemplo de Norah al hablar con él en el supermercado ese día. Ahora siempre será parte de nuestra familia».
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