Un soldado del ejercito de Estados Unidos desplegado en una base militar en Europa del Este, encontró a una adorable cachorra que se convirtió en su leal amiga mientras cumplía con su misión. Pero regresar con ella en medio de la pandemia casi se volvió todo un reto.
A principios de 2020, Patrick Brady, de 22 años, estaba de servicio en una base militar estadounidense en Georgia, en Europa del Este, cuando conoció a una pequeña cachorra que lo acompaño durante su despliegue.
Brady revisaba una lista de inventarios cuando escuchó a un miembro del servicio que decía: «Hay un cachorro afuera», de acuerdo a Today.
Una adorable bola de pelos, estaba allí deambulando sola por las calles. La perrita era una mezcla de perros de montaña georgiano. «Me enamoré de ella de inmediato», dijo Brady a Today.
El soldado enseguida la adoptó y la llamó Marshmallow. Se encariñó con ella, pero al terminar su misión tendría que regresar a Long Island, Nueva York y la incertidumbre por saber cómo haría para llevarla con él creció con la pandemia del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), que causa la enfermedad de COVID-19, complicando los viajes y sobre todo el traslado de mascotas.
El joven comentó que los perros callejeros fueron una importante compañía para los soldados durante sus servicios, pero que el fuerte vínculo de amistad que él creó con Marshmallow era para siempre y no la abandonaría.
Brady tenía presente lo difícil que resultaría llevarse a la cachorra al terminar su servicio. Entonces contactó a SPCA International, que ayuda a los miembros del servicio estadounidense a traer a casa las mascotas que conocen mientras sirven en cualquier parte del mundo.
Finalmente, en septiembre, Brady consiguió la autorización para abordar su avión con Marshmallow.
Pero el día del vuelo, Brady, enfrentó un obstáculo más en el aeropuerto, que haría que su mascota no pudiera viajar con él. La jaula de viaje no tenía los tornillos de plástico requeridos. Muy apurado y abatido por la situación buscó tornillos por todas partes.
Luego, llamó a Lori Kalef, directora de programas de SPCA International, quien le ayudó a conseguir que el aeropuerto autorizara ataduras de alambre en lugar de tornillos.
“Recibí una llamada telefónica de Lori diciendo: ‘Ella está en el avión; ella está en el avión’”, dijo Brady.
“Por poco característico que pueda parecer, ambos nos derrumbamos y comenzamos a llorar un poco porque era muy estresante”, continuó.
“Después de todos estos meses de incertidumbre y todo, finalmente solo de verla abordar el avión, no puedo explicar el tipo de sentimiento que tenía. Fue simplemente el sentimiento más feliz», agregó.
Aunque Brady tuvo que estar en cuarentena en una base militar en Carolina del Norte durante dos semanas por el virus del PCCh, Marshmallow vivió con sus padres hasta que pudieron reunirse.
La vida de Marshmallow y del soldado estaba completa. Ahora ella era parte de una gran familia y tiene un amigo peludo, Chow chow con el que se lleva muy bien.
Meredith Ayan, directora ejecutiva de SPCA International, dijo que la organización ha ayudado a más de 1000 soldados a reunirse con mascotas que adoptaron mientras servían en el extranjero: perros, gatos e incluso un burro llamado Smoke.
“Es muy importante para nosotros porque, aunque ninguno de nosotros los civiles puede entender por lo que están pasando estos hombres y mujeres en servicio, creo que podemos entender en algún nivel que están lejos de su familia; están en situaciones increíblemente estresantes”, dijo al mismo medio.
“Es salvar animales, y también es un honor para nosotros poder hacer esto por las personas que defienden nuestro país”, agregó Ayan.
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